La notoriedad que ha alcanzado actualmente el tema del retorno de migrantes internacionales en México está ligada a un cambio en los movimientos migratorios de mexicanos hacia Estados Unidos en las últimas dos décadas. La mayoría de los estudiosos coinciden en señalar que la crisis financiera de los Estados Unidos de 2008, sus importantes consecuencias en el deterioro de las condiciones del mercado de trabajo estadounidense, así como las políticas restrictivas de contención de la migración —que han vuelto cada vez más infranqueable la frontera— han impactado los patrones de movilidad histórica de los mexicanos hacia el país del norte. El ritmo de crecimiento constante y exponencial de la migración México-Estados Unidos que se observó entre 1970 y el 2000, comenzó a frenarse a partir de este último año con la desaceleración de los desplazamientos al país del norte y el aumento de la migración de retorno. Se puede decir que esta desaceleración del incremento de los desplazamientos hacia Estados Unidos y el aumento de la migración de retorno representa una transformación que reconfigura el sistema migratorio, pero hasta ahora no es dable afirmar que la migración de retorno es una tendencia capaz de revertir la importancia de la emigración internacional en el panorama social, económico y político de las regiones migratorias.
Los desplazamientos migratorios mexicanos al país del norte entre 1970 y 1980 se triplicaron y la población mexicana residente en Estados Unidos llegó a la cifra de 2.2 millones de personas. Como efecto de los procesos de reunificación familiar que propició la reforma migratoria estadounidense conocida como IRCA (Inmigrant Reform and Control Act), en 1990 los mexicanos en Estados Unidos llegaron a 5 millones. A pesar de una desaceleración del ritmo de crecimiento de los flujos que se presentaron hasta el año 2000, los residentes mexicanos en Estados Unidos pasaron de 9 millones de personas en el 2000 a 12 millones en 2010, lo que significó un incremento de 32.6 por ciento. Sin embargo, lo que representa un cambio en el panorama migratorio es el aumento de la migración de retorno, la cual de 2000 a 2010 pasó de 267 mil 150 a 825 mil 609 retornados, lo cual significó en términos relativos un incremento de 200 por ciento del total de personas retornadas. En este sentido, Gandini, Lozano y Gaspar (Conapo 2015) identifican claramente este crecimiento del retorno en el marco de un nuevo escenario de la migración México-Estados Unidos.
En relación con estos datos generales que señalan el aumento el número absoluto de los retornos, algunos analistas hacen esfuerzos por entender las diferenciaciones regionales. Las principales entidades federativas con migrantes retornados en 2010 fueron: Jalisco (8.7 por ciento), Michoacán (8.4 por ciento), Guanajuato (7.9 por ciento), que corresponden a la región tradicional de retorno; estado de México (6.3 por ciento) a la región centro; y Veracruz (5.9 por ciento) de la región del sur-sureste. Les siguen Baja California (4.9 por ciento), Guerrero, Oaxaca, Puebla y Chihuahua (4.3 por ciento) respectivamente (Woo Morales y Flores Ávila 2015: 28)
De acuerdo a Gandini, Lozano y Gaspar (2015: 75-76): “la región con el cambio absoluto más importante en el número de migrantes de retorno de Estados Unidos fue la Sur-sureste, con un aumento de 491.9 por ciento entre 2000 y 2010, cifra que representó 21.9 por ciento del total del periodo. Destacan las entidades federativas de Veracruz, Oaxaca, Guerrero y Chiapas. Le sigue en orden de importancia la región Centro, que experimentó un incremento de 277.4 por ciento de migrantes de retorno en la década, lo que constituyó el 23.8 por ciento del aumento total del periodo. En esta región sobresalen los estados de México, Puebla, Hidalgo y Morelos con los mayores aumentos absolutos de migrantes de retorno procedentes de Estados Unidos. La región Norte incrementó el número de retornados en 169.4 por ciento entre 2000-2010 (20.5 por ciento del aumento total del periodo)”.
Puebla ha sido clasificado como parte de la región migratoria central. Se ha distinguido por el carácter indocumentado de sus migrantes y la circularidad del flujo: un constante ir y venir de los migrantes y una intensa movilidad del capital económico y cultural en estos recién construidos espacios transnacionales, incluso a pesar del incremento de las medidas de seguridad en la frontera. Por otro lado, también encontramos un flujo con circuitos migratorios sumamente diversos: antiguos-tradicionales o recientes; de migración indígena o mestiza; rurales-urbanos, urbanos-urbanos, urbanos-rurales; con un fuerte soporte de redes sociales o que se dan de manera dispersa y poco organizada ante la necesidad de buscar formas alternativas de ingreso familiar o ante la urgencia de salida por cuestiones de violencia (Ibarra, 2011).
Aun así, el estado de Puebla se ha caracterizado por un aumento sistemático de sus migraciones internacionales en el período comprendido entre 1960 y 2000. El Conteo de 2005 en el estado de Puebla arrojó que de los 4 millones 688 mil 913 habitantes que vivían en el estado, 96 mil 665 habitaban en octubre del año 2000 en otro estado de la República Mexicana, cifra que representa 2.1 por ciento de esa población; por otra parte residían en Estados Unidos de América 7 mil 641 poblanos, lo que significa 0.14 por ciento. Es decir, la migración interna e internacional son dos fenómenos existentes dentro del estado y que muchas veces, además, se articulan (Rivera 2013). La población que migró al extranjero en el quinquenio anterior al Censo 2010 fue de 73 mil personas, de las cuales permanecían en el extranjero 55 mil al momento de la entrevista del Censo y 18 mil ya habían regresado. Al comparar estas cifras con el Censo 2000 se observa que el número de migrantes internacionales creció en 0.9 por ciento.
