Saldo del Tratado de Libre Comercio

Atendiendo solamente al saldo en cuenta corriente (exportación e importación de bienes, servicios, renta y transferencia), los 23 años de apertura comercial y liberalización económica han significado un déficit para México de 315 mil 773 millones de dólares (md); no han sido los residentes de este país quienes se han beneficiado con la apertura. De los cuatro grandes rubros de la balanza de cuenta corriente, solo somos superavitarios en transferencias, es decir que las remesas que ingresan al país son de mayor cuantía a las que salen: entre 1980 y 1993 el saldo anual promedio en transferencias fue de 2 mil 105 md; de 1994 a 2016, el saldo anual promedio fue de 16 mil 221 md. Este superávit en los ingresos secundarios (transferencias) es anulado por el saldo negativo en el rubro de renta (utilidades, dividendos e intereses), que antes del TLC fue de 8 mil 619 md promedio anual, y de 1994 a 2016 el déficit promedio anual de renta fue de 17 mil 378 md. Cuando teníamos medidas proteccionistas (1980-1993), el saldo anual promedio en cuenta corriente fue de -6 mil 928 md; después del TLC, fue de -13 mil 729 md.

En el caso específico de exportación e importación de productos agropecuarios, el saldo entre 1994 y 2016 fue de -12 mil 631 md; los saldos positivos estacionales registrados entre enero y junio no son lo suficientemente grandes para compensar el déficit de julio a diciembre, tampoco las divisas aportadas por la exportación de flores, legumbres y fruta fresca. Solamente en granos básicos (maíz, trigo, arroz y frijol) nuestro déficit comercial fue de 48 mil 764 md durante la vigencia del TLC. La apertura significó que en granos básicos dejáramos de sembrar 1 millón 10 mil 704 hectáreas (ha), situación que afectó por lo menos a medio millón de productores agrícolas; entre el trienio 1991-1993 y 2014-2016 la producción de granos básicos aumentó dos kilos por persona, insuficiente para atender el crecimiento de la demanda interna, y la dependencia alimentaria (proporción entre importaciones y consumo aparente mayor a 25 por ciento) de granos básicas pasó de 16 por ciento al inicio del TLC a 36 por ciento en el año 2016.

Si consideramos los 10 productos agrícolas más importantes cultivados en México (los granos básicos ya mencionados, soya, ajonjolí, algodón hueso, cártamo, sorgo y cebada), entre el trienio 1991-1993 y el trienio 2014-2016 se dejaron de sembrar 486 mil 156 has; la producción per cápita de esos 10 productos aumentó 12.2 kilos por persona, los precios medios rurales de esos 10 productos se deterioraron en 33.3 por ciento y la dependencia alimentaria pasó de 23 por ciento a 35 por ciento. A pesar de que los precios medios rurales de los 10 productos agrícolas más importantes cayeron a una tasa media anual promedio de -1.7 por ciento entre el trienio 1991-1993 y 2014-2016, la producción nacional de esos productos se incrementó a una tasa anual de 1.6 por ciento en ese periodo, merced al incremento de los rendimientos, que explican el 92 por ciento de dicho aumento; aun así, la tasa de crecimiento anual del producto per cápita (0.2 por ciento) fue insuficiente parta abastecer consumos alternos al uso directo de alimentos (alimentos balanceados para ganadería, cereales, aceites, etanol, farmacéutica) y nuestra dependencia alimentaria aumentó junto con el déficit comercial agrícola. Actualmente somos autosuficientes en frijol, algodón hueso, cebada y sorgo y somos dependientes alimentariamente en arroz, maíz, trigo y soya

La intensidad de los bienes y servicios importados fue mayor a la registrada por las exportaciones; los precios de los productos importados que eran relativamente menores a los nacionales, dejaron de serlo; la inversión extranjera no anidó en la producción de bienes tangibles e intangibles para el consumo nacional; el comercio mundial se desaceleró y perdimos productividad. La intensidad y amplitud de la apertura debe reconsiderarse así como el régimen de salvaguardas; además de rubros no incluidos en el TLC como la conservación de ecosistemas, bioprospección, derechos laborales, flujos migratorios y pérdida de biodiversidad.