Crónicas de una cuenca

· Ilustración: Diego Tomasini “El Dibrujo”

· Ilustración: Diego Tomasini “El Dibrujo”

Pensando mucho sobre el lugar donde vivimos, su historia, sus habitantes, su cultura y cómo se encuentran íntimamente ligados cada uno de estos elementos a la vida cotidiana, ya sea dentro de una comunidad pequeña o una ciudad, nos dimos cuenta de que en esta ocasión era necesario hablar de un concepto que seguramente hemos escuchado, pero pocas veces nos han explicado y este es “cuenca”, entonces, si estamos listos, preparemos todos nuestros sentidos para emprender un viaje verdaderamente fascinante y en este momento iniciar nuestro recorrido con olores asombrosos y un paisaje verdaderamente maravilloso, que maravilló a personalidades como Alexander von Humbolt y Aimé Bonpland, que dicho sea de paso, fueron de los primeros que iniciaron los estudios sobre la distribución altitudinal de la vegetación y sus características de acuerdo a su gradiente altitudinal, conforme a lo anterior, podemos visualizar la imagen de un bosque completamente verde, un suelo rico en materia orgánica (negro), que nos brindan un agasajo a la vista y un olor que nos recuerda una escena digna del séptimo arte, particularmente una tarde en una cabaña con chimenea encendida, un sofá, una rica taza de café y una llovizna ligera que de a poco enfría la puesta de sol, que deja ver un luz muy tenue debido a lo nublado del cielo. Así es, estamos hablando del bosque que se encuentra en la zona de los volcanes Iztaccíhuatl, Popocatépetl y La Malinche y así como nos ha regalado una escena digna de un rodaje cinematográfico (servicio ambiental denominado paisaje), por otro lado, ¿se acuerdan de la llovizna? Bueno, pues cabe mencionar que los bosques de pino-encino y los bosques de pino, propios de esta zona geográfica (faja volcánica transmexicana), son grandes captadores de agua de lluvia y gracias a esto tanto los afluentes denominados aguas superficiales (ríos, lagos y lagunas) como los mantos acuíferos (aguas subterráneas), se recargan; aquí pedimos un minuto para que nos acompañen a realizar un acercamiento al magnífico mundo del suelo: ¿se acuerdan de ese olor a tierra mojada (petricor)?, ya platicaremos en otro momento de este y de las bacterias causantes de lo que comúnmente conocemos como tierra mojada, lo importante de este acercamiento es que no olviden que en el suelo existe un sinfín de formas de vida y que su diversidad es verdaderamente elevada, además de brindarnos uno de los servicios ambientales más importantes que es la producción de alimentos (cerca de 95 por ciento), aunado a esto y retomando nuestra postal, el suelo (andosol) permite la infiltración del agua y su filtración hacia el manto freático, cabe hacer mención que gracias a su formación y composición de origen volcánico, las aguas infiltradas son de gran calidad y gracias al bosque, hasta hace algunos años incluso podíamos hablar de cantidad (por favor, no haga caso omiso a lo que sucede en la zona de Santa Rita Tlahuapan y alrededores), una vez aclarando una pequeñísima parte sobre la importancia del bosque y el suelo de nuestra pequeña escena, ojo, no olvidemos que tanto el suelo como el bosque son grandes secuestradores de dióxido de carbono. ¡Caray! hablar de una imagen puede llegar a ser un gran reto en términos biológicos. Recordemos ahora nuestra chimenea. Una gran parte de la leña y el carbón que se produce y consume en la zona de Puebla capital es de mezquite, pero otra gran parte y para el caso específico de la chimenea de nuestra postal, es de encino, existen aproximadamente unas 500 especies a nivel mundial, en México tenemos unas 161, de las cuales 109 son endémicas, lo que hace que nuestro país sea considerado el segundo centro de diversidad de los encinos del mundo. ¡Por favor, por favor, no haga esa cara! Sí, lo sabemos, es increíble la cantidad de información en una sola imagen, verdad y eso que estamos iniciando con las crónicas de la cuenca y no hemos dicho qué es una cuenca; bueno, parece que es momento de decirlo. Hagamos un descanso de nuestro viaje y tomemos un respiro para dar la definición de cuenca, ¿estamos listos? ahí les va: una cuenca hidrográfica es un área geográfica determinada en la que podemos observar lugares como nuestro bosque (fotografía planteada como ejemplo para este escrito), en la que podemos observar partes altas en donde comúnmente se lleva a cabo la entrada de agua para la formación de los ríos y en la que podemos encontrar tipos de vegetación muy distintos a las de la Cuenca media o la Cuenca baja, esto a causa de la altura y las características tanto bióticas como abióticas; también vamos a sumar los factores abióticos como son el aire, el agua y el suelo (se acuerdan que ya platicamos un poquito del suelo y su importancia); bueno, vamos ahora a mencionar los factores bióticos, los cuales son la flora y la fauna. México, al ser una país megadiverso, es toda una aventura hablar de la gran diversidad de especies que habitan en este país, por eso en la serie “Crónicas de una Cuenca” retomaremos a profundidad cada uno de estos elementos para que juntos, y claro, tomando en cuenta sus comentarios mes con mes, nos sumemos a esta gran aventura y viajemos por la cuenca alta, la cuenca media y la cuenca baja, comprendamos a las cuencas abiertas o exorreicas (tienen una salida al mar) y a las endorreicas o cerradas (no tienen salida al mar) y que analicemos las actividades culturales de los pobladores de estas regiones, muchas de ellas, únicas. Te invitamos a conocer más del lugar donde vives y vivamos juntos estas crónicas. Hasta la próxima.

 

 

 

 

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