El 20 de julio de 1969 el hombre llegó por primera vez a la Luna; desde entonces, muy pocas veces el ser humano ha vuelto a nuestro satélite natural. Ahora, después de más de 50 años, nuevamente se escribirá otro capítulo en la historia de la exploración espacial.
Nuestra protagonista ahora será Artemis o Artemisa en español; heredera del programa Apolo. El nombre no es ninguna coincidencia, ya que Artemis es la diosa de la Luna en la mitología griega, quien además es hermana gemela de Apolo. El nombre no se debe sólo a los objetivos, sino que Artemis también será la primera misión en llevar a una mujer y a una persona no blanca a la Luna.
El programa, puesto en marcha en 2017, tiene dos objetivos principales. A corto plazo, el regreso del ser humano a la Luna desde la misión Apolo 17, realizada en 1972; y a largo plazo, establecer con nuestro satélite natural un asentamiento permanente y sostenible, el cual servirá de apoyo y facilitará la futura exploración a Marte, pero ya hecha por humanos; objetivo que quiere alcanzarse en 2033.
Además de establecer dicho asentamiento, también se busca construir una base para que empresas privadas afiancen una economía lunar. La misión no solo busca romper paradigmas, sino realizar nuevos hitos, pues se adentrará donde ningún otro ser humano lo ha hecho: el polo sur lunar, donde se espera confirmar la existencia del agua detectada hace algunos años, la cual puede servir como futuro recurso útil para asentar, de forma definitiva, la futura economía lunar.
Convertir el agua en hidrógeno y oxígeno para producir combustible en la Luna es mucho más barato que enviarlo desde la Tierra, así podrían reducirse enormemente los costos de los viajes espaciales. Por esta razón, una base lunar podría ser más rentable y darnos mayor oportunidad de llegar a otros destinos, como el planeta rojo, sin contar la enorme importancia que tiene para la vida humana.
La NASA utilizará un nuevo cohete llamado Space Launch System (SLS), el cual es un vehículo desechable que llevará a la cápsula Orión hasta la órbita lunar, donde se acoplará a una pequeña nave llamada Gateway. Dicha nave contará con dos vehículos para el alunizaje, llamadas Power and Propulsion Element (PPE), y Habitation and Logistics Outpust (HALO). Estos vehículos son los que los astronautas utilizarán en la Luna.
Para realizar el descenso desde el Gateway a la superficie lunar, y posteriormente el ascenso, se usará el Human Landing System (HLS), para finalmente desacoplarse y regresar en la cápsula Orión.
En total habrá cuatro astronautas, tres estadounidenses y uno canadiense, quienes estarán realizando tareas a lo largo de toda la misión. Dos de ellos realizarán el alunizaje, pero también desempeñarán distintas tareas a lo largo del trayecto. Mientras los otros dos se quedarán en el complejo orbital Gateway Orión, examinando y enviando datos a Tierra. La misión Artemis estará conformada por el comandante Gregory Reid Wiseman, el piloto Victor Glover, la ingeniera Christina Koch y el especialista Jeremy Hansen.
Las investigaciones involucradas en el programa comenzaron incluso en la Tierra, ya que los astronautas están experimentando con dos nuevos tipos de trajes espaciales: Exploration Extravehicular Mobility Unit (xEMU), y el Orion Crew Sur-vival System (OCSS).
El xEMU se utilizará para explorar la superficie lunar, con una autonomía de hasta ocho horas, es decir, el funcionamiento de sus elementos sin necesidad de una fuente externa, como las que tienen en la nave. El traje posee articulaciones móviles y un dispositivo para permitir el giro de la cintura, ya que anteriormente, los trajes eran bastantes rígidos. Los micrófonos y altavoces de audio están dentro del casco, en lugar de usar el tradicional Snoopy cap. El astronauta se “mete” en el traje a través de una abertura entre la mochila y el resto del traje; se prescindió de las cremalleras, que fue un problema con los trajes de los Apolo.
