Dicen que cuando mueres te vuelves lluvia, te vuelves agua.
Dicen que cuando mueres te vuelves corazón de pitaya. Juan Morales
Estábamos intentando escribir algunas ideas que nos permitieran dar forma a un guión radiofónico cuando recibimos una llamada; pensamos en no responder, estábamos concentrados, pero el teléfono móvil insistente no dejó de vibrar y cuando respondimos, la noticia más triste. Te habías ido sin despedirte, te habías ido y no sabíamos por qué, te habías ido y no lo podíamos creer. No negaremos que nos sentimos engañados por un momento y nos negábamos a creerlo; te contamos que dejamos de escribir, dejamos de pensar, dejamos de reír. Después de un rato buscamos esas respuestas que solo alguien que no entiende busca y llamamos insistentemente a esa persona que es nuestro carnalito en común, y el dolor se volvió rabia, como suele pasar; recordamos la primera vez que nos conocimos y después de una larga plática nos dijiste; nada es imposible, los ajolotes son esos animales que te robarán el corazón. Y sí, nos lo habían robado. Pensamos que teníamos que escribir sobre ti; después optamos por escribir sobre nuestro primer encuentro, sí claro, fue sobre los ajolotes de México, pero de todo lo más importante fue sobre la divulgación de la ciencia, sin duda fue algo que nos acercó aún más, ¿lo recuerdas? Es por ello que hoy te dedicamos (nosotros Colectivo Callicoatl), estas líneas. En esta pequeña contribución desarrollaremos una miscelánea de temas, iniciaremos hablando de estos amados anfibios que han dado tanto de qué hablar, los ajolotes. En México se distribuyen 18 especies de ajolotes que pertenecen al género Ambystoma, este género resguarda 33 especies, pero solo 18 se encuentran en el territorio nacional, y 16 son endémicas. Siempre hablamos de arte y ciencia; recientemente conocimos a una persona que ama a los ajolotes, tanto como nosotros y que en su propiedad ha realizado al menos dos murales dedicados a estos hermosos organismos, los ajolotes que él quiere proteger pertenecen a la especie Ambystoma velasci, nos hemos acordado mucho de ti, hablemos de ellos como lo solíamos hacer. La palabra Ambystoma significa “Boca con forma de copa” (brindemos por nuestros bueno momentos, como solo los ambystomas lo saben hacer). José María Tranquilino Francisco de Jesús Velasco Gómez – Obregón de Velasco (1840 – 1912), mejor conocido como José María Velasco Gómez fue un gran naturalista, miembro de la Sociedad Mexicana de Historia Natural, oriundo de Temascalcingo, estado de México; fue también gran paisajista y profesor de grandes muralistas como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco. Velasco llamó Siredon tigrina a la especie que descubrió (como seguramente usted ya ha escuchado, querido lector, los taxónomos realizan ajustes en la clasificación de las especies continuamente, y por distintas razones), por ello Alfredo Dugès, padre de la herpetología mexicana (como recordamos nuestros congresos de las Sociedad Herpetológica Mexicana), en 1888 consideró que la especie descubierta por Velasco debía colocarse en el género Ambystoma nombrándolo así, Ambystoma velasci, esta especie también conocida como ajolote del Altiplano. Es menester realizar un comentario en esta parte, porque se ha titulado este artículo “Citlalaxolotl”, tú Guadalupe Escudero siempre amaste nuestra cultura y aunque creo que nunca te lo dijimos, hay una comunidad muy cercana a Puebla que se llama San Miguel Canoa, ahí sus pobladores le han llamado al ajolote Citlalaxolotl (ajolote estrella, ellos dicen que el cielo de la noche se encuentra dibujado en su cuerpo), pienso que ahora tú eres una estrella y seguramente estarás dibujada en el cuerpo del ajolote). Esta especie presenta una distribución amplia, habita principalmente en río con poca corriente, jagüeyes, lagos y lagunas. Es el gran depredador de los cuerpos de agua que habita, se alimenta principalmente de insectos y pequeños peces. Su reproducción es estacional, su fecundación interna y la ovoposición se presenta dentro del agua, es una especie que presenta metamorfosis, en algunas regiones les han llamado “tlalaxolotl” (ajolote de tierra), es decir que no es un neoténico obligado, como tus amados Ambystoma mexicanum. La deforestación, el cambio climático, la cacería ilegal y enfermedades como la quitridiomicosis tienen a sus poblaciones en declive, es por ello que necesitamos más divulgadores de la ciencia, más educadores ambientales, más gente informada. A poco tiempo de tu partida, nuestro corazón llora la falta de una gran divulgadora de la ciencia, la falta de una gran educadora ambiental, pero sobre todo la falta de una gran amiga. Hoy eres un “Citlalaxolotl” y siempre estarás en nuestros corazones. Descansa en paz, Guadalupe Escudero.
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