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15 Reflexiones sobre la llamada reforma energética

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“Contribución del pueblo en la Expropiación

Petrolera, 18 de marzo de 1938”. Taller de Gráfica

Popular, Francisco Mora y Elizabeth Catlett de Mora,

tomada de www.ioffer.com/i/3128847

El llamado para realizar una nueva reforma energética, que no es más que un conjunto de acciones para con la empresa Pemex, obliga a detenerse a pensar sobre el término utilizado en discurso oficial, así como de lo que se trata en realidad. Esto conlleva a reflexionar viejos puntos:

1. En primer lugar, no se debería llamar “reforma energética”, debido a que el tema a tratar es referente a la “Ley Orgánica de Petróleos Mexicanos y Organismos Subsidiarios” y, sobre todo, al artículo 3º y al segundo capítulo de dicha ley.

2. Si así se manejara el discurso oficial, entonces se tendrían que involucrar todas las fuentes de energía, incluyendo a las alternativas, por lo que tendrían que crearse nuevas leyes, dejar obsoletas las diversas leyes “energéticas” y realizar severas modificaciones constitucionales que llevarían mucho tiempo en discusión, lo que implicaría un fuerte costo en tiempo que no están dispuestos a soportar ni el actual jefe del Ejecutivo, ni las cámaras ni el llamado Pacto por México ni las empresas privadas que ya están el lista de espera..

3. Aunado a lo anterior se tienen que considerar los convenios internacionales firmados por México desde finales de los años setenta a la fecha, y que es consecutiva a las reformas en política económica que se han vivido desde esos momentos a la fecha y que no han promovido mejora para los sectores involucrados. Al mismo tiempo, los cambios técnicos augurados han sido mínimos, ya sea por falta de inversión, favorecimiento al sector externo, una escasa estructura industrial, efectos sociales o las mismas decisiones empresariales.

4. La lógica de la llamada “reforma” no va en sentido de buscar nuevas fuentes de energía (lo que sí sería una verdadera reforma energética), sino de mantener las mismas,  principalmente el petróleo, sin invertir en investigación y descubrimiento de vías energéticas alternativas.

5. Como ya señalaba años antes el ingeniero Rafael Decelis (2009)1, la verdadera lógica de tratar de imponer este tipo de políticas es el llamado Consenso de Washington, la cual implica la paulatina privatización de la empresa pública, previa liberalización a la entrada de inversiones extranjeras directas, la desregulación de la empresa y la posterior discusión sobre los derechos de propiedad; pasos que fueron seguidos con las privatizaciones de empresas públicas ocurridas en los años noventa.

6. El discurso del gobierno anterior se basaba en señalamientos catastrofistas: “no es un privatización de Pemex”, “es generar la participación del sector privado a la empresa pública”, “ya no hay reservas petroleras para los siguientes nueve años”, “no hay capacidad técnica para su modernización”2, etcétera, frases que se han venido manejando desde mediados de los años noventa.

7. Aunado a lo anterior hay que recordar que durante el periodo de Carlos Salinas se reformó la clasificación de petroquímica básica, extendiendo el concepto de petroquímica secundaria de uso intermedio, la cual termina privatizándose, junto a la petroquímica de uso final en 1995.

8. Finalizado el sexenio salinista el papel del estado en la energía se reduce a la generación de energía nuclear (Laguna Verde e ININ), energía eléctrica (CFE) y extracción de petróleo y gas (Pemex); por lo que no hay relación del Estado con la investigación ni generación de vías alternativas.

9. El punto anterior, junto al primer y segundo puntos, nos dice que son reformas al Estado referentes a su regencia en la producción de hidrocarburos (petróleo y gas).

10. De acuerdo con la información de Petroleum Intelligence Weekly (PIW), en términos de la utilidad de operación, Pemex pasa de ser la número uno en 1988 a la posición número 11 en 2008, lugar en el que se mantiene a la fecha. De acuerdo con la misma fuente, la empresa paraestatal pasó del cuarto al quinto puesto en producción mundial de crudo, mientras que es 17º lugar en producción de gas y la 13ª reserva mundial de petróleo. Eso nos habla de que se mantiene una alta capacidad operativa, por lo que se anula el discurso de que hace falta operatividad.

