Darién, territorio estratégico en disputa

La historia de Darién como un territorio estratégico puede rastrearse hasta el propio periodo de conquista. En 1501 los españoles Rodrigo de Bastidas y Juan de la Cosa, conscientes de la posición estratégica que representaba el istmo, fundan San Sebastián de Urabá en el Golfo de Urabá (Golfo de Darién), el primer asentamiento en tierra firme continental, un poblado que luego de la resistencia de los nativos kuna y la falta de oro fue trasladado a Santa María de la Antigua del Darién en 1510 (Parsons, 1974), y posteriormente a Ciudad de Panamá en 1519. Darién es una región que se extiende por Panamá (provincia de Darién, Comarca Emberá Wounaan y Comarca Kuna Yala) y Colombia (Chocó y Antioquia). Hoy es conocido como Tapón de Darién, por tratarse de una barrera natural selvática que divide a Centro y Sudamérica, y el único punto en América donde se interrumpe la carretera panamericana.

De manera reciente, la región del «Parque Nacional de Darién» en Panamá y el «Parque Nacional Natural los Katíos» en Colombia ha cobrado visibilidad debido a la intensificación del tránsito migratorio que personas de distintas nacionalidades realizan a través de ella. El Darién ganó popularidad en materia de migraciones, especialmente a partir de 2016, cuando Colombia y Panamá acordaron el programa «flujo controlado», lo que ha significado un proceso de reconfigución las relaciones sociales en Darién debido al aumento en el ingreso de personas migrantes irregularizadas extracontinentales y la intensificación del tránsito de personas de América del Sur y las Antillas. Esto atrajo la atención de organismos gubernamentales de Colombia y Panamá así como de organismos internacionales de cooperación internacional sobre las comunidades indígenas Emberá Wounaan y Kuna Yala, las comunidades afrodescendientes, la comunidad local en general y además, sobre grupos armados al margen de la ley con presencia en la zona.

Los análisis que hemos ubicado sobre este fenómeno se concentran en mostrar a la zona como: parte de los amplios corredores que se despliegan en las Américas desde la perspectiva de la geografía crítica (Álvarez, 2021; Miranda, 2021); una expresión de las prácticas necropolíticas del régimen global de fronteras (Estévez, 2021; León y Antolínez, 2021); un nolugar en el que al mismo tiempo pueden observarse los impulsos que movilizan la autonomía en la frontera y en el que los elementos de “supra-interseccionalidad” nublan “el deseo esperanzador de un Norte en el Sur” (Cárdenas, 2021).

Reconocemos cierta cercanía entre nuestra propuesta y la de Cárdenas (2021) en términos de la condición “supraseccional” que observa entre los procesos de tránsito y las relaciones de dominación múltiples, en el sentido de que plantea que los migrantes “más allá de ser víctimas del flagelo social instituido son germinadores de prácticas propias de la ideología del bienestar y el desarrollismo capital, colonial y patriarcal” (Cárdenas, 2021: 189). Nos parece que esto último se asocia con dos elementos centrales para nosotras: 1) reconocer el aumento de los tránsitos por el Darién debido a la intensificación las restricciones y barreras en las zonas de cruce tradicionales así como al incremento de la tortuosidad y peligrosidad de las rutas de tránsito habituales; y 2) la manera en que la dinamización de las relaciones y la financiación para el desarrollo son parte de la instrumentalización de las migraciones en tránsito, cuyo fin es el de promover el avance de la construcción de infraestructura que permita la interconectividad del capital en esa zona. Sobre este punto, vale la pena mencionar el histórico interés por “conquistar” y controlar ese territorio, y en el que hoy adquieren un rol importante los actores en los que se sintetizan las tensiones por la disputa de la relaciones de poder en el actual proceso de reconfiguración hegemónica de la economía mundial, como lo son China y Estados Unidos.

En Darién Estados Unidos ha promovido proyectos como la continuidad de la vía Panamericana o el proyecto NAWAPA para la conducción de agua, que se suman a otros históricos en Panamá, como el Panama railroad y el canal de Panamá, consolidado a través del apoyo a movimientos separatistas que desembocaron en la independencia de Panamá y Colombia en 1903. En el presente siglo se han planteado la iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA) y el Proyecto Mesoamérica e incluso la construcción de un canal seco interoceánico en Colombia. Por otra parte, Darién no es ajeno a los intereses de China en Colombia, actualmente en el golfo de Urabá (Golfo de Darién) se está desarrollando un proyecto de «Puerto Internacional de Darién» y zona franca, para lo cual se firmó un acuerdo de cooperación entre la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas de China y la sociedad Sol de Oriente. Dicho proyecto se extenderá por Necoclí y Arboletes, contemplando la construcción de un centro comercial, ciudadela y un aeropuerto (Arias Jiménez, 2019).

