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La saliva y sus componentes: ¡un milagro para la detección de diversas enfermedades en etapa temprana!

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¿Quién no ha escuchado frases como “el que tiene más saliva traga más pinole”, “el que al cielo escupe en la cara le cae la saliva”? O quizá otras como “prefiere tragarse el orgullo antes que la saliva”, “se me hace saliva la boca” o que en estos tiempos difíciles “debemos aunque sea tragar saliva”. Y es que la saliva es uno de los fluidos fisiológicos más importantes. Diariamente el ser humano necesita segregar entre ¡1 y 1.5 litros de saliva! Imagínese los problemas que causaría el no segregarla, pero no se preocupe, porque igual el exceso de saliva es malo. La saliva contiene la combinación de muchas sustancias que incluyen proteínas y compuestos orgánicos e inorgánicos.

En la actualidad se está considerando emplear la saliva como un fluido de diagnóstico clínico, debido a que la recolección de muestras es un proceso no invasivo, rápido y no traumático para el individuo; otro de los beneficios de utilizar la saliva, es que solo se requiere de una cantidad pequeña y no es necesario prepararla para su análisis, lo que representa un riesgo mínimo de contraer organismos infecciosos de parte del personal que la analizará. Debido a estas características, se ha comenzado a indagar sobre el valor de la saliva como herramienta para diagnosticar enfermedades mediante el estudio de biomarcadores.

La  saliva es un líquido segregado por las glándulas salivales, de viscosidad variable, contiene agua, iones, mucina, proteínas plasmáticas, leucocitos y detritos celulares; de composición parecida a la de otros fluidos biológicos. La saliva no es un fluido homogéneo, sino que está formada por secreciones predominantemente de glándulas extrínsecas, pero también por fluidos de las glándulas intrínsecas. Tres son las glándulas salivales extrínsecas (mayores) en humanos: la parótida, la submandibular y la sublingual, así como cientos de glándulas salivales intrínsecas (menores): la labial, la palatina y faringe, que se distribuyen sobre todas las mucosas de la cavidad bucal, incluida la punta de la lengua. Los tipos de saliva según la glándula secretora submandibular son:  Mucoserosa 70 por ciento; Parótidas: serosa 20 por ciento; Sublinguales: Mucosa 5 por ciento; Menores: Mixta (predominio mucoso) 5 por ciento. (Ver Figura 1).

Figura 1. A) Localización anatómica de los tres pares de glándulas salivales mayores, B) localización anatómica de los tres pares de glándulas salivales menores
Figura 1. A) Localización anatómica de los tres pares de glándulas salivales mayores, B) localización anatómica de los tres pares de glándulas salivales menores

El flujo salival está controlado por lo que se conoce como sistema nervioso superior, donde el sistema simpático controla la inhibición de la saliva y el sistema parasimpático estimula la producción de la salivación. La activación de esta zona aumenta drásticamente con la ingestión de alimentos, debido a la liberación de saliva rica en agua. (Ver Figura 2).

igura 2. Sistema nervioso compuesto por el sistema simpático y el sistema parasimpático
Figura 2. Sistema nervioso compuesto por el sistema simpático y el sistema parasimpático

 

 

Composición química de la saliva

 

La saliva está compuesta principalmente entre 95 y 99 por ciento de agua, el resto de minerales, electrolitos, hormonas, enzimas, inmunoglobulinas, citocinas y otros. Entre los componentes orgánicos proteicos están la albúmina, la amilasa, ß-glucoronidasa, carbohidrasas, cistatinas.k, el factor de crecimiento epidermal, enterasas, fibronectina, gustinas, histatinas, anticuerpos como las Inmonuglobulinas A, G y M, kalicreína, lactoferrina, lipasa, deshidrogenasa láctica, lisozima, mucinas, factor de crecimiento nervioso, peptidasas, fosfatasas, proteínas ricas en prolina, ribonucleasas, peroxidasas, componente secretorio, proteínas ricas en tirosina, inmunoglobulina A secretora, proteínas del suero y proteínas unidas a vitaminas. Entre los componentes orgánicos no proteicos que contiene la saliva tenemos creatinina, glucosa, lípidos, nitrógeno, ácido siálico, urea y ácido úrico. Los componentes inorgánicos que constituyen la saliva son: amoníaco, bicarbonato, calcio, cloruro, fluoruro, yodo, magnesio, fosfatos, potasio, sodio, sulfatos, tiocianatos y amortiguadores no específicos. La concentración de proteínas en el fluido salival es de alrededor de 200 mg/ml, lo cual representa cerca del 3 por ciento de la concentración de proteínas del plasma. Este porcentaje incluye enzimas, inmunoglobulinas, glicoproteínas, y albúminas.

