La era post Covid-19

¿Es posible que la humanidad cambie sus prácticas económicas, sociales, sanitarias, educativas, tecnológicas, ambientales y políticas a partir de la crisis sanitaria producida por el Covid-19?

La era post Covid-19 ha generado expectativas, desde las que apuntan al cambio radical del ser humano hasta aquellos que consideran que no habrá más que algunas expresiones de cambio que responderán a la coyuntura, pero no más; al final del día volveremos a ser lo que hemos sido a lo largo de nuestras vidas. Estas posiciones pueden encontrar evidencia en la percepción de los actores, su sentir, pensar y actuar, al respecto, se recogió información de personas que en su mayoría están vinculados al sector educativo del estado de Tlaxcala y Puebla, ya sea como estudiantes de posgrado de nivel maestría/doctorado y licenciatura, académicos, en menor medida quien tiene actividades administrativas y otras áreas laborales. El instrumento consintió en una pregunta que se realizó a través de la red social de whatsapp, fue respondida por 39 personas, de las cuales 24 fueron mujeres y 15 hombres, que representan 61.53 por ciento y 38.46 por ciento, respectivamente, la distribución por sexo muestra que las mujeres tuvieron mayor interés de expresar sus opiniones. Entre las percepciones se destaca tres grupos de respuestas: 1. Las que en su mayoría considera que el cambio ya está en marcha. 2. Las que consideran que no habrá cambios sustantivos, y 3. Las que analizan la orientación del cambio.

En el caso del primer grupo, los que consideran que el cambio está en marcha, parte del supuesto que éste ya está presente, una vez que se modificaron muchas de las prácticas sociales, laborales, económicas, culturales, tecnológicas y de la salud. Para este grupo, las relaciones e interacciones sociales cambiaron de forma significativa, pues el confinamiento, las medidas preventivas como el uso del cubrebocas, la sana distancia, el trabajo en casa, la higiene y las nuevas formas de comunicación en sí mismas son diferentes. Sin embargo, en este grupo, no se encuentra expresiones que hagan mención sobre el futuro, más allá del corto y mediano plazo, hecho importante una vez que si bien refieren a que nada será igual, tampoco está claro hacia dónde estará orientado el cambio o si éste se mantendrá.

Este grupo hace énfasis en el uso de la tecnologías como medio de interacción con la familia, amigos y llevar a cabo sus actividades laborales, pero llama la atención que también se afirma que la pandemia dejará desconfianza, recelo y temor para regresar a una vida normal lo que implicará una readaptación al entorno que no figuraba en sus prácticas sociales.

Resulta interesante que haya un conjunto de elementos que les genera incertidumbre por los efectos de la pandemia, sobresalen la crisis económica, la recesión, el desempleo, la pobreza, la desigualdad, la deserción escolar, la violencia, la criminalidad, la educación, brotes de corrupción, la relación con la religión en cuanto al posible alejamiento, los espectáculos, los deportes, la conciencia de mantener medidas de higiene, cuidado de la salud y la importancia de la alimentación, expresiones como “el virus llegó para quedarse” están presente.

Con relación a la educación, la percepción se puede clasificar de dos tipos, la primera es que la pandemia generó un colapso, pues la transición a la educación on line, a distancia o virtual puso en riesgo los procesos formativos, no obstante para algunos la crisis sanitaria es una oportunidad para modificar la práctica docente, discutir los planes de estudios y la necesaria incorporación de las tecnologías de la información. Sobresale la brecha tecnológica y los problemas de conectividad que limitan el proceso de enseñanza-aprendizaje.

En el caso del segundo grupo, resulta interesante que su percepción sea de incredulidad sobre el cambio, para éstos la probabilidad de que exista no es significativa, las razones se articulan a la memoria histórica de los pueblos, enfatizan que la actual coyuntura no modificará las prácticas sociales, económicas, laborales porque con el paso del tiempo las medidas se relajarán, debilitándose en lo individual y en lo colectivo, que la memoria cortoplacista se mantendrá, la crisis no tendrá consecuencias en la vida cotidiana. La percepción de este grupo es sumamente interesante porque incluye tres categorías indispensables en el análisis social de la era post Covid-19: el papel de la historia, el sistema económico hegemónico en el mundo y la adaptación del mexicano.

Con respecto al sistema económico, la percepción es que en la era post Covid-19, la economía seguirá los caminos de la sociedad de consumo, no habrá formas distintas de interacción entre la oferta y la demanda, pues independientemente de que se puedan modificar las transacciones comerciales llámese electrónicas —que ya ocurrían antes de la pandemia— el sistema capitalista no está en riesgo, los modelos de explotación seguirán sin cambio alguno, hecho que se demuestra en las primeras horas de que se acabará el confinamiento como acción del gobierno en México, las plazas comerciales vuelven a tener aglomeraciones, por más que haya medidas de prevención, los consumidores siguen los mismo patrones.

Sobre la adaptabilidad del mexicano, se alude precisamente a la capacidad de generar estrategias de sobrevivencia para atenuar los impactos de las crisis, pues no es la primera vez que se está en esta condición, la cultura mexicana ha demostrado a través de la historia que de una forma u otra salimos adelante, ya sea con las redes de apoyo familiar, con los apoyos del gobierno, las remesas u otras actividades que surjan, “nos adaptamos a todo”, expresiones que se desarrollan en el imaginario colectivo, aun en los peores escenarios. La percepción de los actores se expresan de dos maneras, la adaptabilidad que debe leerse a la luz de que adaptar no significa un cambio de mentalidad y la forma en que nos relacionamos con la salud, cabe mencionar que el gasto individual en la atención a la salud es muy raquítico y esto no cambiará, quizás por ello miles de mexicanos han sido reacios a atender los llamados de Quédate en casa, la salud no es prioridad.

Por otro lado, el tercer grupo plantea una reflexión de suma importancia, ¿cuál es el sentido del cambio?, hacia dónde orientar los esfuerzos colectivos, la profundidad de la pregunta nos lleva por ejemplo a discutir la era post Covid-19 en razón de los regímenes políticos, en el posible regreso de regímenes autoritarios como una opción para generar la obediencia de las resistencias colectivas o que el cambio esté desestructurado, es decir, ante la incertidumbre que provoca la crisis no haya capacidad de respuesta de los actores, que estén desorganizados, sin capacidad de movilización, de hecho el cambio podría apuntar en la dirección contraria a la democracia, lo que implicaría una discusión sobre la cultura y en particular la cultura política democrática.

Finalmente, la percepción de los tres grupos citados deja entrever que la era post Covid-19 no registrará cambios sustantivos en la vida cotidiana, se realizarán acciones para los cuidados a la salud, para la atención a la economía de los hogares, pero éstos no se quedarán como una práctica social cotidiana en el mediano y largo plazo. Es probable que la mayoría de los ajustes vendrán de los sistemas económicos y del sistema político (gobierno) más que de una sociedad organizada, movilizada y reestructurada en lo individual y lo colectivo. La expectativa de un cambio estructural provocado por la pandemia sólo tendrá expresiones locales (hogareñas) sin que haya un efecto de masas, mucho menos global.

En suma, la percepción de los actores manifiesta que no hay evidencia suficiente para demostrar que habrá cambios radicales en la vida cotidiana, es posible que ciertos segmentos de la población modifiquen su estilo de vida, sus prácticas sociales y el uso de la tecnología. Más bien lo que muestra la pandemia es que provocará rupturas y continuidades, pero esperar de la humanidad que surja una conciencia colectiva que transforme sus vidas y al mundo, es por decir lo menos, una locura.

 

 

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