La nanomedicina

La nanotecnología se caracteriza por ser un campo esencialmente multidisciplinar, y cohesionado exclusivamente por la escala de la materia con la que trabaja. Las investigaciones médicas se han extendido al mundo ultramicroscópico ya que en él se encuentran posiblemente las alteraciones estructurales que provocan la enfermedad. En este sentido, la nanomedicina es una de las áreas que más puede contribuir a la investigación y tratamiento en la medicina. Esta tecnología ha proporcionado nuevos métodos de diagnóstico y cribaje de enfermedades, mejores sistemas para la administración de fármacos y herramientas para la monitorización de algunos parámetros biológicos. Podríamos aventurar una definición situándola como una rama de la nanotecnología que permitiría la posibilidad de curar enfermedades desde dentro del cuerpo y al nivel celular o molecular.

El nanómetro es la unidad de longitud que equivale a una milmillonésima parte de un metro. Nano  es un prefijo griego que indica una medida, no un objeto. La abreviatura del nanómetro es nm. 1 nm = 1×10-9 m, Milímetro: 1 mm = 1 000 000 nm. La nanotecnología, pues, estudia materiales que poseen dimensiones de unos pocos nanómetros. Por lo tanto, la nanotecnología es el estudio, diseño, creación, síntesis, manipulación y aplicación de materiales, aparatos y sistemas funcionales a través del control de la materia a nano escala, y la explotación de fenómenos y propiedades de la materia a nano escala.

Se considera que gracias a la nanotecnología determinados campos dentro de la medicina pueden ser objeto de una autentica revolución, especialmente el diagnóstico por imágenes, reparación de tejidos, control de la evolución de las enfermedades, defensa y mejora de los sistemas biológicos humanos. Todos ellos constituirían nuevos avances tecnológicos en la medicina que la posicionarían en una nueva er

a científica y asistencial. Por ejemplo, en el área de tratamientos se encuentran los biosensores, nuevas formas de administrar medicamentos más directas y eficaces. Los biosensores moleculares son capaces de detectar y destruir células cancerígenas en las partes más delicadas del cuerpo humano como el cerebro, entre otras muchas aplicaciones.

El siguiente párrafo recoge de forma clara algunas de sus aplicacionesLa posibilidad de diseñar sensores, que se activan cuando cambien determinadas constantes biológicas. Por ejemplo, los pacientes diabéticos podrían verse favorecidos al recibir insulina encapsulada en células artificiales, que la dejen salir cuando aumente la glucosa en la sangre. Esto también permite realizar exámenes en forma muy sencilla, incluso en la casa para un autodiagnóstico. “Los biosensores se han utilizado para muchas aplicaciones, por ejemplo, para detectar la presencia de ántrax (…) La silicona porosa también puede utilizarse como sistema de administración de medicamentos inteligentes. A diferencia de la tradicional, es biocompatible y no tiene efectos tóxicos. La característica de porosa fue creada con nanotecnología. Además con ella se pueden hacer injertos. “Es una plataforma espectacular, muy útil y además la silicona es barata”, afirma Ford…. Otros vehículos son los dendrímeros que consisten en polímeros con ramificaciones. Cada cabo puede tener distintas propiedades. Los dendrímeros podrían tragarse y realizar diferentes funciones bastante complicadas, como buscar daños dentro del organismo y repararlos. (Nanotecnología aplicada a la medicina, en euroresidentes.com , Clínica Alemana.)

 

En el caso del cáncer, las investigaciones actuales se centran en cómo utilizar la nanotecnología para cambiar de forma radical la capacidad de la medicina para diagnosticar, comprender y tratar este padecimiento. Entre las investigaciones más sobresalientes se encuentran las nanopartículas que identifican, localizan y eliminan células cancerosas específicas, sin tocar las células sanas.

Los estudios dirigidos por Carl Batt (Cornell College), profesor de ciencias de la alimentación, consisten en sintetizar nanopartículas de oro —con una forma similar a la de una mancuerna— entre dos piezas de óxido de hierro. A continuación, adjuntan a las partículas unos anticuerpos que apuntan a la molécula que se encuentra sólo en las células del cáncer colorrectal. Una vez enlazadas, las nanopartículas son absorbidas por las células cancerosas. Para eliminar las células, los investigadores utilizan un láser de infrarrojo cercano, una longitud de onda que en los niveles utilizados no daña el tejido normal. La radiación, en cambio, sí es absorbida por el oro de las nanopartículas. Esto hace que las células cancerosas se calienten y mueran.

LAS INVESTIGACIONES MÉDICAS SE HAN EXTENDIDO AL

MUNDO ULTRAMICROSCÓPICO YA QUE EN ÉL SE ENCUENTRAN

POSIBLEMENTE LAS ALTERACIONES ESTRUCTURALES QUE

PROVOCAN LA ENFERMEDAD

 

El oro tiene potencial como material clave para combatir el cáncer en futuras terapias inteligentes. Es biocompatible, inerte y relativamente fácil de modificar químicamente. Cambiando el tamaño y la forma de las partículas de oro, este grupo de investigadores pueden ajustarlas para responder a diferentes longitudes de onda de energía.

Una vez que las partículas alcanzan las células cancerosas son destruidas por medio de calor —apenas unos pocos grados por encima de la temperatura corporal normal—, mientras que el tejido circundante permanece ileso. Un láser de tan baja potencia no tiene ningún efecto sobre las células colindantes debido a que esa longitud de onda en particular, no calienta las células si no están cargadas con nanopartículas, explicaron los investigadores.

La nanomedicina se convierte así en una rama fundamental de las prometedoras aplicaciones de la nanociencia. Probablemente una de las de mayor alcance para el ser humano. No son pocos los que alertan de riesgos no despreciables que pueden estar ligados a estos avances. ¿Podrá la Nanotecnología cooperar con la Biónica en el alumbramiento del hombre biónico?