· Ilustración: Diego Tomasini “El Dibrujo” *
Hace unos días pensábamos en cómo los capibaras se han vuelto parte de la cultura pop y que ha llenado las redes sociales y han llegado a las manos de las niñas y los niños y los no tan niños convertidos en mochilas, muñecos de peluche, bolsas, broches para el cabello, playeras, entre muchos otros productos; las redes sociales no se quedan atrás, los capibaras han llenado las redes con miles de imágenes y videos que miles de veces han sido vistos y compartidos e incluso se han editado videos que se han hecho virales y han tenido que salir compañeras y compañeros biólogos que tienen el compromiso de la divulgación de la ciencia a desmentir algunas actividades que en estos videos “editados” los capibaras realizan. Entonces fue cuando nos convertimos en capibaras y con esos ojos acusadores empezamos a buscar información para compartirles a ustedes, así que, sin más, iniciamos.
Los carpincho o capibaras, cuyo nombre común proviene de la lengua guaraní y significa “señor del pasto” (aunque se ha convertido en el señor de las redes sociales” o “comedor de pasto” estos mamíferos son los roedores más grandes del planeta, aunque durante el Pleistoceno y como parte de las especies que conformaron a la megafauna y que tuvieron su origen en Sudamérica, migraron hacia Norteamérica colonizando nuevos hábitats, entre ellos, los humedales de México, y para muestra un fósil; las y los paleontólogos poblanos han trabajado arduamente para conocer y develar los secretos del humedal Valsequillo en Puebla, los fósiles encontrados en este lugar han sido de mucha utilidad, ya que nos han permitido saber y reconstruir el paleoambiente y el espacio geográfico, en este caso Valsequillo (vegetación, tipo de suelo, fauna, entre muchos elementos más), esto nos permite comprender cómo fue la vida en el pasado del lugar y de nuestro planeta y cuáles fueron algunos retos a los que se enfrentaron estas especies, como ejemplo podemos mencionar el cambio climático, algunas especies como los capibaras lograron cierta resiliencia, si bien no así la especie que caminó en suelos norteamericanos al cual los científicos han llamado Neochoerus y que significa “Nuevo cerdo” y llegó a pesar 140 kilos, bueno, bueno, pero no haga esa cara, sabemos que no son cerdos, pero en ocasiones los nombres científicos son así de complejos y hasta graciosos.
En algún momento y ahora recordamos haber leído un párrafo en el que se hace alusión a las palabras y pensamientos de Carlos Darwin que, al ver a estos roedores de lejos, él los describió como cerdos de agua, seguramente por la forma de su cuerpo robusto o si gusta con más cariño, rechonchito y abrazable, quizá, porque no estamos seguros de ello, es que el género de estas especies sea Hydrochoerus y signifique “Cerdo de agua”. Actualmente existen dos especies pertenecientes a este género, con ese pelaje pardo que los caracteriza y que ha sido parte de su popularidad. Los capibaras llegan a medir hasta 1.30 metros de largo y llegan a pesar unos 65 kilos. Una característica que los lanzó al estrellato fue la posición y forma de sus ojos y orejas, así como la forma de su cabeza, misma que permite al capibara la movilidad en el agua, con el cuerpo completamente cubierto y que tanto como ojos y orejas permanezcan fuera y atentos a los posibles peligros; estos amigos que tantas publicaciones han inspirado son de hábitos crepusculares, pasan la noche en tierra firme y se alimentan fundamentalmente de plantas terrestres y muy pocas veces de plantas acuáticas, les encanta formar grupos y se han llegado a documentar grupos de 100 individuos, aquí es donde hay que hacer un alto y reflexionar. Al igual que nuestro querido ajolote que ha llegado a ser muy popular que hasta hay un día del ajolote (1 de febrero), y es digno representante de la fauna mexicana en los billetes de 50 pesos (lástima que no así las especies que se encuentran junto al Crocodylus moreletii en el de 20 pesos, la ballena gris en el billete de 500, la mariposa monarca en el de 100 pesos), y es que creemos que no está mal que haya especies que por sus características morfológicas y ecológicas pasen a ser parte de la cultura pop; la invitación a la reflexión está más centrada en las necesidades que tienen estas y todas las especies que habitan humedales, bosques templados, selvas, ríos, mares, entre otros, y que comparten el entorno con estas especies que sí son populares; es decir, desde nuestro quehacer cotidiano qué estamos haciendo para que estas especies tengan ecosistemas sanos en donde habitar y no sean tan solo un meme en redes sociales o un video de tiktok que nos saque una sonrisa.
Los humedales en donde habitan los capibaras están perdiendo terreno a pasos agigantados debido a la tala inmoderada de las selvas y la pérdida de su hábitat, una de las causas principales es la ganadería para la producción de carne y cuero, ¿sabías que una gran parte de la piel que se utiliza en la industria automotriz, para hacer los elegantes asientos de los coches, proviene de ganado que se mantiene en la cuenca del Amazonas, hábitat del rockstar lord capibar?; las sequías prolongadas a causa de un aceleramiento del cambio climático son otro de los grandes problemas a los cuales se enfrentan estas especies de grandes roedores. Sin duda, la reflexión en torno a las especies que habitan o habitaron nuestro planeta es una tarea de todos, al igual que las acciones y si, aunque no está mal que haya especies que nos inspiran ternura o que se vuelven ícono, siempre pregúntate cómo te gustaría ver a esas especies, que se queden solo en redes sociales o que a la par se haga la restauración, el rescate y conservación de sus hábitats para que no solo sean un meme de ocasión. Luchemos porque las especies no sean tan solo una moda si no por saber más de ellas, para entenderlas, conocerlas y conservarlas y por qué no, amarlas. Ámame, conóceme y ayúdame a conservar mi hogar. Reflexiones de un capibara.
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