La emigración laboral de poblanos hacia Estados Unidos (EEUU) se registra desde el inicio del Programa Bracero (1942-1964) y se intensifica en el último decenio del siglo pasado, con participaciones crecientes en los flujos migratorios de mujeres, niños e indígenas. La militarización que de la frontera común realizó el gobierno de EEUU a mediados de los años 90; la criminalización de los migrantes no documentados expresada en cambios en las leyes migratorias de aquel país, así como la súbita y expresa deportación desalentaron el ingreso no documentado hacia ese país y alentaron el retorno. El tiro de gracia que menguó la intensidad del flujo migratorio de mexicanos fue la disminución en las tasas de crecimiento de la economía estadounidense y de la fuerza de trabajo no calificada, lo cual se tradujo en crecientes tasas de desempleo para los mexicanos residentes en EEUU, menores ingresos salariales y disminución del monto de divisas remitidas.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) elabora periódicamente una Encuesta Nacional sobre Dinámica Demográfica; en ella se incluye un módulo sobre migración internacional con cobertura estatal; con base en esa fuente, la emigración anual de poblanos hacia EEUU fue de 9 mil 356 en el quinquenio 1987-1992, de 19 mil 521 al año en el quinquenio 1997-2002, y de 13 mil 577 al año en el quinquenio 2005-2010 (Censo de Población y Vivienda); comparado con los flujos nacionales registrados en los mismos quinquenios, la participación porcentual de Puebla fue 2.5, 3.9 y 6.9, respectivamente. Un decenio bastó para que los poblanos duplicaran su intensidad migratoria; otro decenio para matar el sueño americano: a partir de 2007 es decreciente la tasa de crecimiento del flujo migratorio hacia Estados Unidos y son más los que regresan que los que emigran. Cada año del quinquenio 1987-1992 retornaron a Puebla 4 mil 236 personas procedentes de EEUU, comparados con los emigrados hacia ese país en ese quinquenio, la proporción de retornado respecto a los emigrados fue de 45 por ciento, perdíamos población; lo mismo sucedió en el quinquenio 1997-2002, donde cada año retornaron 12 mil 612 personas, equiparable al 64 por ciento de los que emigraron en ese quinquenio. En el quinquenio 2005-2010 retornaron a Puebla 17 mil 531 personas cada año, comparados con los que emigraron a EEUU durante ese quinquenio, los retornados fueron 129 por ciento más, nuestro saldo migratorio con EEUU era ya positivo, disminuían las personas nacidas en Puebla y residentes en Estados Unidos, y en contrapartida aumentaban los residentes en territorio poblano.
El Inegi aplicó una muestra ampliada de 10 por ciento en sus respectivos Censos de Población y Vivienda de los años 2000 y 2010, es la única fuente disponible para registros de migración internacional a nivel municipal. Con base en los Censos mencionados, el incremento neto de la población retornada al estado de Puebla que procedía del extranjero fue de 251 por ciento entre los quinquenios 2005-2010 y 1995-2000. Las regiones más afectadas fueron las ubicadas al norte de la entidad (Sierra Norte, Sierra Nororiental, Ciudad Serdán), que tuvieron un incremento neto del retorno superior a 900 por ciento entre los quinquenios registrados; las menos afectadas fueron las regiones de larga data en emigraciones internacionales y consolidadas redes sociales migratorias, las ubicadas al sur de la entidad (Mixteca, Atlixco) que registraron un incremento neto del retorno menor a 125 por ciento. La zona metropolitana de la ciudad de Puebla (ZMCP) en la definición del Inegi la integran 18 municipios de la entidad poblana contiguos y contínuos al de Puebla, con quien tienen una relación sistemática; en dicha zona, el incremento neto del retorno internacional entre 1995-2000 y 2005-2010 fue de 194 por ciento.
Una intensidad similar del retorno de migrantes se registra en diversas encuestas que hemos aplicado en el municipio de Puebla y en la ZMCP: a partir de 2007 disminuye la emigración y aumenta el retorno a México. En los años 2012 y 2014 realizamos una encuesta sobre migración internacional en la ZMCP, la técnica de acopio fue cara a cara en viviendas, en esas encuestas, el retorno como proporción de los emigrados fue de 19 por ciento en 2009-2010; 167 por ciento en 2011-2012, y 200 por ciento en 2013-2014. En el municipio de Puebla hicimos tres ejercicios cara a cara en viviendas en los años 2007, 2009 y 2010, con base en esas encuestas los retornados como proporción de los emigrados fue de 10 por ciento en 2003-2004; 7 por ciento en 2005-2006; 35 por ciento en 2007-2008, y 100 por ciento en 2009-2010.
