Hace seis años aún no sabía qué iba a hacer después de terminar la Licenciatura en Ciencias de la Familia; tenía mil dudas en la cabeza, pero también mil ideas sobre qué podía hacer y dónde incorporarme laboralmente, lo que significó un reto, porque justo llegó la pandemia de Covid-19. Sin embargo, un día encontré en las redes sociales una asociación que hablaba de los Mecanismos Alternativos de Solución de Controversia (MASC), especialmente sobre mediación. Según el artículo 21, capítulo II de la Ley Nacional de Mecanismos Alternativos de Solución de Controversias en Materia Penal, se define como un mecanismo voluntario mediante el cual las partes intervinientes buscan, construyen y proponen soluciones al conflicto. Durante el proceso de mediación se fomenta la comunicación y el entendimiento entre los intervinientes.
Me puse en contacto con la asociación porque sabía que como licenciada en Ciencias de la Familia podía aportar los conocimientos que había adquirido durante mi formación académica, ya que había una materia relacionada con la mediación. La asociación me respondió de inmediato y me invitó a acudir a sus instalaciones; además de que me ofrecieron quedarme si me interesaba el trabajo con ellos, ya que, a pesar de la pandemia, la asociación seguía dando sus servicios a las familias, y muchas mujeres acudían a solicitar el servicio de mediación.
Cuando llegué todo me parecía nuevo; sin embargo, estaba convencida de que quería estar ahí y compartir mis conocimientos y ofrecer mis servicios como licenciada en Ciencias de la Familia. Me puse a investigar más sobre los temas relacionados con los procesos de mediación, además de que en la asociación me ofrecieron las herramientas necesarias para observar cómo se desarrollaba el proceso y las sesiones. Un día llegó una persona a solicitar el servicio y en ese momento sentí un gran miedo por lo que sucedería durante este proceso de mediación, ya que todas las personas que llegaban siempre decían que todos los que estábamos en la asociación éramos abogados. Yo les decía que no era abogada, sino familióloga, y les explicaba que al igual que mis compañeros abogados también podía llevar procesos de mediación.
Así fue como en el año 2021 tuve mi primera experiencia laboral en la Asesoría Jurídica Conciliatoria y Justicia de Paz, A. C., conocida como Ajupaz, que es una asociación que brinda sus servicios jurídicos a instituciones públicas, privadas, organizaciones no gubernamentales (ONG) y al público en general que lo requiera. Su trabajo se enfoca en personas vulnerables, personas mayores, de comunidades indígenas, personas con discapacidades y comunidades de alta marginación, y está encargada de promover la cultura de paz mediante la mediación y la conciliación en el estado de Tlaxcala, ofreciendo servicios para dar a conocer los Mecanismos Alternativos de Solución de Controversias (MASC) y generar un impacto positivo en la sociedad.
Durante la pandemia de Covid-19 llegaron varios casos de mediación. En lo personal tuve que observar y aprender rápidamente cómo era el proceso desde el inicio hasta el final, lo cual fue algo nuevo para mí. Comencé a indagar más sobre la mediación para poder entrar como oyente al inicio y observar cuáles eran las técnicas utilizadas, de tal manera que me fue gustando cada vez más. Sabía que tenía que conocer todo el proceso y las técnicas para poder llevar una sesión yo sola, pero también hubo retos: algunas familias y personas solicitaban el servicio de mediación y no querían que yo realizara el proceso porque no era abogada. Sin embargo, la directora de la asociación les explicaba que yo podía llevar a cabo el proceso y dar el debido seguimiento.
Además de las mediaciones familiares, que eran las más solicitadas, llegaban también solicitudes de mediación vecinal, escolar, civil y mercantil. También visitábamos a los presidentes de algunas comunidades y les platicábamos a qué nos dedicábamos y les ofrecíamos nuestros servicios, así como la posibilidad de firmar un convenio. Cuando esto se lograba, íbamos una o dos veces a la semana a la presidencia y hacíamos difusión de nuestros servicios y, si algunas personas estaban interesadas, la directora se encargaba de darles más información o bien programar una cita. Otra de las actividades que se realizaban era cuidar el medio ambiente y eso se hacía cada fin de mes y se invitaba al público en general.
De igual manera se dieron algunos talleres y cursos a instituciones como La Casa del Abuelo del Municipio de Contla de Juan Cuamatzi, el Instituto Municipal de la Mujer de Tlaxcala y San Pablo Apetatitlán, y la Unidad de Servicios de Apoyo a la Educación Regular (USAER) 30.
La Licenciatura en Ciencias de la Familia de la Facultad de Ciencias para el Desarrollo Humano de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, en su perfil de egreso, menciona que la/el familióloga/o será un profesional con perspectiva de género y formación interdisciplinaria, capaz de diseñar, implementar y evaluar programas de intervención a través de la Educación, la Orientación y la Mediación. Lo cual permite abordar problemáticas en las que se encuentran inmersas las familias (https://www.fcdh.uatx.mx/).
Un licenciado en Ciencias de la Familia implementa Métodos Alternativos de Solución de Controversias para poder prevenir y atender las problemáticas familiares, escolares y comunitarias desde una cultura de paz a través de la mediación. Puede intervenir como mediador familiar, lo cual implica ayudar a las personas a resolver conflictos.
La mediación es un proceso voluntario mediante el cual las partes en conflicto, con el apoyo de un mediador (canal de comunicación), pueden comunicarse y negociar para encontrar una solución satisfactoria a sus problemas. La mediación se puede utilizar en conflictos: escolares, vecinales y familiares.
Otros de los retos que enfrenté durante el proceso fue cuando íbamos a pedir una mediación al Centro Estatal de Justicia Alternativa (CEJA), para alguna situación que la asociación no podía llevar, siempre me decían que yo no podía ingresar ya que no era abogada y no llevaba los procesos. Les explicaba que como familióloga sí podía llevar un proceso de mediación ya que en la licenciatura aprendimos sobre mediación, y solo así era como me dejaban pasar y hacer el proceso. Poco a poco fueron conociendo la Licenciatura entendiendo el porqué me presentaba al CEJA, que es un servicio del Poder Judicial del Estado de Tlaxcala donde se ofrecen mecanismos alternativos para resolver conflictos
A pesar del tiempo que lleva la Licenciatura en Ciencias de la Familia, para algunos todavía es relativamente nueva y poca conocida. Es por eso que los egresados tenemos la tarea de dar a conocer nuestra licenciatura, destacando que somos necesarios en diversas instituciones y podemos formar parte de un equipo multidisciplinario, como en mi experiencia donde trabajábamos con familiólogos/as, psicólogos/as y abogados/as con un objetivo común: las familias. Es de suma importancia que la sociedad conozca qué hace un familiólogo y qué áreas de oportunidad podemos cubrir, para así abrir nuevas oportunidades de trabajo.