Alejandro Cornejo Rodríguez es fundador e investigador emérito del Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica. Por invitación de Guillermo Haro se unió al equipo de trabajo del INAOE, y al lado de otros investigadores, es protagonista del desarrollo de la ciencia en México, específicamente en el área de la óptica. Egresado de física de la UNAM (1964), realizó sus estudios de maestría en la Universidad de Rochester, New York (1968) y en el Instituto de Tecnológico de Tokio, Japón; se doctoró en Ciencias con especialidad de Óptica (1982). Es fellow de la OSA (Optical Society of America), distinción por su aportación al avance de la óptica.
SyC: Usted es uno de los fundadores del INAOE ¿Cuándo y cómo llega al Instituto?
Alejandro Cornejo (AC): En 1971 yo era parte del grupo de óptica del Instituto de Astronomía de la UNAM, ese año empezó a circular “por debajo del agua” la noticia de que se estaba planeando la creación del INAOE. Tuvimos una invitación especial del doctor Guillermo Haro, las palabras del doctor fueron: “estoy muy avanzado en la fundación del INAOE, los estoy invitando a ver si se quieren ir conmigo”.
El 11 de noviembre de 1971 se creó por decreto presidencial el INAOE; se armó un escándalo terrible porque literalmente todo el grupo de óptica del Instituto de Astronomía de la UNAM nos fuimos al INAOE. Los compañeros de astronomía de la UNAM le llaman el “Tonantzintlazo”; sienten que fue para afectar al instituto de la UNAM, personalmente no me gusta que le llamen así porque esa no fue la idea.
Sostengo que Guillermo Haro es el científico visionario más importante de México del siglo XX porque tenía una idea muy clara de lo que se requería para hacer astronomía en México, para impulsar el desarrollo de la ciencia. Haro, por su experiencia como astrónomo observacional y en manejo de instrumentos, se había percatado de que para el desarrollo de la astronomía, necesitaba la óptica, la electrónica y, aunque no lo mencionara, la mecánica. El INAOE arranca con la visión de un hombre muy clara, no se inventó las cosas, yo creo que ya las tenía muy maduradas y “muy pesadas” desde muchos años antes.
SyC: ¿Cuál fue el desarrollo de la óptica en el INAOE y cómo impactó en el país?
AC: Uno de los primeros proyectos del INAOE surgió de la necesidad de tener nuevos instrumentos ópticos hechos en México —Haro había trabajado con la Cámara Schmidt—; así que nos lanzó el reto: ¿pueden o no hacer la óptica de un telescopio nuevo?
Empezamos a trabajar el 1 de enero de 1972, ya aquí (Tonantzintla), sin espacios adecuados ni laboratorios, iniciamos los trabajos en el edificio viejo del OANTon. En el área de óptica empezamos con el proyecto astronómico de un espejo de 212 centímetros de diámetro. Ese fue el primer gran proyecto de óptica del INAOE. Junto a ese, otro proyecto muy importante fue el desarrollo de ópticas para microscopios de baja amplificación, relacionado con la compañía Microscopios S. A. cuyo dueño era el ingeniero Oscar Rossbach. Haro y Rossbach acordaron que el INAOE se haría cargo de diseñar, construir y medir las ópticas para los microscopios, en esos años hubo buenos resultados, se hicieron los diseños y los prototipos. El proyecto desafortunadamente se interrumpió 10 años después porque Haro se retiró, llegó el nuevo director y consideró que esto no tenía sentido para nosotros.
Haro era bravísimo y nos metía en cada rollo canijo… en 1972 nos dijo: ¿por qué no arrancamos estudios de maestría en el INAOE? En septiembre de 1972 arranca la maestría en óptica y en 1973 la maestría en electrónica y de ahí para el real.
Entre las primeras instituciones científicas que han logrado desarrollarse mucho en México fuera del DF está en INAOE. No se imaginan el acoso de compañeros míos de física para saber si estábamos haciendo bien la maestría, hicimos un programa muy bien cimentado, todo en orden, todo estaba bien hecho y programado.
