Corrupción e impunidad

Suponer, como lo hace Enrique Peña Nieto, que él piensa es un eufemismo; él jode a la mayoría de mexicanos de una manera muy eficiente: tres de cada cuatro ciudadanos considera que la actual situación económica, política y de seguridad pública en el país es peor a la del año anterior, y dos de cada tres ciudadanos creen que el país marcha por rumbo equivocado, y están en desacuerdo con la gestión del Ejecutivo federal (Consulta Mitofsky, Evaluación del 15 trimestres de gobierno). La inseguridad, la crisis económica, el desempleo, la pobreza y la corrupción son de los principales problemas del país, mismos que Peña Nieto no ha logrado afrontar con éxito. En 45 meses de gestión Peña Nieto perdió a 25 por ciento de los ciudadanos que lo apoyaban al inicio y aumentó en 30 por ciento los ciudadanos que hoy lo desaprueban (http://www.consulta.mx/index.php/estudios-e-investigaciones/evaluacion-de-gobierno/item/846-evaluacion-15-trimestres-de-gobierno-de-enrique-pena-nieto).

Adicional a los malos logros de su administración, el Ejecutivo federal tiene que sudar calenturas ajenas que no lo son tanto, ya que hay connivencia y complicidad con los gobernadores que hicieron un uso dispendioso e ilegítimo del erario: en junio de este año se renovaron 12 gubernaturas, el PRI perdió en seis entidades (Veracruz, Chihuahua, Querétaro, Tamaulipas, Durango y Aguascalientes) y repitió en tres (Tlaxcala, Zacatecas e Hidalgo); las pérdidas de las gubernaturas del PRI están asociadas a excesos de deuda pública contraída por gobernadores de ese partido político, ante las cuales la Procuraduría General de la República (PGR), el Sistema Administrativo Tributario (SAT) y la Auditoría Superior de la Federación (ASF) poco o nada hicieron. Al finalizar las campañas estatales de este año, los índices de desaprobación de los gobernadores de Veracruz, Chihuahua, Tamaulipas y Aguascalientes fueron superiores al 50 por ciento (Consulta Mitofsky, Se van 12 gobernadores, sus aprobaciones); malos manejos del erario están en la base de tal desaprobación y en la alternancia política.

Hoy el PRI se deslinda del gobernador con licencia de Veracruz, Javier Duarte, a quien expulsó por unanimidad de sus filas (La Jornada, 26/10/16), y sobre quien hay evidencia fundada de enriquecimiento ilícito y malos manejos del erario. Desde que inició su gestión hubo evidencia de ello: el 20 de enero de 2012  la PGR decomisó, en el aeropuerto de Toluca, 25 millones de pesos en efectivo en un avión del gobierno de Veracruz. La PGR busca a Javier Duarte por delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita; el SAT lo investiga por  presunción de actos de corrupción, ya que detectó 33 empresas fantasmas que no entregaron los productos requeridos, por los que el gobierno de Veracruz pagó 3.3 mil millones de pesos (mp), y la ASF tiene contra el gobierno de Veracruz 53 denuncias por 35 mil mp. Cuando asumió el cargo Javier Duarte, la deuda pública oficial era de 12.6 mil mp, cuando pidió licencia (12/10/16) fue de 43.8 mil mp, el aumento fue de 250 por ciento. Otra fuente registra todos los pasivos del gobierno de Veracruz y señala que la deuda pública al concluir la gestión de Javier Duarte fue de 166.7 mil mp, esto es, 225 por ciento más que cuando ingresó (Hilario Barcelata, Observatorio de Finanzas Públicas, UV).

El PRI es el partido más repudiado en México: uno de cada dos ciudadanos opina negativamente de ese partido y/o lo rechaza, y es el segundo en preferencia electoral, más cerca del tercer lugar que del primero. Generalmente al PRI y a los priistas se le asocia a actos de corrupción y de impunidad y los ejemplos son muchos, empezando por Enrique Peña Nieto, Carlos y Raúl Salinas de Gortari, Elba Esther Gordillo, Carlos Romero Deschamps, y los ex gobernadores César Duarte (Chihuahua), Roberto Borge Angulo (Quintana Roo); Huberto Moreira Valdés (Coahuila), Andrés Granier (Tabasco), Tomás Yarrington y Eugenio Hernández Flores (Tamaulipas), Fidel Herrera (Veracruz), Arturo Montiel (México) (Dolia Estevez, “The 10 Most Corrupt Mexicans of 2013”, Forbes, 16/12/16). El mejor de los precandidatos del PRI a la presidencia de la República en 2018 es Miguel Ángel Osorio Chong, quien ocupa la tercera posición en intención de voto, varios puntos por debajo de Margarita Zavala (PAN) y de Andrés Manuel López Obrador (Morena). Para ser competitivos, el PRI debe lavar su imagen y ha ofrecido en prenda a Javier Duarte, a quien quizá se le finque una responsabilidad menor, pero nunca haber financiado la campaña presidencial de Peña Nieto en 2012, cuando se le decomisaron 25 millones de pesos en efectivo.