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Gestión para el bienestar

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El primer año de gestión de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) refrendó lo ya informado a los 6 y 9 meses de gobierno: manejo probo y eficiente del erario, austeridad república, combate a la corrupción e impunidad y un agresivo gasto institucionalizado en programas sociales. Algunos compromisos no se cumplieron: la economía está estancada; la inversión extranjera directa y en cartera disminuyó 26.6 y 20.5 por ciento, respectivamente (enero-septiembre de 2019 versus mismo periodo del año anterior), no obstante el empleo creció en 1.17 millones (tercer trimestre de 2019 versus el mismo periodo del año anterior), el salario mínimo aumentó en 16 por ciento en términos reales, hay estabilidad de precios (3 por ciento) y del tipo de cambio (apreciado por la entrada de capitales).

El programa de becas es el de mayor cobertura de los programas sociales de AMLO: beneficia a 10 millones de alumnos inscritos desde preescolar hasta licenciatura. La beca es de 800 pesos mensuales desde preescolar hasta enseñanza media superior y de 2 mil 400 pesos para nivel superior (300 mil becas en este nivel). El monto de las becas se incrementará cada año con relación a la inflación y AMLO envió una iniciativa al Poder Legislativo para elevar a rango constitucional la vigencia de las becas a alumnos inscritos en instituciones de educación pública. La iniciativa incluye a niños y niñas con capacidades diferenciadas y la ayuda universal a personas mayores a 67 años y mayores a 64 años si viven en localidades rurales. El programa para adultos mayores tiene una cobertura de ocho millones y la ayuda es de mil 275 pesos al mes; igual percepción reciben 790 mil niñas y niños con capacidades diferenciadas.

El programa de capacitación laboral de Jóvenes Construyendo un Futuro incluye a 930 mil personas, quienes reciben un estipendio mensual de 3 mil 600 pesos por una jornada de 20 horas semanales. Un tutor debe capacitarlos en el aprendizaje de un oficio y se espera que al concluir su capacitación puedan incorporarse al mercado de trabajo en mejores condiciones de empleabilidad.

El campo ha sido otra de las actividades apoyadas en el primer año de gestión de AMLO, el objetivo es lograr una producción agrícola que pueda aminorar la dependencia alimentaria en granos básicos, incluso lograr la autosuficiencia alimentaria, además de mejorar los ingresos y la calidad de vida de los productores y generar sinergias amigables con la biodiversidad y preservación de ecosistemas.

Con AMLO se reestablecieron los precios de garantía para el maíz, frijol, arroz, trigo panificable y leche entera. Se apoyó con fertilizantes a dos millones de pequeños productores; se otorgaron casi 8 mil créditos a productores de ganado y 430 mil campesinos fueron habilitados con 5 mil pesos mensuales con el compromiso de sembrar cada uno 1.5 hectáreas con árboles (frutales, maderables o cafetos) y 1 hectárea de cultivos cíclicos (maíz, frijol, calabaza).

Los programas de mantenimiento de carreteras y de aulas, la construcción del aeropuerto de Santa Lucía y de la refinería de Dos Bocas, además de los ya mencionados Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo un Futuro impulsaron la generación de empleos (a pesar del estancamiento económico): 55.2 millones de personas ocupadas al tercer trimestre de 2019 cuando un año antes fueron 54.02 millones (creció en 2.2 por ciento). En el primer año de gestión de Enrique Peña Nieto la economía creció en 1.5 por ciento y empleo aumentó en 34 mil 147.

El consumo de la población de menores ingresos ha aumentado, tiene un mayor poder de compra, tanto por la generación de empleos como por el incremento del salario mínimo y las transferencias públicas, sin embargo, el consumo privado de bienes nacionales, según Inegi, fue de 0.3 por ciento en tanto el consumo de bienes importados fue de 5.4 por ciento (septiembre de 2019 respecto mismo mes de 2018), lo que promedia 1 por ciento de crecimiento del consumo privado. Para aumentar el consumo es necesario aumentar la inversión y el gasto público es procíclico, mejor administrado y con ahorros por la austeridad y la eliminación de corruptelas, pero es recesivo al no incrementar inversión ni consumo. Las inversiones prometidas y ya en marcha en carreteras, escuelas, petroquímica, aeropuertos, hidrocarburos, energías alternas, turismo, corredores industriales, comunicación, inmobiliarios y transportes posibilitaran un crecimiento económico modesto en año entrante y quizá mayor al crecimiento poblacional en 2021.

Las iniciativas enviados a los legisladores por AMLO garantizan un mejor ejercicio de la democracia y mayor control social sobre el ejercicio del gasto público, cabe resaltar el combate a la corrupción; la austeridad republicana; la no devolución de impuestos, tipificar como delitos graves el robo de combustible, la evasión fiscal y el fraude electoral; la revocación de mandato; la consulta popular; el voto directo en la elección de dirigentes sindicales; la ley de salud; la creación de la Guardia Nacional y la eliminación del fuero presidencial.

AMLO reconoció haber cumplido 89 de 100 promesas; una de las incumplidas es la prevalencia de la actividad delictiva. Ya ha emprendido acciones para combatir la inseguridad (gasto social ampliado, Guardia Nacional, cartilla moral, creación de empleos, anticorrupción, honestidad) pero no han sido suficientes. Control de armamentos, legalización de drogas, renovación de valores, salarios dignos y mejoría en la calidad de vida de la mayoría de ciudadanos son necesarias: otras instituciones, normas y sujetos son necesarios para logar la anhelada paz pública y esas acciones involucran a muchos morenos y amorenos y no solo a la investidura presidencial.

 

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