Octavio Cardona Núñez realizó sus estudios de licenciatura en la Facultad de Física de la UNAM, posteriormente realizó sus estudios doctorales en la Universidad de Colorado, Estados Unidos fue Investigador de la coordinación de Astrofísica del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE).
Después de obtener el grado de doctor, regresa a México y se integra a la planta de investigadores del INAOE, donde junto con Alejandro Cornejo, y bajo la dirección de Guillermo Haro, conciben la creación del Observatorio Astrofísico, actualmente nombrado “Guillermo Haro”, que se localiza en la Sierra de la Mariquita, en Cananea, Sonora y que es operado por el INAOE. Octavio Cardona contribuyó en el diseño y construcción del espejo de 2.1m de diámetro, así como en el sistema de guiado del mismo y en los detectores periféricos que conforman el telescopio.
Sus principales líneas de investigación fueron las Atmósferas Estelares, las Estrellas Wolf-Rayet y la Instrumentación Astronómica. Además tuvo una gran participación en el desarrollo de la Óptica en nuestro país. En el ámbito docente fue un excelente profesor con gran sencillez y carisma que logró generar confianza a los aspirantes para obtener un grado en astronomía, contribuyendo considerablemente en la formación de nuevas generaciones de astrofísicos. Impartió clases tanto en los posgrados del INAOE como en los niveles de licenciatura, principalmente en la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
Wolf-Rayet
Tienen una atmósfera tan extendida que oscurecen a la estrella misma. Se conocen unos pocos cientos de estas estrellas en nuestra galaxia. Las estrellas llamadas Wolf-Rayet (algunas veces llamadas simplemente WR) son estrellas poco usuales, mucho más calientes y más luminosas que el Sol. También son muy grandes y masivas, unas 20 veces más grandes que nuestra estrella. Eventualmente, se estima que todas las estrellas extremadamente masivas evolucionen hacia una fase Wolf-Rayet casi al final de su vida.
Las atmósferas de las estrellas Wolf-Rayet tienen un grosor comparable al tamaño de la estrella misma, mientras que en la mayoría de las estrellas sus atmósferas son, en proporción, más delgadas. Esto se debe a que las WR están perdiendo una gran cantidad de masa en forma de viento. Estos fuertes vientos se deben a una intensa presión de radiación, es decir, la fuerza de la luz empujando los gases que componen a la atmósfera.
Las estrellas Wolf-Rayet llevan el nombre de sus descubridores, los astrónomos Charles Wolf y Georges Rayet, que en 1867 encontraron algo muy poco usual en los espectros de tres estrellas en la constelación del Cisne. Posteriormente, en 1929, se encontró que las peculiaridades espectrales se debían al gas que estaba siendo expulsado a grandes velocidades (330-2400 km/s).
Octavio Cardona, astrónomo y uno de los primeros investigadores del INAOE, se ocupaba, entre otros temas, del estudio de estas estrellas. Modelaba estos impresionantes vientos que generan las WR y que son lo que vemos realmente al observar la estrella. El viento se vuelve tan grueso que la oscurece totalmente. Infortunadamente, como sabrán muchos, Octavio nos dejó el 28 de abril pasado.
Las estrellas WR generan burbujas debido a que eyectan continuamente su atmósfera en forma de viento estelar. Es sorprendente la cantidad de masa al año que es eyectada en el viento, típicamente es mayor a la masa de nuestro planeta. El proceso del viento no está completamente entendido, Octavio contribuyó con sus investigaciones a esclarecer un poco este tema, entre mu-chos otros que le interesaban.
Estrellas Ráfaga
En el observatorio de Tonantzintla se descubrieron algunos cientos de estrellas ráfaga. Estrellas que en escalas de tiempo de hasta solo unos pocos minutos pueden incrementar dramáticamente su brillo debido a ráfagas, como las que conocemos se generan en el Sol, pero de mayor intensidad.
