Durante más de cuatro décadas, he participado —primero como alumno y luego como docente— en el desarrollo de la Facultad de Economía, que en este año 2025 está celebrando sus 60 años de existencia y, a solicitud de Sergio Cortés, describiré algunas de las actividades que he realizado en la Facultad.
Luego de exiliarnos mi esposa y yo en 1976 de Chile —donde inicié los estudios de Ingeniería Comercial— y de estar un año en Buenos Aires y un año en Guayaquil, en cuya Universidad Estatal retomé mis estudios de Economía, en 1978 llegamos a Puebla, y a los pocos meses me integré como profesor en la preparatoria Benito Juárez y en el entonces Departamento de Idiomas de la Universidad y paralelamente retomé mis estudios en la Facultad de Economía, los cuales completé en 1983 con la elaboración y defensa de una tesis referida a la inserción internacional de la economía chilena, lo cual marcó el inicio de mi acercamiento al estudio de la economía mundial e internacional, que hasta la actualidad se ha mantenido como mi objeto general de investigación.
A esos años, de fines de los setenta y comienzos de los ochenta del siglo pasado, corresponden mis primeros recuerdos de la Facultad de Economía y del conjunto de la BUAP, entre los cuales destaca, además de la imborrable solidaridad con el exilio latinoamericano, el ambiente de efervescencia política —si bien con momentos previos y posteriores en que dicha efervescencia fue mayor— y de redefiniciones académicas en el conjunto de la Universidad, incluida la Facultad, en la cual, en medio de debates académicos y políticos tanto con otras visiones de la economía y la sociedad, como con no pocas disputas entre distintas perspectivas de izquierda, había un claro énfasis en la economía política como eje de la formación de los economistas, a lo cual aportaban las estrechas relaciones académicas de la Facultad con profesores de la UNAM que se ubicaban en perspectivas teóricas alternativas a la economía ortodoxa.
Entre 1984 y 1986 estudié la Maestría en Economía en la UNAM y en el último de esos años inicié los estudios de Doctorado en la misma UNAM y simultáneamente tuve a mi cargo la creación y posterior dirección del “Programa de Estudios de la Economía Internacional”, ubicado en la entonces Secretaría de Investigación y Estudios de Posgrado de la Universidad; así también, desde 1986 comencé a dar clases regularmente en la Facultad de Economía, impartiendo materias principalmente referidas al comportamiento y las teorías de la economía mundial.
En 1994, al terminar mi doctorado, me integré de tiempo completo a la Facultad de Economía y en ese año y el siguiente me tocó participar en dos actividades relevantes para mí, y creo que también para la Facultad: por una parte, bajo la dirección de Jaime Ornelas participé en la creación de la Maestría en Economía, que en 2025 cumple 30 años desde su puesta en marcha en 1995 y en la cual me he mantenido como docente hasta la fecha; y, en segundo lugar, en 1995, por invitación de Jaime García, encabecé las tareas para la puesta en marcha y después la dirección de Aportes, revista de la Facultad de Economía de la BUAP.
El número 1 de la revista se publicó en el primer cuatrimestre de 1996 y su último número correspondió al tercer cuatrimestre de 2013. Durante esos 18 años se publicaron 49 números con más de 370 artículos, de los cuales algo más de un tercio fueron de académicos de la BUAP y en particular de la Facultad.
De mis inicios como profesor de tiempo completo en la Facultad, otro momento a destacar fue la creación —con un amplio apoyo de la entonces directora, Judith Chaffee—, de la Red de Estudios de la Economía Mundial (REDEM), cuya puesta en marcha se acordó en un Seminario realizado en la Facultad en 1997, que fue seguido por otro Seminario también en la Facultad en el año 2000, ya convocado por la propia Red, a partir del cual se han realizado seminarios anuales de la REDEM —excepto en 2000—, de los cuales cuatro han tenido lugar en la Facultad, a lo que cabe agregar que, del total de alrededor de 50 miembros de la Red, de 11 países, seis son —o han sido— de la Facultad y que alrededor de 40 alumnos, también de la Facultad, han realizado hasta la fecha su servicio social, actualizando la información disponible en la página web de la REDEM (http://www.redem.buap.mx/).
Esas actividades de la segunda mitad de los años noventa se desarrollaron en un contexto general, de la Universidad y de la Facultad, notoriamente distinto al de diez años antes. Ya había una implantación sustancial del patrón neoliberal en México, con cambios importantes en muchos ámbitos, incluidas redefiniciones profundas en la educación superior y en el funcionamiento de las universidades, así como una creciente imposición de estrategias y políticas económicas de apertura privatización y desregulación, con su correlato de teorías que las amparaban e impulsaban y que habían ganado presencia en los espacios académicos y en la formación de los economistas.
En dicho contexto, tanto la orientación general presente en la creación de la Maestría en Economía, como la actividad de la REDEM —e incluso la puesta en marcha de la revista Aportes, si se considera su propósito crítico y su apertura a otras ciencias sociales— se ubicaban en una lógica distinta a la dominante, buscando preservar e impulsar miradas alternativas sobre la realidad económica y social, que respondieran a los múltiples problemas que había venido generando o profundizando el avance del patrón neoliberal.
En esa misma dirección, es posible ubicar un tercer grupo de actividades que me interesa destacar, en las que participamos un grupo de académicos y académicas de la Facultad, las cuales se refieren a la puesta en marcha del Centro de Estudios del Desarrollo Económico y Social (CEDES) con sus dos posgrados iniciales: la Maestría en Desarrollo Económico y Cooperación Internacional (MDECI) y el Doctorado en Economía Política del Desarrollo (DEPD), el cual me tocó coordinar en sus primeros cuatro años de funcionamiento. Luego de distintos trabajos preparatorios, que en el caso del DEPD tomaron un tiempo notoriamente largo, en el año 2008 se aprobó en el Consejo Universitario de la Universidad la creación del CEDES y esos dos posgrados, cuya formulación y desenvolvimiento se ha ubicado claramente como un esfuerzo por dar cuenta, desde la docencia y la investigación académica, de las tendencias y problemas que caracterizan al desarrollo económico y social, esfuerzo que, por cierto, es aún más necesario en la actualidad, ante el convulso escenario sistémico con que está cerrando el primer cuarto del siglo XXI.