Todo y Nada, Reflexiones

· Ilustración: Diego Tomasini / Dibrujo

· Ilustración: Diego Tomasini / Dibrujo

Cuidemos a nuestro planeta. Dice el espectacular, la nota, la etiqueta y hasta el mingitorio del bar que usa papel higiénico de ese café que pocos sabemos por qué es de ese color y hasta da miedo usarlo, que tal que es por estética del lugar solamente. Esta frase o sus similares son comunes en casi todo lo que vemos, escuchamos y compramos, entonces, la pregunta es: si tenemos tanta información ¿por qué año con año, los estudios nos dicen que estamos peor? Será que se ha vuelto un buen negocio el cuidado del medio ambiente, una filosofía de vida, una chaireada, un estilo, un eslogan que vende o por qué no, como muchos dicen, una moda.

Así es, amante de las letras verdes, lector incansable de esta columna tendiente al hipismo, es así como abrimos y tenemos la oportunidad de analizar diferentes opiniones en torno a lo que en temas ambientales acontece ya que informes van, informes vienen y el medio ambiente, aunque siempre peor, da de qué hablar. Recientemente los mexicanos vivimos un embate de información, con afán de vendernos todo lo bueno que en materia política se ha logrado hasta el momento, en verdad pensaron que nos íbamos a creer todo eso… creo que sí. Bueno, total, que como buenos mexicanos nacionalistas y atentos a los resultados, pusimos especial atención a lo que realmente importa, el medio ambiente, ¿qué no? Veamos. Resulta que expertos en materia ambiental han dado su veredicto, “el deterioro del medio ambiente es preocupante”. Muchos antropólogos también están hablando de ello al analizar problemáticas sociales como migración, problemáticas hídricas, minería, entre muchas otras. Los economistas también están hablando de lo mismo y en muchos casos con caras de preocupación realizan declaraciones del cómo un sistema capitalista y depredador como éste se está acabando los recursos naturales, ellos, los que saben, con el corazón estrujado declaran: “La economía depende de los recursos naturales”  y se preguntan: ¿Qué haremos si tal o cual recurso se acaba, el petróleo, por ejemplo? Querido y siempre amado lector, si a usted lo anterior se le hace un poco exagerado, entonces posiblemente tenga razón, por ello los más optimistas nos hablan de la tan amable y siempre socorrida sustentabilidad, que si la analizamos hasta el tuétano nos encontraremos que no resuelve los problemas, es más, toda esa información de la que hablamos al principio, si está, en muchos casos estaría desaprovechada, en otros, mal utilizada, y en muchos más, la mayoría solo para ser bien vistos y no ser criticados. Existen muchos casos que han sido bien documentados en donde se exhiben la falta de recursos y voluntades políticas, económicas, sociales y científicas y que solo les queda caer en un conformismo con pensamiento progresista que se limita a pensar en opciones que generen recursos y que logren tapar con un dedo el sol, por ejemplo, el ecoturismo como una opción, pero no analiza las problemáticas reales, y al analizar algunos años de impulso al turismo, en los llamados Pueblos Mágicos, que no son tan mágicos, en áreas naturales protegidas, al parecer no tan protegidas, nos damos cuenta de que lo que siempre importó y no va a dejar de importar, al menos hasta el momento, es la generación de capital monetario y claro si de paso es posible una mano de obra especializada y barata, es decir, capital humano sin seguridad de ningún tipo, entonces la estrategia camina como se espera; para ello un suelo erosionado, aguas contaminadas, minería, fractura hidráulica, un proceso fuerte de deforestación, monocultivos, procesos de defaunación, organismos genéticamente modificados, entre muchos otros factores, se convierten en excelentes aliados del capitalismo, que enmascaran su verdadero impacto.

Entonces, cuando escuchamos o vemos la frase “Salvemos al Planeta”, lo más importante es analizar cómo está siendo usada, en ocasiones, verdaderos monstruos que presentan caras de ángeles nos pueden dar un informe, esos mismos monstruos pueden organizar una reforestación o hasta auspiciar proyectos de conservación, los mismos pueden tener proyectos sociales e intentar mitigar problemas tan naturales como el cambio climático, el cual es acelerado por las actividades humanas causantes del calentamiento global por hablar de una de sus principales causas; ellos nos dicen que no tiremos basura, que no talemos, que no desperdiciemos el agua, que es culpa nuestra; espera un momento… Y quién les dice a ellos que paren sus fábricas, que paren la minería, la extracción de petróleo, quién les dice a ellos que nadie de los de a pie, vierte metales pesados a los ríos. Amable lector. Cuando escuchamos frases del tipo conservacionista sabemos que no son malas, lo malo es lo torcido en las políticas que hay detrás de dichas frases y que solo quieren hacernos sentir mal, culparnos hasta llegar al punto de despojarnos y todo para ser dueños de los bienes naturales, ahora bien, existe mucha información. Años y años de trabajo. Hombres y mujeres de ciencia han dado su vida por el conocimiento, para que un discurso sin fundamentos permeé más y es que el modelo neoliberal está tan bien estructurado que toma en cuenta a una población desinformada en extrema pobreza y con ello garantiza la reproducción de la fuerza de trabajo, garantiza la idolatría de cualquier figura y la poca capacidad de razonamiento político, es por ello que el mismo sistema quiere eliminar a estos hombres y mujeres de ciencia, pensantes, divulgadores incansables que como guerreros soportan los embates del diseño divino de una sociedad zombie. Es por ello, querido lector amante de la naturaleza, sugerimos que, antes de pensar que un informe de gobierno tiene razón, antes de hacer caso a empresas que lavan penas con acciones pro-naturaleza, antes de creer en la ciencia o en una institución, cualquiera; antes de creer en estas líneas, dude, dude de todo… infórmese, asómbrese y en verdad le aseguramos que entonces ahora sí iniciará un camino hacia la comprensión y conservación de la naturaleza.

 

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