En caso de emergencia de despresurización, el OCSS se utilizará dentro de la nave espacial Orión durante el despegue y el reingreso. La capa exterior del traje es anaranjada, ya que, al momento del aterrizaje, el color permite una mayor visibilidad en el océano, en caso de que los astronautas necesitasen salir de la nave espacial sin ayuda del personal de recuperación. El traje tiene una mayor resistencia al fuego, y también incluye articulaciones de hombro mejoradas para una mejor movilidad.
Los objetivos planteados no son pocos, mucho menos fáciles, por ello, la misión está dividida en cuatro etapas:
Artemis I: lanzada el 6 de noviembre de 2022, fue un vuelo de prueba para evaluar el módulo de servicio europeo, el cohete SLS y el escudo de calor de Orión, cápsula en la cual los astronautas viajarán de regreso a la Luna. La misión fue un éxito, pues la nave realizó dos vuelos orbitales alrededor de la Luna y regresó a la Tierra el 11 de diciembre de ese mismo año. Se pudo comprobar el correcto funcionamiento de cada elemento de la misión, en particular, el rendimiento del SLS y el escudo de calor que debe proteger a los tripulantes en su reentrada a nuestro planeta.
Artemis II: primera misión tripulada con los cuatro integrantes, que está prevista para noviembre de 2024, con la que se buscará realizar operaciones de proximidad sin alunizar. Los astronautas operarán la trayectoria de vuelo de Orión en modo manual. Es decir, la tripulación realizará maniobras manuales para proporcionar datos sobre el rendimiento, además de generar experiencia operativa a los astronautas, la cual es primordial en caso de emergencia.
Artemis III: será la misión que ponga de vuelta a la humanidad a nuestro satélite natural. Hasta ahora no se tienen definidas las fechas, ya que dependen de los objetivos científicos específicos, así como de las diferentes regiones que puedan proporcionar más y mejores datos, o el acceso a luz solar de manera significativa, la cual podría ser la única fuente de energía, incluso se sigue buscando una línea de emisión continua con la Tierra para la comunicación de apoyo. Sin embargo, se especula que se llevará a cabo en 2025.
Artemis IV: programada aproximadamente para 2028, tendrá como objetivo el montaje de la plataforma Lunar Gateway, la cual deberá servir como módulo habitacional, laboratorio y almacén de robots que serán utilizados para desarrollar las futuras tareas. Se planea que la exploración lunar dure seis días, los cuales serán divididos según las tareas asignadas. Durante el alunizaje, dos astronautas se quedarán a bordo de Orión, mientras que los exploradores tomarán muestras, llevarán a cabo paseos lunares y realizarán demostraciones tecnológicas, para finalmente, limpiar el sitio.
La limpieza involucra asegurar herramientas u otros instrumentos que puedan ser utilizados en futuras misiones; las cuales seguirán con el fin de terminar de establecer la base lunar, pero deben estar en una ubicación lo suficientemente lejos del módulo de aterrizaje para no representar un peligro durante el despegue.
Se está haciendo todo lo posible para que la misión se lleve a cabo, pase lo que pase, ya que es un paso muy importante en el avance tecnológico, científico e incluso humanístico. En particular, para la exploración de otros cuerpos celestes más allá de nuestro satélite natural. Hace no muchos años, pensar en viajar a Marte sonaba imposible, e incluso desquiciado. Hoy, es un sueño que está más y más cerca de cumplirse, quizá en unos años será algo muy normal. Muchas veces la realidad supera la ficción.
Este artículo fue desarrollado durante las sesiones de trabajo de un grupo de estudiantes de licenciatura de la FCFM-BUAP que llevan a cabo prácticas profesionales, servicio social o tesis de licenciatura bajo la dirección de Raúl Mújica del INAOE. En este espacio estarán apareciendo otros más, no se los pierdan.