La ciencia impulsa a alumnos de la BUAP a Mazatlán para observar el eclipse total de Sol

El eclipse total del próximo 8 de abril, que será visible en el norte del país, por una parte de los estados de Sinaloa, Durango y Coahuila, será un fenómeno único para cuatro estudiantes de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas (FCFM) de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).

Será único porque no solo podrán observar de manera total un fenómeno que será parcial para el resto de entidades del país como Puebla, sino porque compartirán parte de sus conocimientos con jóvenes estudiantes de Mazatlán.

Sabine Carmona (Puebla, 17 de febrero de 2001), estudiante de Matemáticas; Claudia Elizabeth Mendoza Luna (Acajete, 16 de abril de 2001), estudiante de Física; David Guzmán Lezama (1 de marzo de 2003) y Balam Kaleb Moreno Amaro (Puebla, 29 de diciembre de 2003), ambos de Física aplicada, conforman el equipo del Observatorio Solar Luis Rivera Terrazas de dicha facultad.

 

Este pequeño pero entusiasta grupo de jóvenes científicos se alista para viajar, por tierra, alrededor de mil 147 kilómetros de distancia que significan más de 16 horas de camino para compartir con otros jóvenes la oportunidad de presenciar y disfrutar de este eclipse solar total, fenómeno que ocurre cuando el Sol, la Luna y la Tierra se alinean; es decir, se colocan en una línea recta provocando que la sombra de la Luna, llamada umbra, cubra una pequeña superficie de la Tierra ocultando la luz del Sol.

El equipo del Observatorio Solar Luis Rivera Terrazas de la FCFM va cargado de sus conocimientos y del Coronado Solar Max II-60, un telescopio especializado en observación solar que viene con filtros incluidos que permiten ver protuberancias y detalles de la superficie solar.

A este telescopio se suma una montura computarizada de gran tamaño que ofrece un seguimiento automático del Sol y del fenómeno que tendrá en Mazatlán y localidades cercanas como ubicaciones ideales para apreciar el fenómeno que ocurrirá el próximo 8 de abril, cuya fase total comenzará a las 12 horas con siete minutos y 24 segundos de la hora local, para terminar a las 12 horas con 11 minutos y 43 segundos de la hora local, justo cuando el Sol estará en el cenit, o sea en el punto más alto en el cielo.

Así, en Mazatlán, el eclipse total durará cuatro minutos con 25 segundos, mientras que en el pueblo de Pitarrilla, ubicado a 30 kilómetros de Mazatlán, la duración de la fase total del eclipse será de cuatro minutos con 28 segundos, duración que será la mayor en todo el continente americano. La duración del eclipse, contando las etapas parcial y total, será de dos horas y 41 minutos comenzando a las 10 horas con 51 minutos y 22 segundos, y terminando a las 13 horas con 32 minutos y siete segundos de la hora local de Mazatlán, Sinaloa.

 

La ciencia, una manera de descubrir la belleza del Universo

 

Sabine Carmona, Claudia Elizabeth Mendoza, David Guzmán y Balam Kaleb Moreno son científicos en formación que ven a la ciencia como una apuesta de comprensión del mundo. Estas carreras de formación de pensamiento crítico, considera Claudia, alumna que está por concluir sus estudios de licenciatura en Física, ayudan a discernir en la vida cotidiana, a cambiar el propio panorama y de quienes están alrededor, como una ventana abierta al pensamiento.

Para los jóvenes de 20 y 23 años de edad, esta será la primera ocasión que verán un eclipse: no estuvieron en el eclipse total suscitado el 21 de julio de 1991 ni en el eclipse anular ocurrido el 30 de mayo de 1994, y tendrán que esperar al 16 de enero de 2056 para apreciar nuevamente el fenómeno.

No obstante, Claudia y Sabine comparten la experiencia de observar un eclipse solar desde sus áreas de formación científica. Lo hicieron el 4 de octubre de 2023 cuando ocurrió un eclipse anular solar cuya franja de máximo ocultamiento cruzó por Quintana Roo, Campeche y Yucatán, que en Puebla pudo verse de manera parcial.

