Memorial: Alfonso Serrano Pérez-Grovas (1950-2011)

p-15Gran promotor de la ciencia y hombre visionario de convicciones, gran calidad humana, enorme capacidad de trabajo, dinamismo y fuerza. Así fue descrito el doctor Alfonso Serrano Pérez-Grovas (1950- 2011), quien fuera director general del INAOE y creador del Gran Telescopio Milimétrico, en un memorial en su honor que se llevó a cabo el pasado 22 de febrero en Tonantzintla.

El memorial fue presidido por los doctores Leopoldo Altamirano Robles, director general del INAOE; José Sarukhán Kermez, ex rector de la UNAM; Gustavo Urquiza Beltrán, rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos; Peter Schloerb, investigador de la Universidad de Massachusetts Amherst; Mari Carmen Serra Puche, investigadora del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM; Víctor Guerra Ortiz, coordinador de servicios tecnológicos de la CFE, y Edmundo Gutiérrez Domínguez, investigador del INAOE.

El doctor Sarukhán habló de la enorme capacidad, dinamismo, fuerza y convicción de Alfonso Serrano, a quien conoció en la UNAM. Relató que a lo largo del tiempo trabaron una gran amistad. “Le tenía gran aprecio personal. Era un amigo, alguien que entendía a la academia”.

De la misma forma, el doctor Gustavo Urquiza Beltrán, rector de la UAEM, aseveró que el nombre de Alfonso Serrano Pérez-Grovas es representativo de instituciones nacionales como el INAOE, la UNAM y el Conacyt, pero también de estatales. El rector apuntó que Serrano estuvo presente en la UAEM como un instigador del cambio, siempre dispuesto al apoyo. Ello se tradujo en la creación del Centro de Ingeniería y Ciencias Aplicadas, que nació de la colaboración entre el INAOE y la citada casa de estudios.

La doctora Mari Carmen Serra Puche rememoró a Alfonso Serrano con una frase de Aristóteles: “sin amistad el hombre no puede ser feliz”. Agregó que coincidieron como directores de los institutos de Astronomía y de Investigaciones Antropológicas de la UNAM durante los años difíciles de la huelga, y que Serrano siempre buscó el consenso de las ciencias y las humanidades, lo que le permitió hablar un lenguaje a favor del conocimiento. “Fue un hombre con una indómita curiosidad de científico, lector voraz y conocedor de la historia y la cultura que trató de entender su mundo, su época y su entorno”, indicó.

El doctor Víctor Guerra Ortiz comentó que Alfonso Serrano fue un gran amigo y figura central en la realización de dos proyectos relevantes para el país que han dejado su huella en el tiempo: la introducción de Internet a México mediante los convenios para la conexión entre la UNAM y la NSFNET, y la construcción de los satélites UNAMSAT 1 y 2.

Finalmente, el doctor Leopoldo Altamirano Robles manifestó: “Nos toca a nosotros usar sabiamente el legado del doctor Serrano, el GTM, para formar no sólo a los futuros astrofísicos, sino también a las nuevas generaciones de instrumentistas, desarrolladores de sensores y computólogos. Sólo así cumpliremos su meta, aunque seguramente tenía otras más grandes”.

A continuación, compartimos el texto que el doctor Peter Schloerb leyó en el memorial.

 

Reflexiones sobre Alfonso Serrano

  1. Peter Schloerb. Universidad de Massachusetts Amherst, EEUU

 

Me complace estar hoy aquí con ustedes al recordar a Alfonso Serrano. Alfonso y yo trabajamos juntos por más de 20 años construyendo el telescopio que ahora lleva su nombre: el Gran Telescopio Milimétrico Alfonso Serrano. Compartimos el sueño de construir una gran instalación capaz de lograr fantásticos descubrimientos científicos.

Y hoy ese sueño está siendo realizando. El GTM es ahora un telescopio completamente terminado y nuestro equipo está preparando esta infraestructura para una completa operación científica. Pronto apuntaremos el telescopio hacia una gran cantidad de fuentes que han sido seleccionadas de las propuestas, revisadas por pares, de nuestras comunidades científicas. Estoy ansioso por ver los nuevos resultados científicos que resultarán de estas observaciones.

El Gran Telescopio Milimétrico es una notable pieza de equipamiento científico. El reflector de 50 metros de diámetro, que fue ensamblado y alineado por el equipo de aquí, del INAOE, mantiene su forma parabólica, en los 2000 metros cuadrados de su área, con una precisión de aproximadamente el grosor de un cabello humano. Nos movemos y apuntamos esta superficie hacia radio fuentes en el cielo con una precisión de aproximadamente un segundo de arco. Esto significa que posicionamos el borde de la estructura del reflector de 50 metros, que pesa cientos de toneladas, con una precisión de alrededor de una décima de milímetro.

¿Cómo es que esto llegó a suceder en México? La respuesta es, por supuesto, Alfonso Serrano.

