¡Que tome conciencia la población! ¡Hasta cuándo vamos a vivir así! ¡El calor nos va a matar! ¡El agua se va a acabar! Éstos han sido los pensamientos recurrentes de muchas personas dedicadas a diferentes actividades en pro de la mejora y preservación del medio ambiente y de los bienes naturales. Durante años hemos analizado todas las problemáticas ambientales y conforme han pasado los años, también nos ha llevado al análisis de las diferentes formas de mitigación de muchos de los problemas que aquejan hoy en día a familias y poblaciones enteras, muchas de estas medidas que dan solución a algunas problemáticas son las ecotecnologías, como pueden ser los captadores de agua de lluvia o los baños secos, por supuesto que hay muchos más, lo sabemos, solo que en esta entrega platicaremos un poco sobre el tema que a muchos preocupa, que es el agua, específicamente en Puebla. Iniciare-mos actualizando algunos datos, solo algunos porque si no sería un tema que jamás acabaríamos, pero no por eso dejaremos de lado al resto, al final de esta columna te dejaremos una dirección electrónica en la que podrás consultar datos adicionales que estamos seguros ayudarán a comprender más el porqué de este tema y por qué la preocupación; así que sin más, iniciemos.
Desde hace muchos años, hablar de agua en Puebla ha sido tema de debates interminables y hoy es todo un tema de campañas electorales, pero uno se podría preguntar por qué los ríos, a lo largo y ancho del territorio nacional, superan los máximos permisibles en cuanto a contaminación, la respuesta es la siguiente: resulta que durante años los cuerpos académicos consolidados y los representantes de las empresas responsables de la contaminación entraron en debates enormes, y como siempre, los intereses y el gran capital ganaron, así que elevaron los estándares de los máximos permisibles, para que así cualquier empresa instalada en México podría estar dentro de dichos números y difícilmente violar las normas. A todas luces podemos decir y sin temor a equivocarnos que se han violentado de manera fragante muchos de nuestros derechos, iniciamos por el derecho a vivir en un lugar libre de contaminación, derecho que desde hace varias décadas no tenemos; mire nada más, en las aguas superficiales del Atoyac y el Alseseca encontramos metales como Fierro, Plomo, Manganeso, Cadmio, Cromo, entre otros, además de Cloroformo, Tolueno, Co-bre, Zinc, elementos que causan afecciones a la salud que van desde las infecciones de piel y gastrointestinales hasta el cáncer, y por qué no echamos un vistazo al pasado y vemos qué sucedía en esta Cuenca allá por el año 2013; en aquel año se vertían aproximadamente 69 toneladas diarias de contaminantes al Atoyac y 28 toneladas al Alseseca, ya para 2023 se tiene el registro en el que se observa un aumento significativo, ya que se reportan 160 toneladas diarias de contaminantes descargadas por aproximadamente 8 mil 946 empresas, de las cuales 93 por ciento están registradas como casas habitación y no como pequeñas o medianas empresas textiles; y por qué sucede esto, resulta que muchas empresas dan a las personas a lavar las telas que lavarán y por lo que recibirán una remuneración económica, sin importar, por parte de la empresa, el riesgo a la salud de las familias, de los vecinos de dichas comunidades, mucho menos importando el impacto ambiental.
Un dato interesante es que durante la última evaluación se estimó en 544 millones de pesos el costo por daño ambiental tan solo de Atoyac. Ya con estos datos ahora nos toca preguntarnos, y entonces cuánta agua disponible hay en Puebla capital si tenemos todos los afluentes contaminados, y ojo, en Valse-quillo se almacena más de 50 por ciento del agua superficial de todo el estado y con altísimos índices de contaminación. No podemos dejar pasar que hoy los acuíferos de esta región se encuentran sobre explotados y que derivado de la alta demanda de agua tan solo para 2015 se tenían 105 acuíferos ya en condiciones de veda, con lo anterior, cada poblador de esta ciudad y de los municipios que conforman la Cuenca del Alto Atoyac que estamos haciendo, cómo vamos a resolver esta enorme problemática hídrica, y seguramente saltarán algunas alternativas como son las restauraciones de bosques como el de la Malinche, algunas enotecnias que invitamos a conocer como son la cosecha de agua de lluvia y los baños secos, en la primera podremos captar una poca del agua que llueve en Puebla capital al año (1270 mm), y en la segunda, podemos dejar de impactar desde nuestros baños miles y miles de litros de agua al año, tan solo se estima que si la caja de un sanitario es descargada por una persona aproximadamente seis veces al día, en un año estaría tirando al drenaje unos 16 mil litros, lo que alcanzaría para tomar dos litros de agua al día, por 22 años; entonces ante este panorama, creemos que vale la pena echar un vistazo a las ecotecnologías y evitar que el drenaje se lleve nuestras vidas. Y recuerden, ¡sufragio efectivo, no contaminación!
Lo prometido, charla de café con el doctor Ernesto Mangas:
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