Año con año recién entrada la temporada de lluvias en redes sociales se pueden ver pu-blicaciones que advierten sobre la reproducción de las serpientes y sobre las precauciones que se deben tomar para evitar accidentes, y muchas de estas publicaciones hacen especial énfasis e in-vitan a evitar lastimar a las serpientes, dan a conocer su importancia, lo cual es bastante bueno, en ocasiones hablan sobre su ecología y otras sobre su importancia cultural, sobre todo en países como el nuestro en donde la diversidad de estos organismos es bastante alta.
Es entonces cuando las mismas redes sociales comienzan a llenarse de preguntas, siendo las más frecuentes: ¿Qué hacer ante la mordedura de una serpiente y sobre todo si esta es venenosa? ¿Cuántas especies de serpientes venenosas habitan en México? ¿Una serpiente me ataca solo si la veo? ¿Es verdad que pican con la cola? Estas son algunas de las preguntas que recibimos y que he-mos visto en diferentes publicaciones de las distintas redes sociales. Afortunadamente cada vez son más los expertos en serpientes (herpetólogas y herpetólogos), que están en estos sitios web y detrás de las respuestas correctas desmitificando a las serpientes y, aunque no se alcanzan a resolver todas las dudas, muchas de estas son disipadas de manera idónea; sin embargo, y como ya lo hemos visto con otros temas, es imperante que siempre estemos actualizando la información y utilizando estas herramientas digitales lograr que el conocimiento se democratice y que la forma en la que se comparta la información sea tan fluida que permita que las personas hagan suyo el conocimiento, logrando así tomar conciencia sobre la importancia de las serpientes dentro de los ecosistemas, para esto hay que cerrar filas y trabajar de manera conjunta para y en favor de la conservación de las serpientes (no olvidemos que es necesario siempre pensar en su hábitat) y sobre todo de las más estigmatizadas: las venenosas.
Por ello en esta columna les damos a conocer la información publicada en uno de los artículos más recientes del doctor Edgar Nery Castro y sus colaboradores, el cual está libre en internet y lo pueden consultar, dicho escrito lleva por título “Avances en la investigación de venenos de serpientes mexicanas y sus antivenenos: una revisión actualizada”, esta investigación fue publicada en la revista Toxicología Clínica en su Volumen 1 publicado en julio de 2025; lo puedes checar de la página 19 a la 33, en esta actualización los autores hacen mención, como debe ser, al número de especies de serpientes para México, el cual alcanza una diversidad de 447 especies (consulta a tu taxónomo de confianza), y de estas especies 93 son las llamadas de importancia médica, lo que posiciona a México como el segundo lugar a nivel mundial, lo cual es una maravilla y deberíamos de estar orgullosos y sobre todo comprometidos en la conservación del hábitat y de cada una de estas especies. Rápidamente recordemos que las serpientes venenosas se encuentran representadas por dos familias principales Viperidae a las que comúnmente se les conoce como víboras y los Elapidae conocidas como serpientes de coral o coralillos.
Si bien México es uno de los países en América que más ha estudiado los venenos de las serpientes, al año se reportan aproximadamente 3 mil 800 mordeduras de las cuales 34 terminan en muerte; qué nos dicen estos números, podemos interpretar claramente que hacen falta aún muchos trabajos en la conservación, en la comunicación, en la investigación, para poder conocer y entender la importancia de las serpientes. Por ejemplo, ¿sabía usted que el medicamento llamado Captopril y que es ampliamente usado por personas con problemas de hipertensión arterial fue obtenido gracias al estudio del veneno de una especie de nauyaca en Brasil?
Esto abre la puerta a la gran oportunidad que representa el estudio de los venenos de estos organismos, por ello es necesario saber que en México habitan 44 especies de víboras de cascabel las cuales pertenecen al género Crotalus y es el más diverso, una serpiente y quizá la que cause el mayor número de accidentes ofídicos es la nauyaca del género Bothrops y en nuestro país solo encontramos una especie la B. asper a la que también se le llama cuatro narices. Los géneros Akistrodon el cual tiene 4 especies, Ophryacus con tres especies y Mixcoatlus con tres especies también. De los elápidos en este artículo reportan tres géneros: Micrurus con 15 especies, Micruroides e Hydrophis con una especie cada uno. No omitiremos mencionar que hay serpientes semivenenosas pertenecientes a la familia Colubridae, pero sus toxinas son de baja toxicidad en pacientes humanos. Sin duda, recomendamos el artículo aquí mencionado sea leído de cabo a rabo por personas interesadas en el tema o por todos aquellos en los que en algún momento se ha despertado alguna duda sobre los componentes de los venenos y la farmocinética (seguimiento desde el momento de la mordedura, tratamiento y recuperación del paciente). Los antivenenos no quedan fuera de esta publicación y se hace mención a las tres generaciones de estos y rápidamente te los mencionamos: los de primera generación, constituidos por sueros crudos de caballo; los de segunda generación, en las que los anticuerpos están purificados, y finalmente los de tercera generación en los que los anticuerpos se digieren con papaína o pepsina generando fragmentos Fab, por lo que son conocidos como faboterápicos.
Es importante conocer toda esta información como cultura general, pero siempre te recomendamos acercarte a un experto tanto herpetólogo(a), como médico(a) cuando se necesite identificar a alguna especie o la atención médica ante un accidente ofídico. Las serpientes son organismos fascinantes que en su reptar nos maravillan y despiertan, hasta nuestros días, las ideas más grandiosas, de las cuales se alimenta la ciencia y la medicina. ¿Qué sería de la humanidad sin ellas?
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