Con el famoso “Tonantzintlazo” ocurren dos cosas muy importantes en el campo de la óptica en México: se descentraliza no solamente la investigación, también la docencia a nivel de posgrado, y lo mismo ocurre con electrónica; los centros más importantes donde se desarrolla la óptica son el INAOE, el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE) en su Departamento de Óptica y el Centro de Investigaciones de Óptica (CIO) en León, Guanajuato. Actualmente en 15 estados del país existen grupos de investigación en óptica en diferentes áreas.
Cuando regresa Daniel Malacara con su doctorado en Óptica en 1965 arranca la era del desarrollo de la óptica en México, a 50 años, las cifras grosso modo de las tres instituciones más fuertes indican que han egresado 788 maestros en ciencias y 496 doctores en el área preparados en México. 50 años y 500 doctores significa una producción promedio de 10 doctores por año y ha ido aumentando, a los demás físicos les da una envidia de la fregada porque no hay ninguna área en física que nos supere, ahí están las cifras, corrobórenlas, el INAOE ha participado en la construcción de este panorama.
Lo que produjo esa salida fue una diáspora para que la óptica creciera en México fuera del DF y de una manera impresionante.
También se empezaron a desarrollar otros campos de la óptica; por ejemplo: la holografía, el procesamiento de imágenes, óptica física – óptica de Fourier, láseres. Éstas empezaron a promoverse para ampliar las actividades en óptica.
SyC: ¿Cuál es el proyecto más importante en el que ha participado en estos años de trabajo en el INAOE?
AC: Hay dos, el de la óptica del telescopio que está en el observatorio Guillermo Haro en Cananea, Sonora, parte de los diseños, construcción y medición de la óptica de los microscopios (pruebas ópticas), metrología de superficies y sistemas ópticos, que es una de las áreas fuertes en óptica del INAOE.
Un producto muy importante de esta actividad, de la metrología, nos condujo a la publicación del libro Optical Shop Testing (1978) editado por Daniel Malacara, bajo el sello editorial John Wiley; no te imaginas la chamba que era; ahora todo se hace en computadora, pero todos los dibujos de la primera edición se hacían a mano, no había otra forma de hacerlos. Más de la mitad de los capítulos es de autores mexicanos y es un producto desarrollado totalmente dentro de INAOE, en esta área en particular, a nivel internacional, es como la biblia y esta biblia nació en este instituto.
Está traducido a varios idiomas, es una de las joyas importantes en el campo de la óptica, aunque sea un campo muy particular. Yo creo que es una de las contribuciones más importantes a nivel internacional.
SyC: ¿Hacia dónde se dirige el desarrollo de la óptica en el INAOE?
AC: El desarrollo de la óptica se ha diversificado en fotónica, instrumentación óptica y metrología, óptica cuántica, óptica estadística, fibras ópticas, la optofotónica, holografía, óptica física, óptica de Fourier y biofotónica, algunas con relevancia en el campo de la medicina.
SyC: ¿Alguna anécdota que quiera compartir?
AC: La labor de la óptica del telescopio de Cananea nos llevó cinco años; la actividad práctica nos llevó de alguna forma a producir este libro (Optical Shop Testing). Daniel Malacara y yo hacíamos los programas de computo, “nos la rifamos” con todo el trabajo teórico —casi siempre en el taller—, y en la parte práctica estaba José Castro, excelente tallador óptico, y dos ayudantes: Juan Carlos Rodríguez y Juan Cuautle, que trabaja en la UAP, el famoso Kalimán. Fue en mayo de 1978 —bajo muchas presiones— que se terminó de tallar la óptica del telescopio. Nuestra celebración consistió en abrir cuatro latas de angulas en aceite —muy baratas, por cierto—, una botella de vino con pan de agua y pan de centeno en el taller de óptica; hasta se me hace agua la boca. Terminamos de trabajar, limpiamos, abrimos las latas y disfrutamos el momento, recordando todo lo que pasamos. Ese brindis fue a la 1 de la mañana, pues empezábamos a medir a las 12 de la noche, cuando la temperatura estaba muy tranquila.