En el municipio de Puebla también aplicamos, a través del teléfono, varias encuestas sobre migración internacional quinquenal, lo hicimos más de una vez al año entre 2007-2013 y en 2015. Con base en esas encuestas, el retorno como proporción de la emigración fue de 8 por ciento en 2005-2006; 40 por ciento en 2007-2008; 63 por ciento en 2009-2010; 59 por ciento en 2011-2012; 65 por ciento en 2013-2014, y 64 por ciento en 2015. A diferencia de los flujos nacionales o los de otras regiones de la entidad poblana (Sierra Norte, Mixteca), el flujo migratorio internacional de este municipio es más diversificado y de calificación laboral más alta que el promedio estatal: 84 por ciento emigra a EEUU, 11 por ciento a Europa, 4 por ciento a Canadá y 1 por ciento a países de América Latina, es una emigración más calificada, con mejores redes de resistencia y con menores tasas de indocumentados.
El propósito principal de la emigración internacional de mexicanos es laboral y EEUU es el principal destino; no obstante que seis de cada 10 migrantes tenían empleo en las localidades donde residían previo al cambio de residencia, buscan ingresos que les permitan mejores condiciones de vida para su familia; creen que en México no lo lograrán y que en EEUU sí podrán realizarlo. Las localidades de donde emigran —no siempre las mismas en que nacieron— no ofrecen la calidad de vida esperada por el emigrado internacional, los ingresos disponibles no satisfacen las necesidades básicas de sus familias, y la movilidad social asociada al trabajo y a la calificación laboral es inexistente. A esta dramática situación hay que agregarle la migración ambiental, por inseguridad pública y por despojo de territorio, cultura y biodiversidad. No siempre los emigrados internacionales cumplen sus expectativas, ni en todos los casos hay un retorno definitivo al territorio nacional ni se preservan las familias existentes al iniciar el éxodo. Algunos, que ya son la mayoría, no vuelven por voluntad propia: son deportados por la migra estadounidense o expulsados por el proceso de acumulación que ya no los necesita más.
Con las deportaciones algunas familias se escinden, la pareja y/o hijos del retornado pueden ser residentes documentados en EEUU o de esa nacionalidad por haber nacido en ese país; a veces regresan todos, otras nada más el deportado. Cuando regresa la familia hay problemas para integrarse a las actividades educativas y sociales y, en todos los casos, para integrarse al mercado de trabajo y percibir un ingreso que garantice un nivel de vida decoroso: las condiciones económicas que prevalecen en las localidades de expulsión de migrantes internacionales han empeorado. La tasa de crecimiento medio anual de la población ocupada en el estado de Puebla fue de 4.4 por ciento entre 1990 y 2000, y de 2.3 por ciento entre 2000 y 2010. En la región Sierra Norte, la tasa de crecimiento de la población ocupación fue de 3.5 por ciento en 1990-2000 y 0.7 por ciento en 2000-2010, para esos mismos años, en la Sierra Nororiental fue de 4.4 por ciento y 1.2 por ciento respectivamente; en la Mixteca, la tasa referida fue de 4.0 por ciento en 1990-2000 y 1.5 por ciento en 2000-2010. La economía registra tasas de crecimiento muy bajas, apenas de la magnitud del crecimiento poblacional, y las remuneraciones al trabajo decrecen desde 2008. En la Mixteca, el número de salarios mínimos por habitante en 2010 fue de 0.58; de 0.35 salarios por habitante en la Sierra Norte; de 0.66 salarios en la región de Serdán y de 0.71 salarios por habitante en la Sierra Nororiental; el promedio de salario mínimo por habitante para el estado de Puebla fue de 0.96 en 2010.
Las especificidades del retorno en la entidad poblana son abordados en este número por destacados especialistas, que a través de acuciosos trabajos etnográficos han documentado los dilemas de la reinserción de los retornados a las actividades cotidianas de la reproducción social de la vida. Agradecemos las valiosas contribuciones de Alison Elizabeth Lee, Ada Cabrera, María Eugenia D´Aubeterre, María Leticia Rivemar, Blanca Laura Cordero, Marcela Ibarra, Rocío del Carmen Osorno, Paula Alethia González y del padre Gustavo Rodríguez Zárate.