En la actualidad el envejecimiento no solo se define como un fenómeno biológico u orgánico, sino como un fenómeno en el que interactúan aspectos psíquicos y sociales, siendo un proceso basado en la diversidad, determinado por la herencia genética, la salud, la economía, las influencias sociales y educativas, la personalidad, la ocupación o profesión y aquellas diferencias de generaciones, por lo que se considera una etapa cambiante en el transcurso del tiempo (Silvestre, Solé, Pérez y Jodar, en Ramos, Meza y otros. 2009).
El envejecimiento se ha tornado un fenómeno social que impacta en los diferentes ámbitos sociales, incluyendo el educativo; por ello en las Instituciones de Educación Superior (IES) el envejecimiento de las plantas académicas y los nuevos roles a asumir, se padecen a través de las exigencias para el logro de la eficiencia y eficacia, lo cual, permiten la provocación de demandas que generen grandes cambios en las competencias profesionales del profesor universitario (Ruíz, Mas, Tejada y Navío, 2008). En consecuencia, en las IES se construyen retos que se ajusten a las demandas de la sociedad, a través del profesorado universitario como guía del conocimiento, en la generación y aplicación del conocimiento y el desarrollo de funciones en la diversidad, lo que nos lleva a pensar que el profesorado universitario se condiciona a través de un modelo educativo, institucional, legislativo, social y de la propia historia, ligado a la imagen del docente deseable y contextualizado, desde su rol.
Por ello, en el contexto institucional y el envejecimiento del profesorado, las circunstancias se tornan complicadas, tomando en cuenta la evaluación de la práctica docente, la tutoría, la innovación y la generación del conocimiento. Y el profesorado, a través de sus derechos, tienen la libertad de seguir en su ejercicio activo de la docencia e investigación, tomando en cuenta que en Segunda Asamblea Mundial del Envejecimiento, realizada en Madrid (2002), se establecieron elementos para el bienestar de esta población etaria, como la independencia y la percepción de ingresos, el acceso a la formación educativa, la participación activa profesional, y a disfrutar de la protección, de servicios sociales y jurídicos. Así como a la prolongación de la vida laboral activa más allá de la jubilación. A través de la autorrealización como derecho de oportunidad para el desarrollo de su potencial (ONU, 2002).
En todo espacio educativo se han generado cambios en los paradigmas de la educación, en los sistemas estructurales, el diseño curricular y los modelos educativos basados en competencias y capacidades a disertar; y la parte sustantiva que involucra los objetivos, los conocimientos, los contextos, las culturas, las metodologías y la evaluación.
Por ende, las realidades de la educación superior han cambiado, se han transformado las expectativas, los roles, las especializaciones, es decir, lo esperado es que exista una profesionalización en la docencia, una sustancial producción en la investigación y el sentido emprendedor en todo lo subsecuente. Por ello, la profesión académica en envejecimiento, enfrenta a una sociedad exigente de responsabilidad, con expectativas y roles profesionales alejados de las prácticas tradicionales e inmersas en nuevas formas de identidad y de lealtad, identificando al conocimiento como el recurso central y su capacidad de producirlo y aplicarlo. Además, la inserción en una sociedad de la información y el conocimiento, como sujetos capaces de descodificar, de resignificar y transformar la información en conocimiento aplicado.
Según Camacho, J. (2014), los nuevos roles del docente ante la educación superior, cuestionan las creencias arraigadas, el cambio en la práctica y el fomento de nuevas formas de organización del pensamiento. Y se enfrentan a la eficacia y eficiencia, con estándares de calidad rigurosos, evaluaciones más complejas, a la adaptación de nuevos tipos de interacción, a la autonomía en su desarrollo, a la adaptación a sus intereses personales, sociales y de salud, además bajo un proceso tecnológico.
El envejecimiento del profesorado universitario es un proceso del desarrollo humano individual, es una experiencia de la vida en sus diferentes entornos y conceptualizada por quien la vive en los contextos educativos, como actividad científica coherente que no parte de lo prestablecido, caracterizada ante un proceso inductivo, abierto, flexible, cíclico y emergente. Con la capacidad de adaptación y evolución a la generación del conocimiento sobre la realidad que se estudia.
Un estudio realizado en la Universidad Autónoma de Tlaxcala (2021) con el profesorado mayor, generó la reflexión de los elementos principales del envejecimiento exitoso de Rowe y Kanh (1987) y la práctica profesional, a través de una categoría de análisis denominada: “El académico universitario”.