La disputa por mantener la influencia o comenzar a incidir sobre las economías que lindan con el Darién, se evidencia al observar que dos países como Panamá y Colombia que han mantenido una postura de cercanía histórica tanto en términos discursivos como materiales con los Estados Unidos, han intensificado sus relaciones con el gigante asiático. Panamá fue el primer país latinoamericano que se incorporó a The Belt and Road Initiative, y después se han ido sumando Uruguay, Ecuador, Venezuela, Chile, Bolivia, Costa Rica, Cuba y Perú. Mientras que Colombia, no obstante se ha asumido al menos hasta la última elección presidencial como el mejor aliado de los Estados Unidos en la región latinoamericana y caribeña, ha dinamizado las relaciones comerciales, económicas y políticas con China. Este último se ha convertido en el segundo socio comercial de ese país y han concretado un gran número de acuerdos de cooperación internacional entre sí, bajo el esquema de cooperación Sur-Sur promovido por China (Lo Brutto y Rodríguez, 2021).

Proponemos así que el auge del fenómeno migratorio en la zona ha sido una “ventana de oportunidad” que se traduce en la posibilidad de penetrar esa zona mediante el despliegue de estrategias de cooperación internacional desarrolladas por parte de actores vinculados a los intereses que hoy se disputan el rol de centro hegemónico global. Consideramos que existe un vínculo entre el proceso de intensificación y visibilización del tránsito migratorio ligado al régimen global de fronteras y el proceso de auge de las estrategias de cooperación enlazadas con el objetivo histórico de “conquistar” el Darién, ahora en el contexto de “caos sistémico” (Arrighi y Silver, 1999) del siglo XXI que experimenta la economía mundial, lo que será abordado a profundidad en el capítulo del libro que se publicará.

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1   Este texto forma parte de un capítulo escrito por las mismas autoras que se publicará en el libro “Migraciones en el orden hegemónico del sistema-mundo moderno” y que, a su vez, se nutre de manera parcial de la tesis investigación que se encuentra en desarrollo por parte de la Lic. Jesica Carrillo González, estudiante de la Maestría en Desarrollo Económico y Cooperación Internacional de la BUAP, bajo la dirección de la doctora Ada Celsa Cabrera García.

 

Álvarez, S. (2021). Tránsitos irregularizados. En Ceja, Ireri et. al. (coords.), Migraciones. Buenos Aires: UBA, 31-37.

 

Arias Jiménez, F. (2019). Sol de Oriente, la cuarta apuesta portuaria en Urabá. El Colombiano. https://www.elcolombiano.com/negocios/sol-de-oriente-otro-puerto-para-uraba-KG10707850

 

Arrighi, Giovanni y Silver Beverly J. (2001 [1999]). Caos y orden sistémico en el sistema-mundo moderno, Madrid: Akal.

 

Cárdenas Benítez, W. (2021). Los olvidados deseantes del Darién en busca del Norte. Quaestiones Disputatae, 14(28), 180 – 193.

 

Estévez, A. (2021). Prólogo. En Necropolítica en América Latina: Algunos debates alrededor de las políticas de control y muerte en la región Programa de Investigación de Política Exterior Colombiana (PIPEC). Bogotá, 4-6.

 

León Rojas, Alejandra; Antolínez Uribe, Alejandro (2021) Necropolítica y migración. Colombia y sus dos caras en la gestión de flujos migratorios transnacionales y transcontinentales. En Necropolítica en América Latina: Algunos debates alrededor de las políticas de control y muerte en la región. Programa de Investigación de Política Exterior Colombiana (PIPEC). Bogotá, 87-97.

 

Lo Brutto, Giuseppe y Rodríguez Albor, Giuseppe (2021) Análisis de las relaciones China-Colombia en el actual contexto geopolítico latinoamericano. En Benzi, Daniele et. al.  (editores) Geopolítica y Geoeconomía de la cooperación entre China y América Latina y el Caribe, México: BUAP y  UNICAN, 145-183.

 

Miranda, Bruno (2021)  Movilidades haitianas en el corredor Brasil-México: Efectos del control migratorio y de la securitización fronteriza, PERIPLOS, Revista de Investigación sobre Migraciones, 5(1), 108-130.

 

Parsons, J. (1974). El poblamiento de Urabá. En J. Parsons, El poblamiento de Urabá durante la época colonial. El escenario físico. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 103 – 126.