Guillermo Haro fue de los principales descubridores de estrellas ráfaga en Tonantzintla, y fue el primero que entendió la importancia de estas estrellas en el proceso de evolución estelar, asociándolas con etapas evolutivas posteriores a las estrellas T-Tauri. Quizá siguiendo esta tradición es que Octavio Cardona se dedicó al entendimiento de estas estrellas estudiando su variabilidad, en colaboración con astrónomos de Armenia.
Instrumentación y más
Octavio Cardona tenía una gran capacidad para trabajar en temas diversos; no solo tiene contribuciones observacionales y teóricas en astrofísica; también era un apasionado de la Óptica, lo que se refleja en los trabajos elaborados principalmente con Alejandro Cornejo y Alberto Cordero. También era un entusiasta de la instrumentación, pensando en dotar con nuevas herramientas al Observatorio de Cananea.
Fue además un emprendedor; siempre se proponía cosas novedosas. Obtuvo financiamiento para la primera Sun Workstation, con la cual se iban a procesar los datos obtenidos con las primeras cámaras CCDs que llegaron, también a través de él, al INAOE. Adaptar un mosaico de estos detectores en la Cámara Schmidt, en lugar de la placa fotográfica, era quizá uno de los proyectos en que insistió mucho. No quitaba el dedo del renglón, ya que a pesar de la complicación y costo, sería una gran rehabilitación de la Cámara Schmidt. Otro de los proyectos que le apasionaron fue digitalizar las placas astronómicas y ponerlas a disposición de todo público. Este proyecto lo inició en colaboración con Pepe Guichard y ahora está en pleno desarrollo.
Cómo conocí a Octavio
Conocí a Octavio Cardona cuando estudiaba la licenciatura en Física en la Universidad Autónoma de Puebla (ahora BUAP); uno de mis compañeros organizó una visita al INAOE, al cerro de Tonantzintla, para conocer el Observatorio.
Octavio fue el primer astrónomo que encontré en el INAOE. No sabía que llegaría al Instituto unos semestres después, ni que Octavio sería tan importante en mi carrera astronómica; entre otras cosas fue mi co-asesor de tesis doctoral, y en mi vida, a través de él conocí a Alma Carrasco, con quien hemos realizado un trabajo intensivo en la promoción de la ciencia y la lectura.
Regresé al INAOE para realizar mi tesis de licenciatura. Cuando llegué había varios astrónomos, unos pocos locales, como Octavio, y otros del IA-UNAM que habían llegado a reforzar la coordinación de Astrofísica. Habían pasado tiempos difíciles para el INAOE, al grado de que casi desaparecía la coordinación y no funcionaba bien el observatorio de Cananea. Octavio fue uno de los que permanecieron en nuestro instituto en estos tiempos de crisis, para que no desapareciera la A de Astrofísica.
Unos meses después de que llegamos, varios de mis compañeros de generación siguieron esta ruta al INAOE; nos informaron que se abriría el posgrado de Astrofísica dentro del llamado Pronapoe (Programa Nacional de Posgrado en Optoelectrónica). Octavio, desde luego, fue uno de los impulsores.
Además de astronomía, aprendimos muchas cosas de él. Decía que en este país no podíamos darnos el lujo de dedicarnos exclusivamente a la investigación, que era muy importante la docencia y la divulgación y que debíamos participar en estas actividades, que el país lo requería.
Siempre tenía su puerta abierta, siempre dispuesto a contestar nuestras dudas como estudiantes y como colegas. Nos comentaba que si no teníamos la respuesta a alguna pregunta que nos formularan, debíamos estar preparados para, al menos, decirles dónde podían encontrarla.
A Octavio le decían “el Zacatecas” por la ciudad donde nació en 1943, yo jamás pude llamarle así, para mi siempre fue, y será, el profe Cardona, a pesar que me autorizó a llamarle de tú luego que obtuve el doctorado, pero me negué, alegando que respetaba la edad. Siempre será el profesor, asesor, colaborador, astrónomo, y amigo que nos enseñó a sentir pasión por nuestro trabajo. Lo extrañaremos.