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Los invertebrados fósiles del estado de Puebla

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El estudio de los invertebrados fósiles marinos procedentes de varias localidades del estado de Puebla tiene gran importancia por su aplicación en el conocimiento de la edad de las rocas que los contienen, de las características del ambiente en el que vivieron, en la distribución diferente de tierras y mares en el pasado geológico, principalmente en la Era Mesozoica que abarca tres periodos: el Triásico, Jurásico y Cretácico, cuyo comienzo se estima en 230 millones de años y termina aproximadamente hace 65 millones de años, cuando cayó un meteoro en la región de Chicxulub, Península de Yucatán, que causó una de las grandes extinciones de plantas y animales marinos y continentales de la Tierra.

A) Pepino de mar (Equinodermo-Holothuroidea), B) Estrella de mar (Echinodermo-Steleroidea), C) Mapa de localización de Tepexi de Rodríguez, Puebla. D) Fotografía del Museo Regional Mixteco Tlayúa, Tepexi de Rodríguez, Puebla.
La historia de los descubrimientos de fósiles del estado de Puebla se remonta a 1840, cuando dos investigadores belgas Nyst y Galeotti realizaron la prospección geológico-paleontológica de la región de Tehuacán y dieron a conocer el hallazgo de fósiles de erizos de mar (Equinoides) procedentes de San Juan Raya, Puebla, que determinaron vivieron en los mares del Jurásico, pero un estudio posterior publicado por Cotteau en 1890, precisó la edad para el Cretácico, con una antigüedad de 110 millones de años.
A) Pepino de mar (Equinodermo-Holothuroidea), B) Estrella de mar (Echinodermo-Steleroidea), C) Mapa de localización de Tepexi de Rodríguez, Puebla. D) Fotografía del Museo Regional Mixteco Tlayúa, Tepexi de Rodríguez, Puebla.

Al comienzo del siglo XX, en 1905, el naturalista Manuel Villada, del Museo Nacional de México, publicó sobre los invertebrados del Cretácico de Puebla, entre éstos corales, ostras, almejas, caracoles, erizos de mar, que aún viven en el presente y cefalópodos extintos del grupo de los Amonites. Posteriormente, Burckhardt, en 1930, presentó la síntesis de la paleontología y estratigrafía de San Juan Raya-Zapotitlán incluyendo diversas especies de moluscos, corales, equinodermos, entre otros.

La mayor parte del conocimiento geológico de que se dispuso en esa época, se debió a geólogos mexicanos, entre ellos Calderón García, quien en 1956 publicó el mapa geológico de la región de San Juan Raya del estado de Puebla. El descubrimiento de una fauna diversa y abundante en ejemplares de invertebrados, procedentes de afloramientos de rocas del Cretácico de la región, despertó el interés de un estudio descriptivo y actualizado para su tiempo y también con el propósito del resguardo de las colecciones de fósiles de México en el Museo del Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Por tal motivo, la paleontóloga Gloria Alencáster Ybarra dio a conocer en 1963 la descripción de los Gasterópodos (caracoles) y Pelecípodos (ostras y almejas), y la paleontóloga Blanca E. Buitrón Sánchez en 1970 publicó el estudio taxonómico de 14 especies de Equinoides (erizos de mar), entre las cuales dedicó una especie nueva Heteraster aguilerai en honor al trabajo científico desarrollado por el geólogo mexicano José Guadalupe Aguilera y la especie nueva Heteraster alencasterae a su maestra Gloria Alencáster.

Existe otra localidad famosa en el estado de Puebla que se encuentra en Petlalcingo-Santa Cruz, municipio de Acatlán, descubierta por los ingenieros Mario Ajuria y Alberto R.V. Arellano, de la UNAM, quienes dieron a conocer la existencia de rocas sedimentarias con abundantes fósiles del Jurásico Superior cuya edad se consideró en 150 millones de años. Posteriormente los geólogos Zoltan de Cerna, Juan Pérez Ibargüengoitia y Alfonso Okuto, del Instituto de Geología y de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, realizaron el reconocimiento geológico de la parte meridional del estado de Puebla y recolectaron numerosos fósiles de invertebrados, entre ellos Corales, Braquiópodos, Pelecípodos (ostras, almejas), Gasterópodos (caracoles), Cefalópodos (amonites), Equinoides (erizos de mar), cuyos estudios fueron publicados por Gloria Alencáster y Blanca E. Buitrón en 1965, quienes compilaron una amplia bibliografía sobre la región .

En 1980, Harry Moller, viajero incansable y divulgador de las bellezas naturales del país, publicó en la Revista México Desconocido los hallazgos extraordinarios de fósiles de peces del Cretácico procedentes de la cantera Tlayúa en la región de Tepexi de Rodríguez, localizada al sureste del estado de Puebla. Esta noticia despertó el interés de naturalistas mexicanos particularmente de los paleontólogos del Instituto de Geología, UNAM, doctor Ismael Ferrusquía, Blanca E. Buitrón, Shelton P. Applegate y Luis Espinosa Arrubarrena, quienes establecieron comunicación con los señores Aranguthy, dueños de la cantera, para solicitar el permiso del reconocimiento geológico-paleontológico de la región y publicar los resultados de sus estudios sobre los vertebrados (peces) e invertebrados, entre ellos estrellas de mar (Esteleroideos), pepinos de mar (Holoturoideos) y cefalópodos (Belemnites) [1, 2].

El interés del patriarca don Miguel Aranguthy y sus hijos de dar a conocer los fósiles provenientes de las lajas de la cantera y la labor científica y de difusión de estos hallazgos motivó a los investigadores de la UNAM, la creación de un museo de sitio en el lugar.

 

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Bibliografía

 

[1] Applegate, S., Buitrón, B.E., Solís-Marín, F. y Laguarda F.A., 2009. Lower Cretaceous (Albian) Holothurians (Echinodermata) remains from Tepexi de Rodríguez, Puebla. Journal of Paleontology. Proceedings of the Biological Society of Washington, Vol. 122, No. 1, 91-102.

 

[2] Buitrón B.E., Durán A., Romero Cao C. y Solís M. 2015. Lower Cretaceous (Albian) Asteroideas (Echinodermata) remains from Tepexi de Rodríguez, Puebla, México Revista Biología Tropical 63 (2) p. 7-15.

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