México es un país en desarrollo que busca transitar hacia una economía competitiva, sustentable y de bajas emisiones de carbono; en 2015 se comprometió ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático a reducir de manera no condicionada 25 por ciento de sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) al 2030 y 50 por ciento al 2050. El país enfrenta también la necesidad de sustituir o reponer las fuentes de energía primaria ante la evidente disminución de la producción de petróleo y el agotamiento de las reservas en los últimos 13 años, cayendo la producción en casi 43 por ciento, de 3.3 millones de barriles diarios en 2004 a 1.9 millones de barriles diarios de petróleo. De no reponer o sustituir sus fuentes de energía primaria tendrá que volverse un importador mayoritario de energía. Para superar estos retos es necesario revolucionar el sector energético hacia una mayor participación de las fuentes de energía renovables. Gracias a su ubicación geográfica y condiciones geológicas, el país cuenta con gran potencial para el aprovechamiento de las energías solar, eólica, maremotriz, bioenergética y geotérmica. Aprovechar estos recursos representa la oportunidad de mantener el flujo de energía que requieren los sectores productivos del país y la satisfacción de las necesidades de los consumidores, pero implica hacerlo de manera responsable, observando criterios de sustentabilidad para cuidar la renovación de los recursos naturales, la conservación de los ecosistemas, el disfrute de los beneficios y la aceptación social de los actores involucrados.
Hemos sido testigos de que a partir de 2013 se inició una profunda transformación del sector energético reforzando las facultades de planeación y la rectoría de la Secretaría de Energía. El 24 de diciembre de 2015 aparece publicada en el Diario Oficial de la Federación la Ley de Transición Energética (LTE), uno de los factores de cambio en la transición energética obedece a un cambio tecnológico, el cual, a su vez, se basa en la oferta energética a partir de energías renovables, demanda energética y tecnologías integradoras. Para impulsar la transición energética se propone un conjunto de mejores prácticas, entre las cuales destacan la creación de institutos especializados y la formación de capacidades y competencias mediante la formación de recursos humanos, de nivel técnico y profesionales. Con la implementación de esta reforma se requerirán 135 mil especialistas en el sector energético, según datos de la Sener, en donde además se fomente la investigación e innovación y que coadyuve al desarrollo sustentable de México. La formación de estos especialistas es tarea de las Instituciones de Educación Superior (IES) públicas y privadas, las cuales deberán garantizar esta calidad en la educación con perfil docente idóneo, investigación, oferta de posgrado, prestigio internacional y acreditación de sus Programas de Estudio (PE), por citar algunos parámetros. Durante el primer trimestre de 2016, el Instituto Mexicano de Competitividad (IMCO), presentó referentes sobre consecuencias económicas, salarios promedio y número de profesionistas con un perfil en Ingeniería en Energías Renovables o similar, así como la tasa de ocupación. De acuerdo con los datos presentados, este último indicador alcanza 93 por ciento. Este mismo estudio observa que el número total de Instituciones de Educación Superior (IES) que imparten la carrera de Energías Renovables o afines en el país es de 255, de las cuales 90 por ciento son públicas y los restante se imparte en IES privadas; actualmente el número de estudiantes que la cursan es de 59 mil 51, aproximadamente.
Ante estas condiciones y el escenario nacional e internacional, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), a través de la Licenciatura de Ingeniería en Energías Renovables (LIER), adscrita a la Facultad de Ciencias de la Electrónica (FCE), tiene el objetivo de formar profesionales competentes en el desarrollo e innovación de tecnologías y procesos para el aprovechamiento de los recursos energéticos renovables. Se ha demostrado que todas las fuentes de energía renovable tienen ventajas y desventajas. Algunas, como la energía solar y la eólica, no permiten su aprovechamiento continuo debido a su naturaleza intermitente, variando según las condiciones climáticas locales o el horario. Otras, como la bioenergía, dependen de la disponibilidad local de materia prima, de las estaciones y de los ciclos biológicos productivos. La LIER de la BUAP tiene el objetivo de formar ingenieros con competencias en el dimensionamiento, desarrollo y adaptación de sistemas energéticos híbridos, que permitan combinar dos o varias fuentes de energía renovable, controlados por sistemas computacionales, diseñados para operar sistemas dinámicos complejos que a su vez incorporen sistemas de almacenamiento de energía y factores humanos. El propósito de generar sistemas híbridos energéticos es inter y transdisciplinario porque convergen y fusionan disciplinas científicas y tecnológicas como la termodinámica, física teórica, óptica, bioquímica, ecología, ciencias del clima y de la atmósfera, electrónica, sistemas de control, sistemas de potencia y electricidad, pero también se requiere de la participación social, la economía, la toma de decisiones multicriterio y las ciencias de la sustentabilidad.
La LIER es un programa educativo de reciente creación, que se ofreció por primera vez en el ciclo escolar 2013-2014 y cuya demanda ha ido aumentando considerablemente. El tiempo mínimo para cursar este PE es de 3.5 años y un máximo de 6.5 y el título otorgado es el de Ingeniero (a) en Energías Renovables. Esta licenciatura ha aprovechado las grandes fortalezas docentes y equipamiento de laboratorios ya existentes de la FCE, pero desde su creación también se han integrado nuevos profesores con el perfil docente adecuado y se han generado nuevos espacios de aprendizaje. Ejemplo de ello son el laboratorio de bioenergía, laboratorio de energía solar, laboratorio de química y biocombustibles, laboratorio de mecánica de fluidos y transferencia de calor, estos dos últimos localizados en el recientemente inaugurado edificio Multilaboratorios. Además, y conjuntamente con la Ingeniería en Sistemas Automotrices, se tienen disponibles un laboratorio dotado de autos con tracción eléctrica, que permitirán hacer docencia, investigación y desarrollo con sistemas basados en tecnologías del hidrógeno y nuevos sistemas de almacenamiento de energía. Por su formación, el egresado de esta licenciatura le da las oportunidades en la generación de nuevas empresas de base tecnológica, relacionadas con la energía, el desarrollo sustentable y los socioecosistemas. Así mismo, podrá participar en proyectos de investigación y desarrollo tecnológico, diseño de sistemas y productos, consultoría y podrán continuar con estudios de posgrado.
Con todo ello, la LIER de la FCE—BUAP tiene un gran compromiso que requiere generar nuevos modelos y marcos conceptuales inter y transdiciplinarios para enfrentar problemas y propiedades emergentes al tiempo que se generan nuevos saberes y teorías.
