México no está bien ubicado en ciencia a nivel internacional. De acuerdo con índices internacionales la realidad es clara, estamos muy por debajo de los países industrializados y también por debajo de países que están emergiendo como potencias científicas como China. Estos indicadores provienen del trabajo que se realiza en universidades y centros de investigación en todo el mundo, por lo que resulta necesario ubicar a las universidades y centros de investigación mexicanos a nivel internacional. México, país de 110 millones de habitantes, no puede tener ciencia competitiva con una sola universidad entre las primeras cien, la UNAM, y las demás instituciones científicas mexicanas en lugares muy por debajo. El reto de posicionar mejor las universidades del país implica cuando menos quintuplicar la producción científica, contratar más y mejores científicos (abrir muchas más plazas), crear instituciones de investigación de excelencia, invertir no sólo más en ciencia sino también en educación superior y en todo el sistema educativo mexicano. Lo anterior requiere mucho más del tan comentado 1% del Producto Interno Bruto (PIB) para la ciencia.
Con estos antecedentes, pese a lo novedoso de la Nanociencia y Nanotecnología (NyN), la situación de este campo en México no es muy diferente a lo expuesto. México se encuentra en el lugar 24 en publicaciones de NyN con 518 artículos en 2005. En los primeros lugares están Estados Unidos con 14 mil 750 publicaciones, China con 11 mil 746, Japón con 7 mil 971, Alemania con 5 mil 665, Corea del Sur con 4 mil 98, Francia con 3 mil 994, el Reino Unido con 2 mil 786, etc. En el mismo artículo, México no aparece en la lista de países con patentes relacionadas con NyN. Para lograr un número de publicación similar al del Reino Unido (séptimo lugar), México requiere quintuplicar su producción científica y para estar en tercer lugar con Japón requeriría 15 veces en NyN. Todo esto sin considerar otro factor importante, pobremente considerado en el país, la vinculación con la industria, la innovación y la competitividad. Ciertamente, con las prioridades bien enfocadas y los mecanismos adecuados del gobierno, la NyN pueden ayudar a mejorar la competitividad de México a través de innovación, lo cual no se ve por ningún lado, todavía.
La NyN pueden ser un nicho para que se comiencen a dar desarrollos que ayuden a paliar la situación tan penosa de la balanza tecnológica. De lo anterior se desprende otro reto para el país y para el desarrollo de NyN: la articulación entre las universidades y el sector productivo. En los países industrializados se alienta que los investigadores formen empresas de México esto no ocurre, se da de manera que no impacta o definitivamente se desalienta. Hay que recordar que las universidades y los centros de investigación al mismo tiempo tienen que mejorar su lugar en producción científica y tecnológica para demostrar a las empresas que hay posibilidades de éxito. Pocos empresarios, nacionales o internacionales, invertirán recursos en universidades nacionales que se encuentran en los sitios 1000 de la tabla mencionada anteriormente.
Para mejorar la situación de la NyN, la ciencia, la tecnología, la innovación y la vinculación, México no sólo requiere invertir el 1% del PIB en ciencia y seguir la ley: se requieren varias reformas estructurales entre las que están una reforma integral en educación, incluyendo por supuesto la educación superior, y se requiere una reforma en ciencia y tecnología. No hay otra manera de poder enfrentar los retos futuros ni de apoyar el desarrollo del país. De seguir así, no vamos a subir de los lugares 30 en ciencia, pero seguro sí bajará en la tabla y se dejará poco margen de maniobra para que las generaciones futuras salgan adelante.
En lo personal, y teniendo en mente lo mencionado en este artículo, debo comentar que el grupo de investigación en NyN al que pertenecíamos no sólo mi hermano Mauricio y yo, sino estudiantes y técnicos en el IPICYT (centro del Conacyt), de acuerdo a un artículo publicado en la revista internacional Physica Status Solidi B en 2008, estaba ubicado en el lugar número 10 a nivel mundial. Digo estaba, porque ha sido destruido por la misma dirección del IPICYT y del mismo Conacyt.
*Profesor visitante en la Universidad Católica de Lovaina en Bélgica y en el Laboratorio Nacional de Oak Ridge en Estados Unidos · [email protected]