Pobreza, agricultura y política pública: viejos problemas, nuevas oportunidades

La política seguida por el gobierno mexicano ha incidido en uno de los problemas más importantes en México: la pobreza. En los últimos dos sexenios México ha contado con gobiernos emanados de dos partidos diferentes, el Partido Acción Nacional y el Partido Revolucionario Institucional, los cuales se han comprometido al combate a la pobreza. Para analizar las condiciones de pobreza de la población durante estos dos sexenios, nos basaremos principalmente en los datos oficiales que proporciona el CONEVAL, la dependencia encargada de estas cifras.

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Respecto a la medición oficial de la pobreza, se basa en indicadores y la información es captada por el INEGI. En la estimación de la pobreza en el año 2016, se cambió la forma de obtener la información, lo que llevó a serias sospechas del maquillaje de cifras con vista a las elecciones de 2018. Aun con este señalamiento las cifras de la pobreza en México durante los dos sexenios son terribles.

Durante el gobierno de Felipe Calderón, la pobrez a creció tanto en términos porcentuales como absolutos. Al final del sexenio se tenían más pobres. En el caso del gobierno Enrique Peña Nieto, la situación es la misma, aumentó el número de pobres, aunque porcentualmente se reportó una disminución. Esto muestra que dos sexenios, dos partidos políticos, dos presidentes, y una misma política económica fueron ineficientes en el combate de la pobreza. En esos momentos tenemos el mayor número de pobres en la historia de México

Se han realizado varias evaluaciones sobre los programas de combate a la pobreza que resaltan el poco impacto en las condiciones de vida de la población, aunque con sólo analizar las cifras anteriores, que muestran la persistencia de la pobreza, se puede afirmar que la política social y los programas de combate a la pobreza han sido un fracaso y que se requiere un cambio.

La oportunidad se presenta con el triunfo electoral de Andrés Manuel López Obrador. En el Proyecto Alternativo de Nación 2018-2024, se reconoce esta problemática al afirmar que en los últimos 20 años el gobierno federal ha utilizado una gran cantidad de recursos económicos al combate a la pobreza sin avances significativos, “lo que obliga a replantear un cambio de paradigma en el uso de estos recursos”1. En este nuevo planteamiento, “el propósito general de combatir la pobreza de vastos sectores de la sociedad mediante la creación de fuentes de trabajo, el impulso a las actividades productivas, particularmente las del agro, la inclusión de todos los jóvenes en programas educativos o laborales y la atención prioritaria al cumplimiento efectivo de los derechos de las mujeres, los pueblos indígenas, los adultos mayores, los niños y otros grupos vulnerables”1.

Esta definición del nuevo gobierno es importante, debido a que la pobreza no es homogénea. Presenta características diferentes, por ejemplo entre los habitantes del medio rural y del urbano; entre los grupos indígenas y no indígenas; y diferencias por género, entre otras. Los resultados de la medición de la pobreza nos indican que la población rural se encuentra con mayores carencias que la población urbana. Por otra parte, en los grupos indígenas y en las mujeres se agudizan las condiciones de marginación y pobreza. Los resultados de la evaluación de la política social muestra 71.9 por ciento de los indígenas se encuentran en situación de pobreza, y en el caso de mujeres esta situación se agudiza, con 79.4 por ciento de las mujeres indígenas en esta situación2. Se espera que el nuevo gobierno intente atender a los grupos más necesitados del país.

La pobreza se manifiesta con mayor crudeza en el medio rural y con los grupos indígenas y esa situación también es un reflejo del abandono en que el gobierno mexicano ha tenido al campo. La presencia gubernamental hacia el campo se realiza a través del Programa Especial Concurrente para el Desarrollo Rural Sustentable, aunque el desinterés estatal hacia el campo se traduce en una reducción de los recursos asignados a este programa en los últimos años3. Pero lo importante es que a pesar de este programa, el sector agropecuario “continúa estancado, con bajas tasas de productividad y bajos niveles en la calidad de vida de sus habitantes, situación que se refleja en el mantenimiento de la pobreza. Dicho comportamiento, denota la falta de una política pública de desarrollo del campo”3. Este fracaso en la política agropecuaria se suma al de la política social.

Para el combate a la pobreza se han implementado un gran número de programas que actúan en forma descoordinada y muchas veces las acciones de sus programas se ven entorpecidos por aspectos políticos y de corrupción. Se requieren nuevos programas y cambios profundos en los programas que hayan mostrado mayor efectividad, con una integración efectiva, y atención oportuna y suficiente a los beneficiarios. Ante la heterogeneidad de la población que demandan estos programas se requiere flexibilidad en los nuevos programas y la posibilidad de implementarse a niveles regionales o locales, de tal manera que sean más eficaces para lograr el bienestar de la población objetivo. Es importante que para el diseño e implementación de estos programas participe la población beneficiaria.

La propuesta del nuevo gobierno contra la pobreza muestra acciones hacia la sociedad rural y los grupos indígenas y un ejemplo es el sector cafetalero. La gran mayoría de los productores de café es población indígena, que cultivan en condiciones de minifundio, con reducidos ingresos, lo que se traduce en condiciones de pobreza. El cultivo de café presenta recurrentes crisis, principalmente por cuestiones de precio y actualmente agudizada con la presencia enfermedades en el cultivo. Esta situación se ha manifestado en una reducción impresionante de la producción de café. Este cultivo tuvo gran importancia por la captación de recursos a través de la exportación y actualmente requiere apoyos que le permita recuperar la importancia en la obtención de divisas, pero sobre todo que los productores puedan obtener mayores ingresos que les permitan mejorar sus condiciones de vida. En el Proyecto de nación se plantea un programa de Rescate del Sector Cafetalero que plantea como meta “Recuperar los niveles de producción de 4.5 millones de sacos anuales hasta llegar, hacia finales de 2024, a un nivel de entre 6.5 y 7 millones de sacos”4:

La pobreza persiste en el país y la política social y agropecuaria ha mostrado su incapacidad de reducir sustancialmente este problema. Ante los resultados electorales, se plantea con el nuevo gobierno, que inicia en unos meses, la posibilidad de revertir esa situación. Se requiere, entre otras cosas, nuevas instituciones y nuevos programas que trabajen en forma coordinada, mayores presupuestos ejercidos eficientemente y funcionarios comprometidos con el cambio y por supuesto la prestación de la población. En el proyecto de nación del nuevo gobierno se plantean estos aspectos, pero la interrogante es si somos capaces, como sociedad y como gobierno, de lograrlo.

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1 Proyecto Alternativo de Nación 2018 – 2024. Plataforma Electoral y Programa de Gobierno. https://repositoriodocumental.ine.mx/xmlui/bitstream/handle/123456789/94367/CG2ex201712-22-rp-5-2-a2.pdf

 

2 CONEVAL. Informe de evaluación de la política desarrollo social 2018.

https://coneval.org.mx/Evaluacion/IEPSM/IEPSM/Documents/IEPDS_2018.pdf

 

3 Programa Especial Concurrente para el Desarrollo Rural Sustentable, 2012-2018.

http://www.cefp.gob.mx/publicaciones/documento/2018/cefp0232018.pdf

 

4 Proyecto de Nación 2018- 2024.

http://morenabc.org/wp-content/uploads/2017/11/Plan-de-Nacion-de-Morena.pdf