En materia económica, el presidente López Obrador ha señalado estar feliz debido al buen comportamiento del tipo de cambio, el bajo nivel de endeudamiento y la histórica llegada al país de Inversión Extranjera Directa (IED),1 y es que la Secretaría de Economía (SE) informó que México captó 27 mil 511.6 millones de dólares (mdd) en IED durante el primer semestre de 2022, un monto superior en 49.2% al mismo periodo del año pasado.2
Si revisamos las cifras anuales de IED recibida en los primeros tres años de la actual administración se observa que salvo el atípico año de 2020 (con una caída de 11.7 por ciento a tasa anual), tanto en 2019 como en 2021 la variación anual es positiva (4.2 y 8.7 por ciento, respectivamente).* La SE justificó en su momento, que en 2020 los flujos globales de IED disminuyeron 42 por ciento con respecto a 2019 (según el World Investment Report de la UNCTAD publicado en enero de 2021), esto evidencia que, en comparación con el resto del mundo, México tuvo un comportamiento más resiliente, en el año más adverso de la historia económica reciente.
Para terminar de entender en qué se basa el optimismo oficial, vale señalar que, a partir de 2021, pero también durante el primer semestre de 2022, las nuevas inversiones fueron el tipo de inversión más alto como proporción de la IED total recibida (43.7 y 43 por ciento, respectivamente), superando a la reinversión de utilidades de las firmas ya establecidas en el país, que fueron dominantes desde 2017, ello podría implicar a primera vista, que el país se está beneficiando de la relocalización de IED (principalmente desde China).
Sin embargo, se deben matizar los datos optimistas anteriores, ya que, por ejemplo, si vemos las cifras en perspectiva histórica, se está lejos del mejor comportamiento, que se registró en 2013, con un monto de 48 mil 216.1 mdd de IED recibida (aunque dicho comportamiento se debió principalmente a la adquisición de Grupo Modelo por parte de la firma belga Anheuser-Busch InBev, en el segundo trimestre de 2013). Ahora bien, si comparamos el promedio recibido durante los primeros tres años de la actual administración (31 mil 599.1 mdd) frente a los tres primeros del anterior gobierno (38 mil 039.7 mdd), también se queda corto. Incluso el comportamiento positivo registrado por México en 2021 (de 8.7 por ciento), está muy lejos del comportamiento de los flujos mundiales de IED, que mostraron un fuerte repunte al aumentar 77.3 por ciento respecto a lo reportado en 2020. En resumen, pese a la recuperación en los flujos recibidos por México, estos aún no superaron los niveles de antes de la pandemia; en cambio, la tendencia global se recuperó a niveles anteriores a la pandemia.
Más allá de estos comparativos, se debe señalar que contrario al discurso oficial, las políticas de la actual administración no han abonado a que exista un clima favorable para recibir inversiones, si bien la economía mexicana tiene una serie de características que la hacen atractiva en los mercados globales de capital, como lo son los tratados comerciales de los que formamos parte y nuestra cadena manufacturera de exportación. Ello explica que el crecimiento observado desde 2021 se deba por un rebote, debido en parte por restricciones de operaciones ocasionadas temporalmente por la pandemia de Covid-19 y porque algunos proyectos se retrasaron en espera de la entrada en vigor del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), vigente desde julio de 2020.
El país se está beneficiando desde entonces por el TMEC, y por la relocalización de empresas como consecuencia de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, dada su necesidad de establecer cadenas de proveeduría más cortas y diversificadas. Las concesiones o descuentos de tierras, las deducciones fiscales a la tecnología, la innovación y la financiación del desarrollo de la fuerza laboral son incentivos comúnmente utilizados en México para atraer IED. A lo anterior, se suman los incentivos federales al comercio exterior de los que se benefician las empresas extranjeras que traen esa IED (Programa IMMEX; devolución del impuesto al valor agregado; rebajas de impuestos a la importación de bienes incorporados a productos destinados a la exportación, y Programas de promoción sectorial que permitan aranceles ad valorem preferenciales sobre las importaciones de insumos seleccionados).
En general, las empresas toman en consideración para establecer nuevas instalaciones en México, si hay espacios con energía, la cercanía con Estados Unidos, las vocaciones regionales y las perspectivas de crecimiento en el horizonte. Sin embargo, persisten inhibidores como: inseguridad, riesgos sociales, violencia; incertidumbre jurídica y regulatoria (estado de derecho); falta de una política pública adecuada y de largo plazo; corrupción; infraestructura insuficiente, logística, conexiones e infraestructura de las ciudades poco competitiva; disponibilidad y costos de energía eléctrica.
A pesar de que México tiene una posición geográfica privilegiada, es fundamental contar con un plan maestro de desarrollo económico del país, con una visión de por lo menos 50 años. Si bien, la IED podría ser mayor si el país fuera más competitivo en energía y en infraestructura de parques industriales, lo cierto es que, y coincidiendo en ello con Enrique Quintana, “las empresas foráneas apuestan por el país, no por el gobierno”,3 y eso explica la tendencia de largo plazo, más allá de la coyuntura.
Finalmente, se debe señalar que, tras el cierre de ProMéxico en 2019, en la actualidad, la promoción para atraer IED, se encuentra muy dispersa y ello hace difícil la medición de su impacto; ya que diversas entidades públicas y privadas realizan dichas actividades. En el ámbito público y a escala federal, el mandato ha sido asumido por las Secretarías de Economía (en particular, por la Unidad de Inteligencia Económica Global —UIEG); de Relaciones Exteriores, y la de Hacienda y Crédito Público.
Destaca también que todos los estados de la República, así como varias entidades municipales, cuentan con organismos de desarrollo económico que promueven la atracción de inversión a sus respectivas entidades. A nivel estatal, las Secretarías de Desarrollo Económico de los Estados, constituyen el contacto de los estados con respecto a la atracción de inversión extranjera. La Asociación Mexicana de Secretarios de Desarrollo Económico (AMSDE) es el organismo encargado de coordinar las acciones de las diferentes Secretarías de Desarrollo Económico.
Por lo que respecta a la iniciativa privada, las Cámaras y Gremios federales, estatales y locales realizan labores de promoción de la inversión extranjera. También existen asociaciones especializadas en la promoción de la inversión extranjera, como la Asociación Mexicana de Parques Industriales (AMPIP), que agrupa a los principales parques industriales del país y otras asociaciones como el Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Tecnología e Inversión (COMCE).
Su rol, importancia y resultados son una tarea pendiente de analizar, al momento de evaluar el desempeño del comportamiento de la IED en el actual sexenio.
*En toda la nota, los cálculos realizados se hicieron con cifras de la Comisión Nacional de Inversiones Extranjeras, en su Informe Estadístico sobre el comportamiento de la inversión extranjera directa en México, enero-diciembre de 2021.
1 Véase: Excélsior digital y Arturo Páramo, 25 de mayo de 2022 <https://www.excelsior.com.mx/nacional/lopez-obrador-contento-por-historica-inversion-extranjera-en-mexico/1517110>.
2 Esta cifra se debe a movimientos extraordinarios por la fusión entre Televisa y Univisión y la reestructura de Aeroméxico. Si no se contemplan dichos eventos, la IED registrada durante los primeros 6 meses de este 2022 es 12.0% más que el mismo periodo del año pasado (cuando se captaron 18 mil 433.5 mdd). La fusión de Televisa con Univisión y la reestructura de Aeroméxico en conjunto representan 6,875.0 mdd de IED.
3 Véase: Enrique Quintana, El Financiero, 30 de mayo 2022.