Pornografía y obscenidad

D.H. Lawrence y Henry Miller, Pornografía y obscenidad Editorial

Argonauta, Barcelona 1981.

La obscenidad designa una manifestación que se desarrolla en el plano social, y abarca el terreno del lenguaje, del gesto, de la expresión. En el lenguaje comprende los términos considerados tabúes, que son todos los de la esfera sexual. Se pretende que lesiona u ofende una vaga muralla de pulcritud social que suele denominarse decoro. Representa siempre un acto de agresión y su consecuencia es el estupor, el shock, la indignación del agredido.

La pornografía pretende actuar como excitante sexual y se desenvuelve especialmente en el plano privado. Es en realidad un acto de sucia provocación sexual, y se dice que lesiona u ofende el pudor. Solapada, secreta y vergonzosa, deja inevitablemente en el provocado un sentimiento de culpa. Se presenta con los ornamentos de la fealdad y la bajeza.

Ambos términos designan deformaciones de la esfera sexual. A ellos se opone lo erótico, que se desenvuelve en una amplia escala desde lo social hasta lo individual y constituye un asociado infaltable de la sexualidad. El erotismo está ligado siempre al amor y como antagonista de la obscenidad y la pornografía se presenta asociado a la belleza. Un falso erotismo sin amor constituye la base de la pornografía y se presenta asociado a la fealdad.