Aquel 4 de octubre, desde Mérida, visitaron varias escuelas e instituciones de comunidades cercanas para convivir con jóvenes estudiantes no sólo de Yucatán sino también de Campeche, compartiendo sus conocimientos científicos y conociendo parte de la cultura y creencias ancestrales de las comunidades.

A Mazatlán, reparan Carmona, Mendoza, Guzmán y Moreno, van apoyados por la BUAP y la FCFM que han brindado el viaje y el hospedaje, al ser el equipo del Observatorio Solar Luis Rivera Terrazas. A Mérida, en cambio, acompañaron al Centro Universitario de Participación Social, mejor conocido como CUPS, también de la universidad.

“Sabemos que en el norte del país hay una cultura distinta, por lo que no sabemos qué esperar. Vamos a tocar puertas con secundarias de Mazatlán, el tecnológico y la universidad para compartir lo que tenemos en Puebla como lo es el Telescopio Especializado en Observación Solar (TEOS) que brinda una ventaja de observación”, señalan los jóvenes durante una entrevista.

Apuntan que la observación solar no es algo tan popular como la observación nocturna, pues cuando se piensa en telescopios se piensa en la observación de planetas como Júpiter, o de satélites como la Luna, mientras que cuando se habla de observación solar se pregunta si es seguro. Por tanto, aseguran que los eclipses son una buena oportunidad para acercar los temas científicos al público en general, sobre todo si se utilizan métodos indirectos y métodos directos en los que se hace uso de filtros especiales aprobados en seguridad.

Un eclipse solar, apuntan los jóvenes científicos, es emocionante porque se está viendo algo en el momento en que esto ocurre. Para ellos, por tanto, es una ventaja comunicar aquel fenómeno desde los lenguajes de la ciencia y la observación, echando mano de las posibilidades que da la tecnología. Como ejemplo, es que harán una transmisión en vivo del fenómeno para que este sea visto en ciudades donde no se verá la totalidad como lo será la propia Puebla. Lo harán a través de los sitios de Facebook y YouTube de la facultad y del Observatorio Solar.

Así, a Mazatlán llevan sus conocimientos científicos y algo más: la empatía para conocer lo que ocurre en otro lugar del país, las carencias y beneficios de los sistemas educativos, lo que ellos mismos están aprovechando como estudiantes de la BUAP, además de los problemas sociales y las realidades culturales de las comunidades que conocerán.

Por tanto, confían en que hacer ciencia es también empatizar con el otro; es decir que verán el eclipse de manera privilegiada gracias al equipo y al apoyo científico, además de una oportunidad de dar a los demás el mismo chance de ver el fenómeno. Sobre todo, como señala Claudia Elizabeth Mendoza, es pensar que “la ciencia no es un tema alejado, que no es solamente para genios, pues más que hacer operaciones se trata de descubrir la belleza del Universo e ir más allá de la idea de que no se puede vivir sin desvelar los misterios que hay en él, pues no es necesario ir al espacio exterior para darse cuenta de su magnificencia: que desde aquí podemos ver a Júpiter, pensar lo lejos que está, así como en la existencia de otros planetas que no están visibles al ojo, de otras estrellas y galaxias”.

El equipo del Observatorio Solar Luis Rivera Terrazas de la FCFM partirá de Puebla el próximo 5 de abril hacia Mazatlán, para estar presentes en el eclipse del día 8. Además de sus conocimientos y las ganas de compartir, van impulsados por sus familias, quienes desde el inicio han apoyado su decisión de estudiar ciencias: Balam inmiscuido en ella desde pequeño, pues sus padres son profesores; Sabine como la primera en su familia en caminar la ciencia; David, feliz porque su carrera lo acerca a la observación astronómica, y Claudia, agradecida porque, pese a los cuestionamientos por su elección, sus papás depositaron en ella su confianza y su inversión.

 

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