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La próxima extinción masiva

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p-07Todos hemos intentado solicitar la devolución de un producto defectuoso y al llegar al mostrador, nos piden el recibo. Entonces recordamos que lo arrugamos, no sabemos dónde está y por más que buscamos no lo encontramos. Estamos por enfrentarnos a una situación similar con 44 de los 118 elementos de la tabla periódica. El impacto de su ausencia no se comparará al de un recibo extraviado.

En la escuela se enseña que los recursos no renovables son el petróleo y el gas natural; sin embargo, no se menciona que los elementos químicos también entran en este conjunto. Estos se forman en el centro de las estrellas, en condiciones de altísimos niveles de temperatura y presión. Cuando las estrellas mueren, explotan en supernovas y estos elementos se liberan al espacio, formando asteroides, planetas y nebulosas. Replicar las condiciones del centro de una estrella es exageradamente caro y minar asteroides aún es ciencia ficción. Habrá que hacer lo que se pueda con los recursos disponibles en la Tierra.

Es muy fácil desarrollar buenos sustitutos de fuentes naturales para los combustibles; tristemente, no podemos decir lo mismo de los elementos. Muchos de ellos tienen propiedades únicas que no pueden replicarse a la perfección con otros materiales hechos con elementos más abundantes.

El periódico que está leyendo tiene una combinación de casi 15 elementos, entre los cuales se encuentran la plata, el cobre y el zinc. Si está leyéndolo digitalmente, su dispositivo está integrado por al menos 30. Estos elementos están presentes en una variedad de compuestos químicos y aleaciones que, a su vez, están enmarañados en una unión muy compleja, dificultando mucho la tarea de recuperarlos. Por ello se consideran perdidos cuando se desechan.

Algunos elementos se usan en forma de compuestos solubles en líquidos; se mezclan con otras sustancias y se diluyen, por lo que también se consideran perdidos. Otros se pierden de maneras más extremas. Si usted ha soltado un globo de helio, habrá notado que sube constantemente. Como este gas es menos denso que el aire, se eleva hasta salir de la atmósfera y se dispersa en el espacio exterior. Si recuperar los elementos de un celular es difícil, rescatar gases como el helio es prácticamente imposible. Por eso se les categoriza como “en peligro de extinción”.

Lo más preocupante del agotamiento del helio no es la falta de globos decorativos. Este gas es parte del sistema de enfriamiento de los equipos de resonancia magnética, entre otros. De agotarse, encontrar un sustituto sería una tarea titánica. Casi ningún otro líquido es más frío que el helio. El nitrógeno no sirve porque no enfría lo suficiente, mientras que el hidrógeno es explosivo y requiere de condiciones muy especiales, capacitación de personal e inversión en sensores para controlarlo.

Otro elemento en peligro de extinción es el cobre, y su ausencia puede ser alarmante. Como es muy buen conductor de electricidad y calor, está presente en todo: electrodomésticos, cables, motores, maquinaria industrial, calentadores, entre otros. Se utiliza además como material de construcción y sus compuestos se usan para pruebas químicas como las que miden la concentración de azúcar en la sangre. Hasta nuestro cuerpo tiene cobre. Es deprimente ver videos donde este metal es derretido y vertido en toda clase de objetos extraños, por no decir otra cosa, para conseguir vistas.

La plata también está agotándose. Su uso en joyería es muy fácil de reemplazar, pero en el ámbito médico la historia es diferente. En forma de partículas diminutas tiene un efecto antibacterial muy poderoso. No actúa como los antibióticos y ataca en una variedad de formas que es difícil para los microorganismos desarrollar resistencia. Hoy en día hay casos de personas que han muerto a manos de las superbacterias, que no son otra cosa que bacterias que desarrollaron resistencia a muchos antibióticos. La plata puede ser una de las pocas alternativas para combatirlas.

La extinción de elementos puede limitar el avance tecnológico. El indio se combina con oxígeno y estaño para formar un compuesto que conduce la electricidad, es transparente y puede adherirse al vidrio con facilidad, características que lo hacen indispensable para las pantallas táctiles. Asimismo, el neodimio se utiliza para fabricar imanes que son utilizados en varios dispositivos.

Las energías alternativas también pueden verse afectadas por el agotamiento de elementos. Las plantas de energía nuclear no pueden funcionar por siempre mientras sigan utilizando uranio. Hay paneles solares que se construyen con arsénico y galio para producir más electricidad que las de silicio. Además, las celdas de silicio utilizan boro y fósforo.

Todos los elementos mencionados hasta ahora —excepto el oxígeno— están en peligro de extinción. Faltan 34 por mencionar por lo que, si este texto describiera todos sus usos y aplicaciones, no acabaría nunca.

Afortunadamente, no todo está perdido. Los nanomateriales de carbono, como los nanotubos y el grafeno, pueden utilizarse para sustituir exitosamente al menos 14 metales en peligro de extinción. De la misma manera, pueden diseñarse polímeros orgánicos que imiten las propiedades de otros materiales. Lamentablemente, el desarrollo de las aplicaciones de estos sustitutos aún está en pañales y resulta complicado predecir el momento en el que estarán disponibles comercialmente.

Algunos elementos, como el fósforo (sí, el de los cerillos), pueden empezar a manejarse de manera preventiva. Este elemento es esencial para todos los seres vivientes, ya que tiene funciones como integrar el esqueleto del ADN. Se encuentra en grandes cantidades de minerales y se utiliza como componente de fertilizantes utilizados en la agricultura. Los fertilizantes orgánicos, como la composta, pueden utilizarse como fuente alternativa de fósforo para retrasar el agotamiento de sus fuentes rocosas.

La industria es la causa de la extinción de estos elementos; no obstante, usted puede contribuir a su conservación. Por ejemplo, si va a tener una fiesta con globos, cuide que no estén inflados con helio. Trate de aprovechar su celular, computadora o pantalla la mayor cantidad de tiempo posible, hasta que su reemplazo sea inevitable. De paso, puede exigir regulaciones para evitar la obsolescencia programada y acelerar la aplicación de materiales hechos con elementos abundantes.

 

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