Los índices de intensidad migratoria calculados por Conapo para 2000 y 2010, sin ser datos tan recientes marcan también algunas tendencias que hoy es posible apreciar. El índice se compone de varias variables que permiten observar cambios importantes a nivel de las viviendas en las comunidades de origen. Si bien existen diferencias conceptuales ya que el primero se calcula con base en hogares y el segundo con base en viviendas. En este sentido, para ambos períodos de medición, Puebla es catalogado con un Índice de Intensidad Migratoria Media. Puebla encabeza el grupo de entidades con grado medio de intensidad migratoria. En 2010, resalta por su alto porcentaje de viviendas con emigrantes en Estados Unidos, 3.04 por ciento, lo cual le concede el octavo lugar a nivel nacional en este indicador. Para el 2000 ocupaba el lugar número 15 con respecto a esa variable, aunque su porcentaje de migrantes por hogar era de 4.02 por ciento. Con respecto al porcentaje de hogares que recibió remesas en el 2000 y el porcentaje de viviendas que las recibió en 2010, pasó del lugar 20 al lugar 15. Es decir, aumentó el porcentaje de unidades de medición que recibieron remesas de una década a otra.
A partir de 2007 se empezó a percibir una desaceleración de la migración: menos visitas y más dificultades para el cruce. Hacia 2015, las deportaciones han aumentado. Esto ha generado una reactivación de la migración interna y contratada. Lo cual nos habla de un nuevo perfil y flujos que se reactivan y conectan (Inegi, 2005, 2010). Algunos de los datos estadísticos integrados por diversas fuentes dan cuenta de los cambios que el flujo migratorio poblano ha sufrido históricamente. Es posible afirmar que en las últimas décadas la migración poblana, si bien ha observado una desaceleración al igual que el flujo nacional, también se ha mantenido. El perfil de los migrantes se ha ampliado: ya no sólo migran hombres y mujeres, sino que también lo hacen los niños y los jóvenes. Se aprecia para la entidad, sobre todo, un aumento de los retornos por deportación o repatriación, y también un aumento incipiente del flujo de retorno de personas nacidas en Estados Unidos cuyo padre o madre nació en México.
Además del aumento de la migración de retorno en Puebla, debemos considerar que a partir de 2007 ha disminuido el número de migrantes de primera salida. El estudio de cuatro comunidades poblanas realizadas por D´Aubeterre y Rivermar (2014) confirma dicha tendencia con datos provenientes de una encuesta a nivel localidad. El panorama tanto en el territorio nacional, con sus variaciones por regiones migratorias, como en el estado de Puebla, nos muestra entonces la presencia de una migración de retorno que no se había visto en la historia de la migración desde 1930, con la gran depresión norteamericana (Gandini, Lozano y Gaspar 2015), y que se acompaña de otros cambios en los patrones migratorios, como por ejemplo la disminución de la circularidad de los movimientos. De 2000 a 2010 todas las regiones migratorias clasificadas por la Conapo con base en un índice de intensidad migratoria presentaron pérdida de la circularidad de los movimientos, al mismo tiempo que aumentaron los migrantes de retorno. En 15 entidades se redujo el porcentaje de viviendas con presencia de migrantes circulares. Todos estos datos nos hablan de que efectivamente asistimos a un cambio importante del sistema migratorio México Estados Unidos, en el que el retorno debe estudiarse siempre en su relación a la variación de otros indicadores.
Referencias
Conapo (2014) Dinámica demográfica 1990-2010 y proyecciones de población 2010-2030. Conapo/Segob: México.
http://www.conapo.gob.mx/work/models/CONAPO/Proyecciones/Cuadernos/21_Cuadernillo_Puebla.pdf
Conapo (2010) Indice de Intensidad Migratoria.
http://www.conapo.gob.mx/work/models/CONAPO/intensidad_migratoria/pdf/IIM_Estatal_y_Municipal.pdf
D´Aubaterre y Rivermar L., 2014 “Preguntas, Coordenadas Teóricas y Procedimientos”, en D´Aubaterre y Rivermar L. eds, Migración acelerada, crisis de la economía estadounidense y retorno en 4 localidades del estado de Puebla. BUAP, México, 2014, pp. 11-42.
Gandini Luciana, Lozano Fernando y Gaspar, Selene 2015. El retorno en el nuevo escenario de la migración México-Estados Unidos. México: Conapo.
Ibarra, Marcela y Rivera, Liliana (2011) Entre contextos locales y ciudades globales. La configuración de circuitos migratorios. Puebla-Nueva York. Ibero: Puebla.
Woo, Morales, Ofelia y Flores Ávila, Alma Leticia, “La migración de retorno de migrantes mexicanos en el siglo XXI”, Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015
Rivera Sánchez, Liliana, “Migración de retorno y experiencias de reinserción en la zona metropolitana de la Ciudad de México”, REMHU – Revista Interdisciplinaria de. Mobilidade Humana., Brasília, Ano XXI, n. 41, p. 55-76, jul./dez. 2013