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Itzell y Mayeli Sánchez: mujeres en un camino de articulación, escucha e indisciplina

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Mayeli Sánchez
Mayeli Sánchez

Queremos hacer juntas, juntas pero con muchos más, porque no encontramos forma dentro de la individualidad, no encontramos forma pensando el camino en separado: encontramos el camino en la articulación, en la escucha y la indisciplina. Con esa aseveración, Itzell y Mayeli Sánchez plantean la que ha sido su vida en los últimos tres lustros: un camino que no ha sido lineal, en el que se sabe dónde se empieza, se traza y se llega, sino uno que aseguran ha sido como el de muchas mujeres: un camino que las ha llevado por diferentes lugares, y en este recorrido han ido generando aprendizajes y horizontes.

Autodefensa feminista, teatro participativo y comunitario, proyectos culturales en el Colectivo de Acción Directa Autogestiva (ADA); también, la permanencia de un espacio como el Foro Cultural Karuzo que se ha nutrido de su contexto durante 15 años. De paso, las Técnicas Rudas para dar sustentabilidad. Y en toda esta acción van la articulación, la indisciplina y la autogestión. Todos estos, quehaceres que se articulan en torno a la labor de varios años de las activistas, agentes culturales, artistas Mayeli e Itzell.

Durante una entrevista, las hermanas Sánchez señalan que un punto de inflexión clave ha sido el ser parte del colectivo ADA, generado hace más de 15 años, en el cual han ido creando, construyendo hacia afuera y hacia adentro. Mayeli señala que si bien cada una tenía un acercamiento a una parte del feminismo, este empezó a tener sentido a partir de la colectividad establecida con ADA, pues la realidad se “les estrelló” en la cara, con la visibilidad y la permeabilidad que tienen las violencias de las mujeres, en donde han tenido que generar acción, apoyadas en un proceso fuerte de cómo se piensan y qué es lo falta hacer.

Para Itzell el proceso ha tenido que ver con la escucha, con el aprendizaje, con la plática y con el pensarse juntas, en medio de “un panorama donde todo lo que tiene que ver con lo femenino es de saqueo y sujeción”. No obstante, frente a ese peso, sabe que hay también resistencia y autodefensa feminista. “Reconocemos un sistema patriarcal que día a día viola, mata, explota, paga menos y minimiza nuestro derecho a existir y a ser felices”. Por tanto, la actriz y directora teatral señala que por fortuna, sabe que dentro de los mundos femeninos las mujeres se organizan, proponen alternativas y generan acciones a partir de los feminismos. “Es bonito y es un aprendizaje para las mujeres y los varones, que ojalá un día puedan abrir los oídos a este conocimiento”, acota.

Itzell Sánchez acota que, de manera personal, no pueden negar que vienen de una reflexión de muchos años atrás: aquella comenzada por Óscar Sánchez Daza, académico de la UAP, que fundó un seminario de cultura e investigación, en el que se repensaba cómo se podían articular las personas desde sus diferentes disciplinas.

En ese sentido, Mayeli Sánchez destaca que hay que pensar en esas otras mujeres que les precedieron, que eran mujeres fuertes, por lo que hay que reconocerse “en una alegría ancestral”. También, se reconocen con los pares con quienes piensan en el presente y en lo que sigue como en un flujo. Así, dice Itzell, saben que encuentran su raíz en una veta: aquella que tiene que ver con pensarse no en un mundo fragmentado, como ocurre actualmente con las disciplinas y las ciencias, sino en uno que pueda romper esa fragmentación causada por el capitalismo, y en donde se puede “pensarse desde la indisciplina”. “En un pensamiento fragmentado, yo como actriz diría que no tengo que ver con otro conocimiento que no sea el mío. Hay que pensarnos de una manera indisciplinada, en la idea de poder romper la fragmentación del capitalismo que provoca la división en las áreas del conocimiento y decir que queremos pensarnos desde la indisciplina”, afirma Itzell Sánchez.

Itzell Sánchez
Itzell Sánchez

Sabe qué quieren hacer juntas, pues no encuentran forma, sino es dentro de la individualidad y pensando el camino en separado que encuentran el camino en la articulación, en la escucha y en la indisciplina. “Es difícil, si bien reconocemos la experiencia de cada uno en su área, es un pretexto para articularnos, para pensarnos y construir un futuro presente en colectividad. Tenemos mucha suerte de poder haber encontrado este camino juntas, con otros, a quienes abrazamos en esos procesos”, sostienen las hermanas.

Mayeli refiere que lo suyo ha sido un tejido, como hilos que se juntan para crear cosas nuevas, para reconocerse en un pasado, en sus maestros, hermanas mayores, abuelas, en los linajes históricos que cada persona hereda. “La cara visible de una acción puede ser una persona, pero que siempre vemos que no hay forma de construir en la soledad, es parte de una hacer colectivo, y eso se ha demostrado una y otra vez”, afirma la activista.

