La dos lunas llenas anteriores, el 12 de julio y el 10 de agosto, causaron bastante movimiento en los medios de comunicación debido a que se trató de las llamadas Superlunas. Este fenómeno, debido al nombre espectacular, logró que mucha gente hiciera lo que ya pocas veces practicamos: levantar la mirada al cielo. Esperamos que la última superluna de este año, que se presentará el 9 de septiembre, siga motivando a la gente a mirar la bóveda celeste.
Aunque este fenómeno es más o menos frecuente (se repite aproximadamente cada 13 meses), en este año tendremos, con la luna de septiembre, tres superlunas seguidas, lo que, aunque menos frecuente, sucedió también el año anterior. Durante una superluna, la luna es un 14 por ciento más grande y 30 por ciento más brillante, pero, ¿por qué sucede?, ¿qué tan súper es la superluna?
Kepler
Johannes Kepler dedujo, hace unos 400 años, a partir de minuciosas observaciones de Tycho Brahe, que los planetas siguen órbitas elípticas alrededor del Sol y que barren áreas iguales en tiempos iguales. Estas son las llamadas leyes de Kepler (primera y segunda) que se aplican lo mismo a los planetas que a estrellas dobles o al movimiento de las galaxias. Y se aplican también al movimiento de la Luna alrededor de la Tierra, es decir, nuestro satélite se mueve también en una órbita elíptica. En esta trayectoria oval la Tierra no se encuentra localizada en el centro, sino hacia un lado, en uno de los focos de la elipse. El tamaño de la luna, cuando está en su fase llena, varía debido a su trayectoria elíptica alrededor de la Tierra. Y, mejor revisamos a la elipse.
Un paréntesis para la elipse
Una de las maneras de generar una elipse es la siguiente. Se toma una cuerda y se fija por los dos extremos, con, por ejemplo, dos clavos, dos alfileres o dos chinchetas, dependiendo de la superficie. La cuerda debe quedar “floja”, esto es que la longitud de la cuerda debe ser mayor que la distancia entre los dos fijadores. Se coloca un lápiz tensando la cuerda y formando un triángulo, de tal manera que con la punta se pueda marcar sobre la superficie. Finalmente se mueve el lápiz alrededor de los fijadores, siempre manteniendo la cuerda tensa. La figura resultante se llama elipse y los puntos de los fijadores, se llaman focos.
Se acerca y se aleja
Debido entonces a la forma elíptica de la órbita lunar, en algunos momentos la Luna se acerca y en otros se aleja de nuestro planeta. Cuando la Luna está más cerca de la Tierra se le llama perigeo, y cuando está más lejos se le llama apogeo. Cuando sucede una luna llena cerca del Perigeo, estando más cerca, se le puede apreciar más grande y es 30 por ciento más brillante. A esta La Luna, que los astrónomos llamamos del perigeo es lo que se conoce como la superluna.
Aunque las superlunas son buen pretexto para llamar la atención al público y que observe el cielo, es un poco desafortunado el nombre, no sólo porque en realidad debería llamarse la Luna en el Perigeo, sino porque el prefijo puede generar falsas expectativas.
Por ejemplo, una diferencia del 30 por ciento en el brillo, como en la superluna, puede ser un poco difícil apreciar con respecto al brillo de una luna llena común. Esta diferencia en el brillo puede fácilmente “diluirse” si tenemos la mala fortuna de que haya nubes delgadas.
Por otro lado, no hay una cinta métrica flotando en el cielo que nos permita medir el tamaño de la Luna cuando se localiza arriba, sobre nuestras cabezas, ya que no tenemos puntos de referencia que brinden un sentido de la escala. Una luna llena parece tener casi el mismo tamaño que cualquier otra.
Por esta razón es que la mayoría de las imágenes que acompañaban los artículos sobre las superlunas pasadas mostraban generalmente a la luna cerca del horizonte, cuando tenemos objetos para comparar y donde la luna siempre nos parece más grande, pero, ojo, esto no es debido a la superluna; esto es lo que llamamos la ilusión de la luna.
Esta ilusión óptica se conoce desde hace cientos de años, pero no se conoce ninguna teoría que explique completamente por qué vemos la luna más grande en el horizonte. Podemos comprobar que es una ilusión al obtener una foto, en ella veremos la luna de tamaño natural.
Independientemente de las posibles confusiones y efectos ópticos, me parece que debemos aprovechar esta coincidencia que tiene lugar tres veces en el año 2014. Luego del 12 de julio y del 10 de agosto, ya sólo nos queda la del 9 de septiembre, cuando la Luna se volverá llena el mismo día que ocurre el perigeo, a diferencia de la de agosto, que sucedió en la misma hora del perigeo.
Hay otros nombres desafortunados alrededor de la luna, como la famosa luna de sangre durante un eclipse, pero creo que haciendo todo esto a un lado, lo importante es volver a observar el cielo, ojalá que en esta última superluna haya cielos despejados para que se pueda disfrutar.
Más información
http://www.inaoep.mx
http://science.nasa.gov/science-news/science-at-nasa/2014/10jul_supermoons/
http://ciencia.nasa.gov/ciencias-especiales/28jul_perseids2014/