Las prioridades de la 4T

La eficiencia y honestidad en el manejo de las finanzas públicas han sido distintivo del gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO). También la lucha contra la inseguridad pública y por la dignificación de la vida humana, principalmente de aquellos que secularmente han sido expoliados, discriminados, ignorados y masacrados. Hay sobrada evidencia sobre los ahorros derivados por la pulcritud en el manejo de los recursos públicos, por la eficiencia del sistema tributario, por la austeridad republicana y la amplitud del gasto social canalizado hacia la población más vulnerable tanto por ingresos como por insatisfacción de las necesidades básicas. La consagración de los derechos a la salud (al tercer nivel) y a la educación (hasta el nivel superior) requieren una partida presupuestal mayor a la actualmente asignada, difícil de lograr cuando la economía registra tasas de crecimiento menores a la de la población  y hay congelamiento de las tasas tributarias y negativa a incrementar la inversión pública.

Probablemente recordemos la gestión de AMLO por cimentar la base para el desarrollo humano en su acepción más amplia (material, afectivo, justicia, cultural, político, social) pero de pobres resultados medidos por el valor de los bienes y servicios generados (PIB). Es posible que la variación porcentual del PIB en todo el sexenio (2019-2024) sea apenas del 2 por ciento, pero los empleos formales generados y el poder adquisitivo salarial puedan ser cinco o seis veces superiores al comportamiento del PIB. Si un mayor ingreso le permitirá a la mayoría de la población mejorar el consumo de satisfactores básicos, habría que estimular un crecimiento de esos productos para que no sea la inflación y especulación lo que predomine y no haya un incremento real en el consumo.

Lo ambiental no es siempre visible en la agenda de la 4T. AMLO ha enfatizado que no se permitirá el fraking para extraer hidrocarburos, tampoco la siembra de maíz transgénico ni el uso a futuro del herbicida glifosato, altamente tóxico. Poco ha dicho o ejecutado sobre la conservación de  biodiversidad, reforestación, sobreexplotación de acuíferos, protección de áreas naturales, energías limpias, tratamientos de aguas residuales, saneamiento de ríos y acuíferos, contaminación de aire en las metrópolis y movilidad sustentable. Sembrando vida es un esfuerzo loable para producir alimentos, generar empleos, conservar biodiversidad, capturar carbono y mejorar la dieta de los productores, y los apoyos otorgados a los estudiantes de todos los niveles, adultos mayores, púberes discapacitados y jóvenes construyendo un futuro han mejorado el consumo de un par de decenas de millones de familias. En contrasentido, decrece la masa salarial y se reduce la capacidad de consumo, sobre todo, de los empleados en el sector informal.  Los salarios están desvalorizados respecto a su productividad y no garantizan un consumo satisfactorio de bienes y servicios básicos.

La confianza y credibilidad que la mayoría de ciudadanos tiene en AMLO podrá generar sinergias que aumenten el poder adquisitivo a través de simplificación en la distribución y cambio de las mercancías, producción comunales o de cooperativas, cambios en la estructura de consumo, sustitución de bienes importados, consumos identitarios y/o regionales, producción agroecológica de alimentos. Es plausible que con menores ingresos laborales el consumo real de los pobres no decrezca, incluso que haya desarrollo sin crecimiento, lo que de suceder, catalizaría más los antagonismos sociales.