Dice que un ejemplo es el colectivo ADA cuyas acciones no hubieran sido posibles si no se hubieran sumado otras personas al hacer en conjunto. Lo mismo Técnicas Rudas, un proyecto de sustentabilidad económica hecho con otras mujeres para ver qué podían hacer en conjunto.

“Lo que nos sostiene ha ido cambiando a lo largo de los años, primero la autogestión en el colectivo ADA para lograr proyectos económicos que ayudaran a sobrevivir sin caer en los sistemas de opresión y exploración propios del capitalismo, sino mediándolos para lograr vidas más dignas. Luego el centro comunitario en donde se experimentó con economías solidarias, con una expectativa de que se pudiera cumplir un espacio de vivienda a partir de alternativas económicas. Cada persona fue resolviendo diferente, teníamos contextos distintos, apoyos familiares diferentes. En nuestro caso, siempre han creído en los proyectos que hacemos y han estado presentes en nuestro sostén económico, con acciones y donaciones de diferentes tipos para sacar adelante los proyectos y para encontrar los límites de este tratar de ser autogestivo”.

Mayeli continúa que si bien no han logrado esa sustentabilidad, saben que no hay que limitarse en lo económico pues también se requieren recursos emocionales, como quien te sostiene, o registros que no son visibles. Agrega que con Técnicas rudas, se busca dar esas sustentabilidad y sobre todo se trataba con otros para ver qué se puede construir. “Ha sido una experiencia hermosa aprendiendo cómo este sistema se ha configurado para que sea casi imposible alcanzar el estar bien, en donde bien no sea sólo sobrevivir, sino cubrir las necesidades completas, tener una vida digna”, expone.

Itzell propone que, pensando desde el teatro y el foro Karuzo que ha pasado por momentos en los que es difícil dar una función de teatro y gestionar su logística, sabe que pensar desde la autogestión no es imposible ni hay que quitar el dedo del renglón, pues han sido formas que han encontrado y podido encontrar cierto camino.

Por último, exponen que Narrativas y memorias, un proyecto puesto en marcha en 2021 como parte del área de Alianzas creativas de la propia Técnicas rudas, es un proyecto que se viene gestando desde hace muchos años, incluso desde ADA, desde la relación entre el arte, los movimientos sociales, el cambio de imaginario y cómo se subvierte lo simbólico.

“Siempre pensamos en eso. Cuando en Técnicas rudas se abre el área de Alianzas creativas, fui feliz por haber recibido ese voto de confianza. Se trata de cómo logramos vincular la indisciplina con estos procesos de movimientos sociales de base que puedan originar cambios simbólicos. Sobre la problemática de la desaparición sentíamos que algo teníamos que hacer, que generar visibilidad y sensibilización, en la forma en que hacemos contenidos que no criminalicen y no revictimicen a las víctimas y sus familias, algo que hace el gobierno y la sociedad”, apunta la actriz.

El llamado, agrega, es a pensar la problemática entre todos, porque esta es social y no se soluciona en particular, sino que se tiene que adoptar y reconocer, pues nadie quiere saber de dolor. “Tenemos que saber del dolor, solamente así nos involucramos como sociedad y pensamos en un cambio. Desde Técnicas rudas pensamos en cómo poder vincularnos con periodistas, investigadores, artistas y colectivos, para generar materiales artísticos y periodísticos que puedan contribuir, y ser formas de expresión para los familiares”.

Itzell destaca que artistas han hecho materiales, una exposición rodante, entrevistas, muñecos y carteles, a la par de que existe una convocatoria nacional vigente sobre la muestra de cartel para que todos hagan carteles sobre desaparición, y donde haya silencio se llene con canciones y poesía.

Sobre todo, coinciden las hermanas Sánchez, porque es necesario construir en colectividad. “Reconocemos que la vida cotidiana se ha visto fragmentada en un sistema que se ha individualizado, pero México es un país pluricultural con tantas formas de reconocerse. Existe el individualismo, pero no se ha logrado totalizar, hay cosas que no llevan a dar cuenta que no nos hemos creído este asunto, pero sí ha avanzado. El hacer en solitario no logras nada, no podemos lograr conciencia sino estamos socialmente unidos, el hacer colectivo es algo intrínseco a la humanidad”, afirma Mayeli.

Para concluir, Itzell llama a pensar que actualmente, de manera cotidiana, se hacen muchas cosas en forma comunitaria. “Somos procesos que se pueden contaminar y potencializar, pensar en un vida comunitaria que se va autodeterminando y cuidando es un reto. Personalmente, los momentos más brillantes han sido cuando estoy en colectivo. No encuentro otra salida a esta realidad que nos está apabullando, en feminicidios, en desapariciones, en despojos, hay que ver la potencia como seres humanos al juntarnos”.

 

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