Creo que hay lecciones importantes que aprender de la vida de Alfonso y del éxito de nuestro telescopio. Y así ahora, mientras recordamos a Alfonso, me gustaría contarles sobre tres lecciones (debería decir tres de muchas) que aprendí en el tiempo que pasamos juntos. Las lecciones son:

  • Pensar fuera de la caja para ver las grandes oportunidades.
  • Ser persistente y nunca darse por vencido.
  • Disfrutar del trabajo y disfrutar de la vida.

Pensar fuera de la caja para ver grandes oportunidades: no estaba seguro de qué tan bien se traduciría esto, así que me alivió encontrar un artículo entero de Wikipedia titulado “Pensar fuera de la caja”. El origen de la frase se encuentra en un simple rompecabezas de nueve puntos dispuestos en un cuadrado. El desafío es trazar cuatro líneas, que conecten todos los puntos sin levantar la punta del lápiz del papel. La mayoría de las personas que se enfrentan con este rompecabezas intenta dibujar las cuatro líneas dentro de los límites de la caja. Pero no funciona. El acertijo se resuelve extendiendo las líneas más allá de los bordes.

En las primeras etapas de discusión sobre las posibles colaboraciones, entre México y la Universidad de Massachusetts, hablamos sobre varias ideas. La mayoría de ellas estaban “dentro de la caja”. Fáciles de imaginar, fáciles de justificar y dentro de las experiencias familiares de todos los interesados.

La selección de Alfonso Serrano del GTM estaba definitivamente ¡fuera de la caja! El radiotelescopio más grande del mundo en su tipo; un impresionante desafío técnico; en un país con una orgullosa tradición científica en astronomía óptica, pero con muy pocos radioastrónomos.

Fue ciertamente una elección audaz y, ahora que el GTM va haciendo su reputación como el telescopio líder en su tipo, creo que está resultando ser una elección brillante. De hecho, actualmente la mayoría de las grandes potencias internacionales en astronomía anhelan construir un telescopio como el GTM. Gracias a la capacidad de Alfonso Serrano para ver este potencial, México ya tiene uno.

Ser persistente y nunca rendirse: siempre he dicho que una vez que el telescopio esté terminado y produciendo buena ciencia, nadie recordará cuánto tiempo tomó construirlo y lo difícil que fue. Tal vez eso sea cierto incluso ahora. Todos los días trabajo en el telescopio con grandes jóvenes aquí en México. Estoy bastante seguro de que ellos no estaban pensando en el telescopio cuando comenzamos nuestro trabajo. También estoy bastante seguro de que en 10 años una nueva generación de grandes jóvenes, aquí en México, no pensará mucho en lo difícil que fue construir este telescopio.

Este es el orden natural de las cosas en la vida. Pero déjenme decirles aquí y ahora: construir este telescopio fue realmente difícil y tomó mucho trabajo. Los desafíos fueron enormes. Hubo muchos obstáculos: obstáculos técnicos; obstáculos políticos. Hubiera sido fácil darse por vencido en cualquier momento. Los astrónomos sabios nos dirían que era imposible y que si fuésemos inteligentes deberíamos rendirnos. Pero Alfonso Serrano no se dio por vencido. Y deberían estar orgullosos de que México no se rindió, incluso después de que lo perdimos. Y hoy tenemos nuestro notable telescopio.

Disfruta el trabajo y disfruta la vida: una triste lección de la vida de Alfonso es que, para algunos, la vida termina demasiado pronto. Todos sabemos que el final vendrá algún día. Simplemente no sabemos el día ni la hora. Es una terrible realidad. Una “realidad real” para usar una frase que le gustaba a Alfonso. Entonces, ¿cómo podemos vivir con este conocimiento? Aquí nuevamente me gustaría aprender de Alfonso. Alfonso fue alguien que realmente disfrutó la vida. Soy testigo porque compartimos muchas, muchas ocasiones juntos en el trabajo, en las comidas después del trabajo y en los viajes debido al telescopio.

Una vez nos encontramos con una persona que no sabía que nos conocíamos y trató de presentarnos. Alfonso dijo: “¿Estás bromeando? ¡Veo a Pete más de lo que veo a mis hijos!” Alfonso siempre estuvo interesado y comprometido en todo lo que hizo. Era entusiasta acerca de casi todo. Si hablábamos de alguna idea, se emocionaba y decía: “¡Vamos! ¡Hagámoslo!”.

El entusiasmo fue contagioso y nos animó a todos. Pero la verdadera lección no es la de ser entusiasta por el bien de tu equipo. La verdadera lección es amar la vida, incluso con sus desafíos, y disfrutar el tiempo que tenemos con nuestros compañeros de trabajo, nuestros amigos y nuestras familias. Y esa, mis amigos, es la lección que trataré de recordar en el tiempo que me queda en esta Tierra con un notable telescopio: el Gran Telescopio Milimétrico Alfonso Serrano.