Los biomarcadores salivales, también conocidos como marcadores biológicos, son moléculas que expresan alteraciones celulares, bioquímicas que se pueden medir y evaluar objetivamente como un indicador de procesos biológicos normales, procesos patogénicos o respuestas farmacológicas a una intervención terapéutica. Los biomarcadores tienen múltiples usos en relación con la detección temprana de la enfermedad, su progresión, pronóstico y respuesta al tratamiento que se use para la misma. La principal clasificación que se utiliza los divide entre los de exposición y los de enfermedad. Los primeros se usan para detectar o conocer los factores de riesgos y los segundos para realizar cribados, diagnósticos y monitorizar el curso de la enfermedad.

 

Diagnóstico de enfermedades a través de la saliva

 

Desde finales del siglo XIX se conocía la influencia de la saliva en la digestión, y a lo largo del siglo XX se han investigado las propiedades y composición de la saliva, pero no es hasta los últimos 40 años, cuando se comienza a indagar sobre el valor de la saliva como material de análisis de laboratorio, principalmente a partir de 1999, cuando se desarrollan grandes iniciativas para la investigación de biomarcadores en saliva.

La saliva se ha descrito como el espejo del cuerpo; en un mundo de altos costos en la atención médica y un entorno en el que el diagnóstico rápido puede ser fundamental para obtener un resultado positivo en la salud del paciente, la saliva está emergiendo como una alternativa viable al análisis de las muestras de sangre. A lo largo de los años, se han realizado estudios para obtener una relación entre los biomarcadores salivares y diversas afecciones, por ejemplo, en un estudio que apareció en 2009 en una revista de periodontología (Journal of Periodontology)  (http://dx.doi.org/10.1902/jop.2009.080296) los investigadores analizaron a estudiantes susceptibles a la periodontitis agresiva para evaluar las proteinas inmunitarias llamadas quimiocinas y citocinas encontradas en la saliva de niños periodontalmente sanos que posteriormente desarrollaron pérdida ósea alveolar. Entre las conclusiones del estudio mencionan que la sensibilidad y especificidad de una especie de glóbulo blanco, MIP-1alfa, se correlaciona bien con el inicio de la pérdida ósea. Este estudio sugiere que se puede usar como un biomarcador temprano para periodontitis agresiva localizada.  En el mismo año, otro grupo, de la República Checa, liderado por Pink Richard (http://dx.doi.org/10.5507/bp.2009.017), investigaron sistemáticamente el análisis de la saliva en comparación con el análisis de otros medios de diagnóstico, como la sangre y la orina. Ellos comentan que el fluido oral se puede usar para diagnosticar enfermedades malignas, como el cáncer de mama, que fue uno de los primeros tumores malignos que se detectaron mediante biomarcadores de proteínas genéticas, a través de la detección de niveles elevados de las proteínas CA15-3, CA 125 y el complejo de glicoproteínas en la saliva de pacientes con cáncer de ovario. En 2012, otro grupo de investigadores (Journal of Periodontology, http://dx.doi.org/10.1902/jop.2012.110588) evaluaron las concentraciones de suero sanguíneo, saliva y fluido crevicular gingival con proteínas de crecimiento TNF-α, TNF-αR2 y la citocina interleucina-6 en mujeres no obesas con síndrome de ovario poliquístico y gingivitis. Al realizar diferentes pruebas, concluyeron que el síndrome de ovario poliquístico y la inflamación gingival parecen actuar sinérgicamente sobre las citocinas proinflamatorias IL-6 y TNF-α. Por tanto, el síndrome de ovario poliquístico puede tener un impacto sobre la inflamación gingival o viceversa.

