Las plantas epífitas, su diversidad e importancia

Como resultado de la evolución y adaptación a las diversas condiciones ambientales en particular las plantas han desarrollado diferentes estrategias para su sobrevivencia, entre las que se encuentran diversas formas de vida, por ejemplo, a las plantas que crecen en ambientes acuáticos, se les conoce como hidrófitas; las que habitan en lugares muy húmedos se les llaman higrófitas; a las que viven en suelos con alta concentración de sales se les conoce como halófitas; a las que viven en ambientes secos se les denomina xerófitas; sin embargo, y por alguna razón, existen unas plantas que abandonaron los hábitats terrestres para adaptarse y vivir sobre otras plantas, obteniendo del medio atmosférico y gracias a sus autoadaptaciones, los recursos para desarrollarse; por ello se les nombró plantas epífitas, término derivado del griego epi que significa sobre y phyte planta.

Bromelia, por Tania Saldaña Rivermar

Bromelia, por Tania Saldaña Rivermar

Sin embargo, para una planta vivir sobre otra planta no resulta tan fácil, ya que no tienen un suelo, es decir no tienen un sustrato en el cual se lleven a cabo el intercambio de nutrientes y humedad para así llevar a cabo sus funciones básicas como planta. Ejemplos de plantas epífitas son la mayoría de las orquídeas, bromelias, helechos, musgos y hepáticas. Para esto, estas plantas tuvieron que sufrir una serie de modificaciones a sus estructuras morfológicas  que les permitieran sobrevivir, ejemplo claro de esto fue la modificación para captar, absorber y almacenar el agua, en donde una de sus estructuras se desarrolla en forma de tanque, que les permite la retención del líquido. En el caso de las orquídeas, éstas desarrollaron un tejido especializado que cubre las raíces, el velamen, nombre que recibe el tejido, en época de lluvias se llena lentamente de agua, mientras que en la época de secas, proporciona una barrera que impide la pérdida de agua por transpiración. Otra de las adaptaciones que tuvieron fue la modificación de sus flores, con el fin de asegurar su éxito reproductivo, esto les ha permitido poder colonizar diversos hábitats. Otro claro ejemplo de estas adaptaciones ha sido la asociación entre las raíces y un hongo; a esta asociación se le denomina micorrizas. El hongo que coloniza la raíz se beneficia con los productos resultado de la fotosíntesis, mientras que la planta con esto incrementa la absorción de agua y nutrientes, principalmente fósforo.

Enciclya cordigera, por Paola Fernández Hernández

Enciclya cordigera, por Paola Fernández Hernández

Además de las adaptaciones morfológicas que han sufrido las plantas epífitas es importante mencionar que dichas plantas se distribuyen de acuerdo a los condiciones microclimáticas, al tipo y edad de la planta sobre la cual viven, el tipo y composición de la corteza, el tamaño y la forma de la copa y de las hojas; esto es determinante para el establecimiento y abundancia de las poblaciones de epífitas. En general se ha observado que árboles de crecimiento lento, con una copa abierta y con cortezas estables y absorbentes, resultan excelentes para la vida de una epífita.

En diversos estudios se ha mencionado que las plantas epífitas representan 10 por ciento del total de la diversidad vegetal que existe en el mundo. En México se tienen registradas mil 377 especies de epífitas, 28 familias y 217 géneros, de los cuales 191 son de plantas con semillas y 26 de helechos.

Las plantas juegan un papel importante dentro de los ecosistemas y las plantas epífitas en particular no se quedan atrás, ya que éstas ofrecen una gran diversidad de nichos y recursos que son aprovechados por los animales, como hormigas, arañas, pequeños mamíferos (ratones), anfibios, aves y reptiles, contribuyendo al incremento de la biodiversidad del ecosistema en donde se encuentran.

Sin embargo, no todo es bonito para estas plantas, las cuales son extraídas sin ningún tipo de control de las zonas en donde habitan, generando un desequilibrio en los ecosistemas e incluso la desaparición de muchas de las especies.

Es claro que hoy más que nunca es importante realizar más trabajos de conservación y educación ambiental de los que ya se realizan y sólo así lograr por más tiempo la permanencia de estas especies en nuestros ecosistemas.

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