De acuerdo a la entrevista realizada, algunas de las preguntas que dan pie a la reflexión de esta categoría son las siguientes: i. En tiempos normales, ¿cómo establecía el trato con sus estudiantes de las presentes generaciones a diferencia de las generaciones de hace 20 años? ii. Usted, ¿cómo se actualiza en los contenidos académicos para la realización de la cátedra de sus Unidades de Aprendizaje? iii. ¿Cómo vivió la experiencia de la pandemia en la docencia universitaria? iv. ¿Cómo vive las diferentes evaluaciones institucionales internas y externas?
Algunas reflexiones, el rol del profesorado mayor, implican enfrentarse a procesos generacionales y su interacción, al acceso de las innovaciones tecnológicas, al cambio en las dinámicas pedagógicas y didácticas, a la exigencia de las actualizaciones y evaluaciones de organismos internos y externos, incluso, enfrentarse a las dificultades generadas por el confinamiento (Perilla-Granados, 2018). Desde la perspectiva teórica de Harvigunts, la teoría de la actividad, la interacción intergeneracional resulta ser un elemento muy importante para el proceso del envejecimiento de los académicos, ya que a través de la habilidad cognitiva resuelven dificultades que resultan de la actividad docente. Es así que uno de los desafíos principales, no es poseer los saberes teóricos y prácticos para enfrentar las circunstancias educativas que competen al nivel universitario actual, esas ya se tienen; es la interacción con las actuales generaciones, es la búsqueda que realiza el profesor de estrategias, de experiencias, conocimientos que den respuesta a las múltiples circunstancias que se presentan a diario en la acción universitaria (Galvis, 2007).
Amartya Sen, desde la teoría de las capacidades, menciona que el envejecimiento individual y sus funcionamientos son el resultado de las decisiones que se toman con libertad para decidir el ser y hacer desde sus capacidades y habilidades, en este caso, el de los docentes universitarios como personas mayores de seguir en la búsqueda de estrategias que permitan la interacción con el estudiantado y la contribución del conocimiento a las generaciones más jóvenes.
El campo de la edad, el cual forma parte de la teoría sociológica de Bourdieu, menciona que los sujetos somos instalaciones vivas con capacidades de desplazamiento en los diferentes campos sociales de la historia, tenemos la capacidad de conocer los campos, las realidades, los espacios sociales y la historia individual lo que permite recrear al académico como persona mayor, su sitio, su habitación, sus condicionamientos internalizados y procesados como esquemas, organizaciones y disposiciones en función a su habitus, es aquel resultado de las prácticas de interacción del habitante con los que habita, es decir, el académico universitario desde el proceso de envejecimiento individual busca las habilidades y funcionamientos para permanecer en su habitación en el campo social y profesional y de seguir en la contribución del conocimiento.
Referencias
Camacho, Luis J. (2104). Nuevos roles de los docentes en la Educación Superior: Hacia un nuevo perfil y modelo de competencias con integración de las Tic. Ciencia y Sociedad, vol. 39, núm. 4, 2014, pp. 601-640 Instituto Tecnológico de Santo Domingo. Santo Domingo, República Dominicana.
Galvis, V. (2007). De un perfil docente tradicional a un perfil docente basado en competencias. ISSN-e 1315-401X, Vol. 16, Nº. 1, 2007, págs. 48-57
Naciones Unidas, (2002). Informe de la Segunda Asamblea Mundial sobre el envejecimiento. Madrid.
Perilla- Granados (2018). Las Nuevas Generaciones como un reto para la Educación actual. Universidad Sergio arboleada. Alcaldía Mayor de Bogotá D. C.
Ramos, E., Meza, A. et. At. (2009) Aportes para una conceptualización de la vejez. Revista de Educación y Desarrollo, 11. Octubre-diciembre de 2009.
Rowe J. y Kahn R. (1987), Envejecimiento humano: habitual y exitoso (Human Aging: Usual and Successful). Revista Science. Jul 10;237(4811):143-9.
Ruiz, Mas, Tejada y Navío. (2008). Funciones y escenarios de actuación del profesor universitario. Apuntes para la definición del perfil basado en competencia. Revista de la Educación Superior Vol. XXXVII (2), No. 146, Abril-Junio de 2008, pp. 115-132. ISSN: 0185-2760.