Por otro lado, la obesidad y su relación con la saliva se analizó en el año 2012. Isabelle Matias y sus colaboradores de la Universidad de Bordeaux en Francia, (http://dx.doi.org/10.1371/journal.pone.0042399) llevaron a cabo un estudio que tuvo como objetivo explorar los ácidos grasos poliinsaturados y los grupos de aminoalcoholes presentes en la saliva; verificaron sus cambios en relación con la comida en respuesta a la pérdida de peso corporal. Al culminar el estudio concluyeron que los ácidos grasos poliinsaturados y los grupos de aminoalcoholes pueden ser cuantificados con la saliva y la cantidad presente de ellos está relacionado con la obesidad, pero no con el estado de alimentación. En el año 2013, otro estudio, que tenía como objetivo evaluar el catabolismo de carbohidratos ligados a proteínas en saliva de niños con diabetes tipo 1, mediante la medición de la actividad de la enzimas N-acetil-β-D-hexosaminidasa en su saliva; encontró un aumento significativo en la concentración y la actividad específica de isoenzimas N-acetil-β-D-hexosaminidasa en la saliva de niños con diabetes tipo 1, en comparación con niños sanos. Por lo cual, se concluyó que la actividad isoenzimas N-acetil-β-D-hexosaminidasa detectada en la saliva puede usarse en el diagnóstico de niños con diabetes tipo 1.

Con cierta claridad el cáncer oral puede ser diagnosticado mediante el análisis de saliva, esto fue reportado por un dentista y sus colaboradores en 2017 (http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0213-12852017000200003&lng=es). El grupo realizó una investigación sobre el cáncer oral, comentando que ocupa el sexto lugar entre los distintos tipos de cáncer y más del 90 por ciento de ellos corresponden a células de carcinoma y células escamosas de la cavidad oral (CCECO). A pesar de los avances diagnósticos y terapéuticos, la tasa de supervivencia es baja debido a su diagnóstico tardío. El objetivo de su investigación era evaluar la capacidad diagnóstica de las proteínas IL-6 e IL-8 en saliva, para el diagnóstico precoz de CCECO. Entre sus conclusiones comentan que los biomarcadores salivales, IL-6 e IL-8, se consideran alternativas no invasivas de gran capacidad diagnóstica para el diagnóstico precoz de CCECO debido al incremento significativo de su concentración y a altos valores de sensibilidad y especificidad.

En tiempos de pandemia, el estrés en el humano se incrementó, pero se estudió la posibilidad de determinar sus niveles con saliva. Por ejemplo, en 2021 otro grupo llevó a cabo una investigación que, entre sus objetivos, comparó las respuestas de biomarcadores de estrés salival que representan la actividad hipotálamo-pituitaria-suprarrenal cortisol (sCort). Para el estudio sometieron a los participantes a una presentación oral académica, para inducir un nivel alto de estrés en dos ocasiones: como presentador y como público. La saliva se recolectó dos veces: antes de asistir al seminario y después de una presentación académica (para presentadores) o durante el seminario (para audiencia). Entre los resultados más importantes mostraron que los niveles del biomarcador cortisol fueron significativamente mayores en el grupo presentador en comparación con el grupo audiencia.