11. Junto al punto anterior, surge la reflexión sobre el papel de los técnicos, ingenieros petroleros y químicos, administrativos y el conjunto de trabajadores petroleros en plataformas y pozos. A partir del discurso se dice que se carece del conocimiento, por lo que se abre la pregunta sobre los sueldos y salarios, formas de contratación, permanencia y jubilaciones de los trabajadores (incluyendo a los profesionistas), además de cuestionar a las autoridades sobre el papel que juega el Instituto Mexicano del Petróleo. Al señalar la falta de conocimiento, se ofende tanto a los ingenieros petroleros y químicos, así como a las universidades públicas y privadas para la generación de dichos conocimientos y capacidades.

12. Con respecto al informe 2012 de Pemex, en términos de miles de barriles diarios, de 2001 a 2003 la producción de petróleo crudo se incrementó en casi 8.2%, mientras que de 2003 a 2011 la producción bajó 24%, lo cual significa una caída anual promedio de 3.5%. De 2001 a 2009, la producción de gas natural se incrementó en cerca de 55.9% (5.7% promedio anual), de ahí a 2011 se redujo alrededor de 6.2%. En los sexenios panistas, la exportación de petróleo crudo, en términos de su volumen, se redujo en 23.8%, aunque en términos de su valor pasó de 11,928 en 2001 a 49,322 en 2011 (medido en miles de millones de dólares). Así que, y junto a lo mencionado en los puntos 6 al 11, la “reforma energética” es un paso más para cumplir con los compromisos firmados con el exterior.

13. El llamado Pacto por México, en su punto 2.5, dice de manera textual: “Se impulsará una reforma energética que convierta a ese sector en uno de los más poderosos motores del crecimiento económico a través de la atracción de inversión, el desarrollo tecnológico y la formación de cadenas de valor”3, lo cual reitera el punto 6. Continua esta parte del llamado Pacto: “Se ampliará la capacidad de ejecución de la industria de exploración y producción de hidrocarburos mediante una reforma energética para maximizar la renta petrolera para el Estado mexicano. (Compromiso 56)”…”Se realizarán las reformas necesarias para crear un entorno de competencia en los procesos económicos de refinación, petroquímica y transporte de hidrocarburos, sin privatizar las instalaciones de Pemex. (Compromiso 57)”4. Lo cual significa la evidente apertura al sector privado de la petroquímica básica como lo son la producción de Etano, Propano, Hexanos, Pentanos, Heptanos, Butano, Naftas y Metano. De igual forma, es evidente que existe una tentativa de reclasificación de hidrocarburos.

14. Ante lo anterior, y con la presencia de las empresas privadas, nacionales y extranjeras, que participan en el mercado del gas natural, sobresale la empresa Repsol, que trabaja en nuestro país desde el año 2003. Lo cual implica, otra vez, la relación entre el discurso de “reforma energética” con los intereses que tiene el consorcio español sobre la explotación de hidrocarburos, que de por sí, ya trabaja sobre contrato de servicios múltiples en Nuevo León y Tamaulipas para la explotación de petróleo para Pemex. Por lo mismo, la empresa paraestatal compró acciones de la compañía ibérica. De igual forma, esta empresa se dedica a la producción de biocombustibles y provee gas natural licuado a CFE. Es propietario de empresas de distribución de gas natural para uso doméstico en el norte del país.

15. Aunado al punto anterior la presencia de las empresas como Iberdrola y Abengoa (en esta última se encuentra, entre los miembros del consejo coorporativo, a Carlos de Borbón, primo del rey de España), además de la danesa Vestas en la instalación de infraestructura para energía solar y eólica en Oaxaca y Campeche5, también se correlaciona con su intención en la participación del mercado de hidrocarburos.

Notas

1 Decelis Contreras, Rafael, 2009, “Efectos de 23 años de política económica liberal 1982-2005”, en La Energía en México: Situación y Alternativas, John Saxe Fernandez (coordinador), UNAM-CIICH, México.

2 Frases sustraídas de diversos diarios de 2008.

3 Fuente: http://www.presidencia.gob.mx/wp-content/uploads/2012/12/Pacto-Por-M%C3%A9xico-TODOS-los-acuerdos.pdf

4 Op. cit.

5 Revisar el Artículo de Ana Lilia Pérez de la Revista Contralínea #223 del 6 de Marzo de 2011 donde se menciona el tráfico de influencias entre la empresa sevillana Abengoa con los gobiernos de Fox y Calderón.

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