Presentación

Los cambios en el estilo de vida de nuestra sociedad crean la necesidad de contar con infraestructura de todo tipo que la soporte. Cada día, al revisar las novedades, nos encontramos con aportes para el hogar, el trabajo, la salud, la diversión, las comunicaciones, el transporte, los deportes, y así podemos en cualquier momento mirar nuestro entorno y descubriremos que nos hemos hecho dependientes de una serie de elementos que nuestros ancestros ni remotamente necesitaron. La vida es cómoda, eficiente, y demandante. Sin embargo, todos estos “avances” y cambios en nuestro entorno son fuertemente dependientes de un elemento que hace que todo funcione y nada se detenga, y esto es la capacidad de generar la energía necesaria para mantener el paso, o sea la energía es la capacidad para producir un trabajo.

Y si es tan importante, surge la pregunta: ¿cuál es nuestro comportamiento y nuestras previsiones para mantener el crecimiento de la demanda de energía?, y la respuesta a esta pregunta no es nada halagadora, en realidad muy poco. Los países desarrollados man-tienen desde hace años grandes proyectos de generación de energías alternativas, investigaciones de sistemas tecnológicos que sean más eficientes en su uso y políticas de fomento al ahorro. En México los esfuerzos son pocos y sin coordinación. Existen asociaciones como la ANES (Asociación Nacional de Energía Solar, http://www.anes.org). Su labor es encomiable, pero poco reconocida, es necesario fomentar la investigación e implementar políticas que nos permitan, como país, vivir dignamente en el futuro.

Si echamos un vistazo a nivel mundial, al mo-mento que escribo estas líneas tenemos los siguientes números (http://www.worldometers.info/es/): la energía usada mundialmente hoy es de 197,855,000 MWh, generándose por fuentes no re-novables 160,496,000 MWh y por fuentes renovables 37,682,000 MWh; el número de barriles de pe-tróleo bombeados hoy 42,516,000; el número de barriles en reservas comprobadas 1,266,065,018,000; el número de días restantes hasta terminar con el petróleo, 15,072; las reservas de gas mundial son de 1,149,471,482,000 boe; quedan 60,498 días para que se termine el gas; en cuanto al carbón queda 4,398,392,783,000 boe, que corresponde a 151,669 días para que se termine el carbón.

Los anteriores números claramente indican cuánto nos queda de reservas de combustibles no renovables. Considerando que conforme se vayan agotando se convertirán en reservas estratégicas y de no existir una respuesta adecuada, un motivo de grandes conflictos internacionales.

En este número de saberes y ciencias    investigadores poblanos hacemos una presentación de distintas fuentes de energía alternativas, buscando sensibilizar al público sobre la importancia de fomentar, apoyar y demandar el desarrollo de tecnología alternativa para generar energía en nuestro país, pero además una política pública y educativa verdadera sobre el uso óptimo de nuestros recursos energéticos.