Los corruptores

Martes 19 de noviembre, 5 p.m.

“El hombre parecía ensimismado en sus cosas, absolutamente ajeno a la mujer. Se desplazaba del maletín a la cómoda con movimientos exactos, sin prisas ni pausas, como el tendero que prepara su mostrador para un día más de actividades.”

Aunque Pamela estaba amordazada y atada alcanzó a ver un martillo y un bate de metal. Y en un último intento pretendió seducir al gordo doblando sus piernas para ofrecer su mejor vista porque a sus 43 años todavía era considerada una de las mujeres más deseadas de México. Sin embargo el hombre no deseaba violarla a pesar de su sugestiva pose. Él seguía preparando sus “herramientas de trabajo”. Entonces Pamela supuso que el gordo quería la información privilegiada que ella había atesorado por muchos años y enumeró los secretos de estado que guardaba como un tesoro.

El gordo la miró calculando “la mejor manera de terminar un trabajo pendiente”

Lunes 25 de Noviembre, 10:30 a.m.

Los noticieros de la mañana sólo hablaban del artículo en que Tomás señalaba tanto la célebre carrera de Pamela Dosantos como la gran y selecta cantidad de sus amantes. La mayoría de ellos empresarios y políticos a los que sugería investigar.

Tomás, mezclando la política con la nota roja, decía en su artículo que el cadáver de Pamela había sido hallado en un terreno baldío. Sin embargo, según las evidencias del lugar, la policía concluyó que no había sido asesinada ahí. Además se investigaba dentro de una casa cercana, la cual era usada, ni más ni menos, que como oficina alterna de Augusto Salazar. Quien era el amante en turno de Pamela y, en su calidad de secretario de Gobernación, el segundo hombre más poderoso del gobierno federal. Tomás había sido usado al publicar un dato no verificado que involucraba a los más altos niveles de poder en México.

A ti te han puesto un cuatro, le dijo Mario, tenemos que llamar a Jaime y Amelia. Los “azules” formaban un grupo desde la primaria y se veían a sí mismos como los intelectuales del salón.

Amelia, como presidenta del PRD, había sido invitada a la cena de gala ofrecida a la presidenta Cristina Fernández de Kichner, porque era la mujer más encumbrada de la política mexicana. Aunque con el regreso del PRI al poder ella sentía que la misoginia había retornado, aunque en realidad nunca se había ido del todo.

Estos no eran los mejores momentos para presidir la oposición. El PRI tenía el control del congreso y no le importaban los acuerdos sino la sumisión de la oposición.

Lunes 25 de Noviembre, 11:30 a.m.

“Tomás buscó su celular para ver si tenía mensajes” pero estaba sin batería. En la regadera recordó una frase de Jaime, quien siempre tenía información privilegiada, sobre Pamela Dosantos: “no te le acerques porque te meterá en problemas”, le dijo. Y en efecto, le acarreó dificultades aunque nunca tuvo que ver con ella.

La última vez que Jaime le habló a Tomás fue para preguntarle si no necesitaba ninguna ayuda y coincidentemente Tomás estaba hasta el cuello de deudas de sus tarjetas de crédito.

Ahora Jaime le dijo estás hasta el cogote. Pero primero cuéntame ¿por qué metiste el dato del domicilio, quién te lo dijo? Como siempre Jaime exigía información antes de prestar ayuda.

Mario vivía con Olga, la madre de su único hijo, Vidal, a quien le dijo al entrar a casa, ¿puedes revisar si hay algo nuevo en las redes sociales el asunto de Pamela Dossantos?

Jorge Zepeda Patterson nació en Mazatlán en 1952. Ha sido periodista de El País, Siglo 21 y Público; fue director de El Universal y ganador del premio María Moors Cabot de la Universidad de Columbia.

Los Corruptores en su primera novela y fue publicada simultáneamente en Estados Unidos, España, América Latina y Brasil, donde se traducirá al portugués.

Jorge Zepeda Paterson, Los corruptores, Planeta (2013).