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Sequía meteorológica y olas de calor en el municipio de Puebla

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Cada vez con mayor frecuencia encontramos en los medios de comunicación notas sobre los problemas de escasez de agua en diferentes ciudades del país. Estas notas son más alarmantes en las ciudades del norte. Un caso extremo reportado en agosto de 2022 por el New York Times menciona que “algunos barrios de Monterrey estuvieron 75 días sin agua, por efecto de la sequía” (Rodríguez et al., 2022).

La sequía es un fenómeno recurrente que forma parte de las fluctuaciones del clima, consiste en la disminución del volumen de agua necesario para conservar el equilibrio hídrico de un ecosistema. Por lo general, la cantidad de lluvia que se registra en un área geográfica es el indicador primario para establecer si, de acuerdo con el historial de precipitación, se trata de una cantidad normal o se presenta un déficit que desencadena un periodo de sequía.

Con la sequía hay una reducción de la humedad superficial y atmosférica que provoca un incremento de la temperatura. El suelo seco y los materiales inertes, como los que se emplean en los pavimentos y las edificaciones urbanas, convierten la energía del sol en energía térmica (calor) que incrementa la temperatura de los elementos y del aire. En contraste, la vegetación saludable y los cuerpos de agua superficial se calientan menos, debido a que convierten una parte de la energía que reciben en otros procesos, como fotosíntesis y evapotranspiración. Sin embargo, la vegetación seca puede alcanzar temperaturas superiores a los 50 °C, de acuerdo con mediciones realizadas sobre pasto seco, en el sur de la ciudad de Puebla.

Gráfica 1. Cantidad de días cálidos (> percentil 95 ~28.44 °C) y precipitación acumulada registrados en la estación meteorológica del DIAU en el periodo 2006 a 2023. Elaboración propia con datos de la estación meteorológica del DIAU (2024).
Gráfica 1. Cantidad de días cálidos (> percentil 95 ~
28.44 °C) y precipitación acumulada registrados en la estación meteorológica del DIAU en el periodo 2006 a 2023. Elaboración propia con datos de la estación meteorológica del DIAU (2024).

La concurrencia de un periodo de sequía con la invasión de masas de aire cálido y seco en una región dispara la temperatura a sus valores extremos. En estas condiciones se presentan eventos de varios días en que la temperatura sobrepasa un límite o umbral crítico. A estos eventos se les denomina olas de calor. El ciclo anual en la región central de México se divide en dos periodos, uno seco (noviembre a abril) y uno húmedo (mayo a octubre). Es en la temporada seca cuando la combinación de olas de calor y sequía tienen un impacto.

Abril es el mes en que aumenta la frecuencia de olas de calor en la ciudad de Puebla, de acuerdo con los datos de la estación meteorológica del DIAU (2024), ubicada en el centro de la ciudad; en el periodo de 2006 a la fecha se registraron 20 eventos solo en abril, aunque el periodo abarca los meses de febrero a junio.  Como se puede observar en la Gráfica 1 de temperaturas que rebasan el umbral del percentil 95, hay años en los que hubo una mayor frecuencia de olas de calor (2006 y 2020, 2022 y 2023). El percentil 95 que se refiere al 95 por ciento de los datos registrados, es uno de los criterios para establecer el umbral a partir del cual se puede considerar una ola de calor, si las temperaturas rebasan este límite tres o más días consecutivos.

De acuerdo con el monitor de sequía de México, en el municipio de Puebla solamente se han presentado sequías moderadas en los años 2006 a 2009 y 2020 a 2023 y una sequía severa en el año 2011. En el mapa de este monitor (Conagua, 2024) se observa que la zona en donde se ubica la ciudad de Puebla está clasificada con la categoría “anormalmente seco”, que es la más baja. Esto no debería tomarse como un riesgo moderado para esta zona, ya que el incremento del consumo por el crecimiento poblacional y el desarrollo industrial generan una incapacidad permanente para satisfacer de manera eficaz las demandas de estos sectores. Como refiere una nota de La Jornada, afirmando que “En la capital poblana, 42 por ciento de la población padece la falta o escasez de agua” (Núñez, 2024). Un análisis más detallado podría mostrar que estas deficiencias no son equitativas espacialmente, hay partes de la ciudad, generalmente habitadas por sectores de bajos ingresos, en donde la falta de agua deja a la población en condiciones de una sequía extrema.

Los antecedentes históricos de la sequía en México destacan principalmente las pérdidas sufridas en el campo por causa de este fenómeno. En diferentes periodos se han documentado reducciones significativas en las cosechas, que han afectado la economía y la seguridad alimentaria. Sin embargo, con el incremento acelerado del proceso de urbanización a nivel nacional, desde mediados del siglo pasado, el impacto de esta problemática se traslada cada vez más a las ciudades. En los entornos urbanos, la percepción inicial de una situación de calor y sequía anómalos afecta el bienestar y la salud de la población. Las altas temperaturas y la escasez de agua han llevado a un aumento en las enfermedades respiratorias y cardiovasculares, entre otras. Además, los espacios urbanos retienen el calor, especialmente en las zonas con mayor densidad de construcción, formando Islas de Calor Urbano. Estas áreas experimentan temperaturas notablemente más altas que las zonas rurales circundantes, agravando los efectos negativos sobre la salud y la calidad de vida de sus habitantes, así como en todos los aspectos de la actividad humana, tanto en la ciudad como en el campo.

La observación meteorológica y climática va revelando, a medida que aumenta la cantidad de datos disponibles, que existe una tendencia creciente de la frecuencia y severidad de los eventos climáticos extremos, entre los que se inscriben las altas temperaturas y la sequía. Se tiene mucha información de esta tendencia a nivel global, pero es indispensable fomentar las observaciones en el ámbito local, de una ciudad o una región con la finalidad de apoyar el desarrollo de las acciones tendientes a enfrentar y mitigar el impacto local del cambio climático global.

* Departamento de Investigaciones Arquitectónicas y Urbanísticas, BUAP

* [email protected], [email protected]

Conagua. (2024, febrero 28). Atención a la Sequía en México. Comisión Nacional del Agua.

http://www.gob.mx/conagua/es/articulos/atencion-a-la-sequia-en-mexico?idiom=es

DIAU. (2024, mayo 10). Clima y Urbanización en el Valle de Puebla. Estaciones de la RAMM.

http://urban.diau.buap.mx

Núñez, E. (2024, marzo 28). La falta o escasez de agua afecta a más de 42 % de la población en la ciudad de Puebla. La Jornada de Oriente. https://www.lajornadadeoriente.com.mx/noticias/capital_conurbados/escasez-de-agua-afecta-mas-42-por-ciento-poblacion-ciudad-puebla/

Rodríguez, C., Abi-Habib, M., & Avelar, B. (2022, agosto 3). Cazando el agua: Una cruel sequía afecta a México. The New York Times. https://www.nytimes.com/es/2022/08/03/espanol/mexico-monterrey-agua-sequia.html

SMN. (2024, abril 15). Monitor de Sequía en México. Servicio Meteorológico Nacional.

https://smn.conagua.gob.mx/es/climatologia/monitor-de-sequia/monitor-de-sequia-en-mexico

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