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De las Áreas Naturales Protegidas y otras cosas

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· Ilustración: Diego Tomasini “El Dibrujo” *

En otras ocasiones hemos hablado de la biodiversidad y la importancia de conservarla; sin embargo, es necesario mencionar que para que haya variedad de vida en un lugar, esta depende de varios factores; por ejemplo, la ubicación geográfica, para el caso de México y por su cercanía al ecuador existen en él la mayoría de los biomas presentes en el mundo. Eso permitió que haya diversidad de climas, suelos y de especies. Desde luego, esto no es lo único; otro factor importante para que haya diversidad biológica son los relieves; es decir, todos los cerros y montañas, las cuales se consideran barreras geográficas naturales, por lo que esto da la riqueza natural con la que contamos en el país.

Una vez que sabemos qué es lo que tenemos y dónde, en términos biológicos, y dependiendo de la importancia de las especies se crean Áreas Naturales Protegidas (ANP), con el objetivo de preservar a la mayoría de las especies; nuestro país es uno de los lugares en el mundo que cuenta con un mayor número de ANP. En 1876 se declaró la primera y a partir de ese año a la fecha se siguen estableciendo zonas para la conservación. Dentro de las ANP existen distintas categorías, como las Reservas de la Biósfera, las cuales según la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), son áreas relevantes a nivel nacional, representativas de uno a más ecosistemas no alterados significativamente por el hombre, o que quieran ser preservados y restaurados, en donde habitan especies representativas del país, endémicas, amenazadas o en peligro de extinción. Por otro lado, tenemos las Áreas de Protección de Flora y Fauna, en las cuales se busca conservar principalmente a la flora y la fauna, pero en estas zonas los habitantes de las comunidades sí pueden hacer un aprovechamiento de los recursos, siempre y cuando cumplan con normas oficiales o leyes ambientales para su manejo sostenible. Otra de las categorías que tienen las ANP son las Áreas de Protección de los Recursos Naturales; estos sitios se caracterizan por proteger el suelo, las cuencas hidrográficas, agua y los recursos naturales localizados en terrenos forestales. También en algunos sitios contamos con Monumentos Naturales, los cuales cuentan con uno o varios objetos naturales, que por su importancia biológica requieren de su conservación. Por otro lado, tenemos los Santuarios; en estos sitios, debido a la riqueza de especies de flora y fauna, se establecen como ANP; tal es el caso de los bosques de encino en Michoacán en donde llega la mariposa monarca y que por su importancia para la conservación se le han denominado Santuarios.

Finalmente, tenemos los Parques Nacionales, los cuales cuentan con uno o más ecosistemas relevantes por su belleza, el valor científico y educativo, de recreo, el valor histórico, por la flora y fauna, y por la capacidad para el desarrollo del turismo. Y se preguntará, querido lector, ¿toda esta información hacia dónde va?, pues aprovechando para hablar de las ANP, queremos platicarles un poco de uno de los parques nacionales más cercanos a la capital poblana “La Malinche o Matlalcuéyetl”. Fue declarada ANP en 1938; cuenta con una extensión de 46 mil 112 hectáreas, es una de las cinco montañas más importantes de nuestro país, hasta el momento se tienen 937 especies descritas, entre aves, mamíferos, anfibios, reptiles, insectos, arañas, hongos y plantas, muchas de estas especies son endémicas de la zona. Además, el parque se encuentra ubicado dentro de la cuenca del Atoyac y Guadalupe, convirtiéndolo en uno de los sitios importantes para la recarga del manto freático y desde luego, una gran parte de la ciudad se abastece del agua de este gran volcán. Sin embargo, no todo es color de rosa y a pesar de la existencia de leyes ambientales y el establecimiento de las ANP en nuestro país, esto no ha podido frenar el uso ilegal de los bienes naturales. La Malinche, a lo largo de la historia ha sido presa de los taladores clandestinos, quienes han ido acabando con una buena parte del bosque; otras personas se han dedicado a la extracción de otras especies para su venta ilegal, sin contar que cada año en la temporada de secas es común ver cómo hay incendios, algunos de forma natural y otros más provocados por el hombre. Y si a todo esto le sumamos la mala planeación de los asentamientos urbanos cercanos a la ANP, hacen que la conservación del bosque y de todas las especies que habitan ahí se encuentre en niveles críticos.

Y pareciera que esto no es suficiente, en semanas pasadas con bombo y platillo el gobierno del estado anunció la creación del parque ecológico Tlalli – Malinche (https://www.lajornadadeoriente.com.mx/puebla/el-ecoparque-tlalli-malinche-se-instalara-en-un-predio-privado-que-se-adquirio-en-canoa-confirma-armenta-2/), en donde supuestamente no se verá afectada la ANP, ya que es un proyecto que promoverá el cuidado del medio ambiente. Hay muchas cosas que no se tienen claras sobre dicho proyecto, lo que sí se sabe es que los habitantes cercanos al volcán no han sido consultados para el desarrollo de este.

Ya nos enteraremos en las próximas semanas o meses, cuál será el futuro de nuestra querida Matlalcuéyetl.

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