En el 2022, se llevó a cabo un estudio preliminar en estudiantes de odontología que tuvo como objetivo indicar los vínculos entre las alteraciones de los biomarcadores salivales cortisol y los antioxidantes totales contra los diferentes niveles de estrés en los estudiantes de odontología durante el año académico. Para esto recogieron muestras de saliva no estimulada por la mañana y por la tarde en cuatro momentos: a mitad del año académico, durante el período de exámenes y al comienzo del año académico. Entre los resultados obtuvieron que los niveles de cortisol salival vespertino fueron significativamente más bajos que los niveles matutinos; además que las concentraciones matutinas de cortisol fueron ligeramente más altas durante el período de exámenes, lo que implica que el cortisol matutino en la saliva es un marcador potencial del estrés percibido en estudiantes.

Como se puede deducir la saliva se usa para el diagnóstico de numerosas enfermedades, incluidas las enfermedades neurológicas, el síndrome de Cushing, el VIH, la diabetes y el cáncer. La posibilidad de identificar y medir biomarcadores en la saliva abre la vía para detectar una enfermedad en individuos con síntomas o sin signo de esas enfermedades para cumplir con las modalidades de tratamiento.  (Ver Figura 3).

Figura 3. Los diferentes biomarcadores sali- vales que se utilizan para identificar diversas enfermedades. Dependiendo de la enfermedad que se quiera estudiar o evaluar en una pobla- ción en específico, se analizan y buscan los bio- marcadores correspondientes en la saliva.
Figura 3. Los diferentes biomarcadores sali- vales que se utilizan para identificar diversas enfermedades. Dependiendo de la enfermedad que se quiera estudiar o evaluar en una pobla- ción en específico, se analizan y buscan los bio- marcadores correspondientes en la saliva.

 

En los últimos años, en el campo del diagnóstico médico, se están introduciendo técnicas que, mediante el uso de la luz, permiten analizar biomarcadores. Estas técnicas ópticas son rápidas, objetivas y no cruentas, por lo que cumplen con las características que se requieren para su aplicación en el diagnóstico de enfermedades a través de la saliva.

La espectroscopia Raman es una de estas técnicas y presenta un enorme potencial para realizar un análisis clínico óptico no invasivo. Se han realizado trabajos previos en los que se han estudiado biomarcadores de saliva desde un enfoque químico a través de estudiar sus concentraciones con kits de reactivos, sin embargo, hay pocos estudios que analicen los biomarcadores salivales desde un enfoque óptico empleando espectroscopía Raman, como el que un grupo de investigación del INAOE y la BUAP hemos llevado a cabo (doi.org/10.1002/jrs.6315).

Sabemos que la saliva es útil para lubricar la boca, para masticar, para deglutir, o para limpiar la boca, pero ahora debemos considerar que la saliva es una herramienta para el diagnóstico de enfermedades, lo que representa un avance significativo en el campo de la medicina. Esta técnica no invasiva y de fácil implementación ofrece numerosas ventajas: la comodidad del paciente, la reducción de costos y la posibilidad de obtener muestras en diferentes momentos y lugares. Además, los avances en la detección de biomarcadores específicos en la saliva han demostrado su eficacia en la detección temprana de diversas enfermedades, incluyendo enfermedades infecciosas, metabólicas y autoinmunes. A medida que la investigación continúe avanzando, se espera que el uso de la saliva como herramienta diagnóstica se amplíe aún más, contribuyendo a una detección más rápida y precisa, lo que a su vez permitirá un tratamiento más oportuno y efectivo.

En definitiva, el uso de la saliva como medio de diagnóstico representa un camino prometedor hacia una medicina más personalizada y accesible para todos.

 

Además de las ligas en el texto, se puede encontrar más información en estas fuentes:

  1. Sánchez P. La saliva como fluido diagnóstico. Ed Cont Lab Clín. 2012;16:93–108.
  2. Sáez L, Rodríguez P, Ochoa G. Biomarcadores salivales en patología de estrés. Cient Dent. 2016;13:129–33.
  3. Ma, P., & Martínez, S. (s/f). La saliva como fluido diagnóstico. Seqc.es. 21 recuperado el 17 de julio de 2022, de https://www.seqc.es/download/tema/7/3324/346271904/840334/cms/tema-8-la-salivacomo-fluido-diagnostico.pdf/

 

 

 

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