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2015 Año Internacional de los Suelos

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La ONU y la comunidad científica mundial conmemoran durante 2015 el Año Internacional de los Suelos (acuerdo de la 68 Sesión de la Asamblea General de la ONU celebrada en diciembre de 2013), destinado a promover la gestión sostenible de los suelos y concienciar a la opinión pública sobre su importancia, conservación y restauración. El objetivo es llamar la atención para el reconocimiento de la función central del recurso suelo como la base para la seguridad alimentaria y la provisión de importantes servicios ambientales, incluyendo la mitigación y adaptación al cambio climático. Se pretende desarrollar conciencia en la sociedad en general para el mantenimiento de suelos saludables y fértiles, para asegurar la alimentación de una población mundial en crecimiento y para responder a sus necesidades en términos de energía, fibra, forraje y otros productos.

p-03Los suelos sanos no solo constituyen la base para los alimentos, combustibles, fibras y productos médicos, sino que también son esenciales para nuestros ecosistemas, desempeñando un papel fundamental en el ciclo del carbono, almacenando y filtrando el agua, y mejorando la resiliencia ante inundaciones y sequías.

La FAO estima que un tercio de todos los suelos se degradan, debido a la erosión, compactación, obturación, salinización, agotamiento de la materia orgánica y los nutrientes, acidificación, contaminación y otros procesos causados por prácticas insostenibles de gestión del suelo.

Un centímetro de suelo puede tardar entre 300 y mil años en formarse, y con un 33 por ciento de todos los recursos mundiales de suelos degradados y una creciente presión humana se están alcanzando niveles críticos para la humanidad.

Al menos una cuarta parte de la biodiversidad mundial habita bajo tierra, donde la lombriz de tierra es un gigante al lado de pequeños organismos como bacterias y hongos. Estos organismos —incluidas las raíces de las plantas— actúan como los agentes principales que impulsan el reciclaje de nutrientes y ayudan a las plantas, mejorando la ingesta de éstos, contribuyendo a su vez a la biodiversidad por encima del nivel del suelo.

Una mejor gestión puede asegurar que estos organismos —que habitualmente pasan inadvertidos— aumenten la capacidad del suelo para absorber carbono y mitigar la desertificación, de forma que incluso pueda capturarse más carbono, ayudando a compensar las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la agricultura.

Con el fin de alcanzar estos objetivos, los organismos que promueven este Año Internacional proponen cinco pilares de acción fundamentales.

Promoción del manejo sostenible del recurso suelo para promover su protección, conservación y productividad sostenible.

Fomento de la inversión, la cooperación técnica, las políticas, la concienciación, educación, capacitación y la extensión sobre los suelos.

Promoción de la investigación y el desarrollo edafológico focalizado y centrado en las brechas y prioridades que se hayan identificado y las sinergias con acciones relacionadas con la producción, desarrollo ambiental y social.

Mejoramiento de la cantidad y la calidad de los datos e información edafológica: recolección de datos (generación), análisis, validación, presentación de informes, monitoreo y su integración con otras disciplinas.

Armonización de los métodos, medidas y los indicadores para el manejo sostenible y la protección del recurso suelo.

Más información

www.fao.org/news/story/es/item/270950/icode/

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