Los experimentos que se hacen en clase, ¿sirven de algo?

Los experimentos demostrativos que hacemos los profesores en clase son instrumentos docentes que además de ser muy agradables y divertidos pueden ser muy útiles para mejorar el aprendizaje. Los experimentos caseros y los experimentos de clase son experiencias que muy pocas veces se olvidan. Pueden pasar años y los alumnos recordarán el experimento. Sin embargo, lo común es que no recuerden la explicación científica, o todavía peor, mantengan la antigua explicación incorrecta.

Para que una experiencia demostrativa resulte científicamente útil a corto, mediano y largo plazo es indispensable que los estudiantes hagan una o varias predicciones de los resultados que esperan obtener del experimento. Esto permitirá confrontar las teorías que mantienen en su cabeza contra los resultados experimentales que finalmente obtendrán. Los profesores no pretendemos hacer quedar mal a los estudiantes, más bien queremos que los estudiantes repitan un proceso similar al que seguimos los profesores cuando estamos en nuestros laboratorios haciendo investigación.

Invariablemente, los investigadores hacemos predicciones antes de proceder con algún experimento y si encontramos que los resultados experimentales son diferentes a nuestras predicciones entonces saltamos de gusto porque hemos encontrado un resultado nuevo y tendremos que modificar alguna parte de la teoría para explicar lo encontrado. Lo cual quiere decir que hemos encontrado algo nuevo para la ciencia o al menos para nuestro entendimiento de ella.

Si desea conocer más (y seguramente mejor) sobre el tema puede consultar en la red Physics Education – Mazur Group de la Universidad de Harvard.