Remesas: ingreso factorial

Durante los últimos seis años las remesas enviadas a México han aumentado; el año pasado amainó la tasa y el primer semestre del año en curso registró su menor crecimiento: 3.7 por ciento. En su primer informe de gobierno, Andrés Manuel López Obrador enfatizó que las remesas son la principal fuente de divisas del país y agradeció a los connacionales que las remiten. Las remesas proceden de los ingresos obtenidos fuera de México, principalmente, en los Estados Unidos (EEUU). El número de personas laborando, el salario percibido, la existencia de familiares dependientes residentes en México y la seguridad migratoria de los connacionales determina lo remitido.

Los mexicanos que en 2018 residían en EEUU son un millón más que los que había en 2007 y los que están realizando alguna actividad económica aumentaron medio millón más en esos años (Conapo. Anuario de migración y remesas. 2018). El salario promedio percibido por los mexicanos que trabajan en EEUU aumentó 16 por ciento en términos reales entre 2007 y 2018; a precios constantes del año 2006 el salario pasó de 21 mil 966 dólares a 25 mil 554 dólares anuales. Los mexicanos que recibieron menos de 30 mil dólares al año disminuyeron de 4.4 a 3.4 millones en tanto los que ganaron 30 mil dólares o más aumentaron de 1.8 a 3.4 millones entre 2007 y 2018. Mejor calificación laboral y regularización del estatus migratorio se tradujo en remuneraciones más altas, que combinada con una mayor tasa de ocupación aumentaron la masa salarial a 246.2 mil millones de dólares en 2018, casi 50 por ciento más alta que en 2007.

Dos de cada tres mexicanos que emigran a EEUU están vinculados al mercado laboral; la intensidad del flujo migratorio está vinculado a la intensidad del proceso de acumulación en ese país: en los años 1994-2008, la tasa de crecimiento medio anual de los mexicanos ocupados en EEUU fue de 5.4 por ciento, en ese periodo, cada año se aprehendían a un millón 231 mexicanos (eventos) y la población nacida en México creció en 379 mil residentes al año: la militarización de la frontera norte más que disuasión fue una selección laboral que encareció la internación, aumentó los peligros del cruce de la frontera e indujo residencias más prolongadas en EEUU. En los años 2009-2016, la tasa de crecimiento de los mexicanos ocupados en el mercado laboral de EEUU fue de 0.7 por ciento anual; los aprehendidos en la frontera norte de México fueron 457 mil al año y los expulsados (deportados) con orden de remoción fueron 274 mil al año (73 por ciento más que en el gobierno de George W. Bush). Con el gobierno de Donald Trump (2017-2018) la tasa de crecimiento de los mexicanos ocupados fue de 2.2 por ciento anual y la residencia de mexicanos en EEUU aumentó en 187 mil al año; no obstante que la ocupación creció, en 2018 se registró un decremento del 3 por ciento del salario promedio (Conapo. Anuario de migración y remesas.2018) y una baja en la tasa de ocupación en el sector de servicios y en la agricultura. En sentido inverso, el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (Cemla) registró un salario promedio anual de 34 mil 975 dólares para los mexicanos ocupados en EEUU en 2018 (La Jornada. 19/08/19, página 20).

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Las masivas deportaciones de mexicanos residentes en EEUU y las disminuidas tasas de crecimiento de la economía y la ocupación han disminuido los flujos migratorios: el Consejo Nacional de Población (Conapo) estima en 135 mil el flujo migratorio anual de mexicanos hacia EEUU durante los años 2010-2017; por su parte, el Pew Research Center refiere que los mexicanos no documentados en Estados Unidos eran 6.95 millones en 2007 y en 2017 bajaron a 4.95 millones (en cambio los centroamericanos indocumentados aumentaron 400 mil en esos años), es decir, que los mexicanos sin documentos migratorios fueron 64 por ciento respecto al total de mexicanos residentes en EEUU en 2007 y 10 años después eran 42 por ciento.

Las persistentes redadas y deportaciones de mexicanos y una política migratoria más racista y xenofóbica que alienta los crímenes de odio contra migrantes ha contribuido a que los connacionales envíen sus ahorros a México ante el peligro de ser deportado: con la gestión de Trump las remesas crecieron a más del 10 por ciento anual, como lo hicieron durante los gobiernos de Clinton y Bush hijo, en que la ocupación de mexicanos creció a más del 5 por ciento anual. Otros connacionales han regularizado su situación migratoria: uno de cada cuatro connacionales era ciudadano de EEUU en 2007, 10 años después, lo eran uno de cada tres. Las mejores percepciones salariales devengadas por los connacionales también se canalizan a mejorar las condiciones de vida de sus familias que allá residen: la población que vive en condiciones de pobreza bajó de 25 a 20 por ciento entre los años 2007 y 2017, el porcentaje de mexicanos que tienen estudios superiores a High School pasó de 41 a 47 en esos mismos años y los hogares con uno a tres miembros se incrementó de 30 a 36 por ciento.

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Del total de remesas enviadas a México, 95 por ciento proceden de EEUU. Para nosotros, representan 2.7 por ciento del Producto Interno Bruto, pero para los hogares que las perciben (4.7 por ciento) son la quinta parte de su ingreso corriente. El Cemla estima que las remesas del año pasado equivalen a la cuarta parte del total de salarios devengados por casi 20 millones de trabajadores adscritos al IMSS y que la masa salarial de los mexicanos ocupados en el mercado laboral de EEUU equivale a la cuarta parte del valor del Producto Interno Bruto de México. Las remesas, sumadas a las crecientes transferencias públicas del gobierno de Andrés Manuel López Obrador han mejorado el ingreso de las familias de menores recursos económicos y con ello, sus niveles de bienestar social; acciones pertinentes y necesarias, tanto por los compromisos del gobierno de la 4T, como por la contracción del crecimiento económico y el lento crecimiento del salario en México.

Para este año el pronóstico de crecimiento económico de México es de medio punto (Banco de México. Abril-junio de 2019) y al segundo trimestre, el empleo ha crecido en 2.1 por ciento respecto al mismo trimestre del año anterior. De cada cinco empleos, tres carecen de acceso a los servicios médicos y dos tienen esa y otras prestaciones; los empleos que más han crecido son los que pagan hasta tres salarios mínimos (13.7 por ciento al segundo trimestre de 2019 respecto al mismo periodo de 2018) en tanto que los que pagan más de tres salarios mínimos generales han caído 33 por ciento en el año referido, el resultado es un salario mínimo por habitante de 0.85 cuando hace un año fue de 0.96 salario mínimo general; para nuestra fortuna, este año hubo un crecimiento real de los salarios que permitió que el salario por persona ocupada creciera en 1.7 por ciento a precios de 2005 (Inegi. Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, Segundo Trimestre de 2019).

Los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo no incluye las becas a 930 mil jóvenes del programa Construyendo un Futuro (3 mil 600 pesos mensuales) ni tampoco los distintos apoyos a comuneros, ejidatarios, pequeños y medianos productores, niños, discapacitados, adultos mayores o alumnos matriculados en instituciones de educación pública, que sumados son un poco más de 20 millones de personas. No son ingresos derivados de una relación laboral y en ese sentido no pueden ser incluidos en una encuesta laboral, pero sí pueden ser registrados en la encuesta de ingreso y gasto de los hogares, en el rubro de transferencias. El ingreso salarial puede contraerse por el lento crecimiento económico, pero el ingreso monetario corriente puede aumentar por la política social y el envío de remesas.

 

 

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