Date:

Share:

Recorrer un Centro Histórico de Tlaxcala en mil pasos

spot_img

Tlaxcala cuenta con una de las plazas virreinales mejor conservadas del país. Al diseñarla, los españoles buscaron un sitio que les permitiera, a partir de un área central, edificar el equipamiento necesario alrededor de ella. Utilizaron como referencia el río Zahuapan —al norte— como área de reserva para el cultivo y la ganadería.

 

 

En cuatro manzanas se proyectó y se logró construir el centro de poder religioso, político y comercial, como podrá descubrirlo al recorrer el Centro Histórico de Tlaxcala. Inicie por el exconvento de San Francisco ya que le permite una visión panorámica e imaginarse como si estuviera en el siglo XVI, porque se construye en la parte alta de la ciudad.

El conjunto está integrado por el edificio que ocupó el convento —hoy Museo Regional del INAH, la iglesia y la capilla abierta. Sugerimos inicie por la iglesia, la que, según el INAH, “es ejemplo de primitivas construcciones realizadas en Nueva España. La fachada es muy sencilla, sus elementos guardan proporción con el conjunto y su ornamentación se logró con un sencillo trabajo de molduración y con una cartela del centro del arco. Un recuadro, con el cordón franciscano en su interior, ciñe al arco y ambos descansan en dos gruesas pilastras de tipo renacentista. Arriba, centrada, la ventana del coro tiene dos columnillas góticas. La portada se remata con unos baquetones o molduras que corren a lo ancho de ella.

El templo es una sola nave, típica del XVI, lo mismo que el arco del triunfo, que divide al presbiterio de la nave. Tanto la nave principal como las capillas están decoradas con interesantes retablos barrocos. Sin duda, la obra de más interés es el entramado de madera que cubre la iglesia y cuya manufactura tiene reminiscencias árabes. De los pocos ejemplares que quedan, el de San Francisco se considera el más valioso de nuestro país”

(https://mediateca.inah.gob.mx/islandora_74/islandora/object/guia%3A342).

Al salir tiene dos opciones: visitar el Museo Regional del INAH o la capilla abierta. En el primer caso, podrá visitar “La exhibición permanente [que] aborda 12 temas: uno sobre la paleontología en Tlaxcala, cuatro respecto de la época prehispánica, cinco sobre el Virreinato, uno acerca del siglo XIX y otro sobre la Revolución Mexicana que se ilustran con restos óseos muy antiguos, cerámica, escultura pétrea, cuchillos de obsidiana, caracoles labrados y decorados, pinturas, libros, muebles, documentos, fotografías con sus respectivas cédulas. El acervo consta de unos 3 mil objetos, que junto con los de reciente recuperación, como los hallados en Quimicho y piezas finas de mayólica de los siglos XVI y XVII, se conservan y exhiben en exposiciones temporales nacionales e internacionales” (https://lugares.inah.gob.mx/es/museos-inah/museo/museo-media/10761-museo-regional-de-tlaxcala.html?lugar_id=492).

Resurgiendo de la Iglesia puede bajar a la capilla abierta de la que Juan Benito Artigas, describe ocho en el estado de Tlaxcala: Tlaxcala, Tizatlán, Huactzingo, Cuixtlán, Ixtacuixtla, Huamantla, Atlihuetzía y Tepeyanco, y considera que la de Tlaxcala era la capilla de El Belén, gemela de la de Tizatlán. Para Artigas ambas fueron hechuras contemporáneas, mientras que la capilla del patio bajo que aún está de pie no es abierta, sino más bien se trata de un “humilladero”. Esta opinión no descansó en argumento alguno, pero gozó de aceptación debido a la autoridad que Artigas ejerció en el campo de la arquitectura novohispana. Por su parte, Espinosa Spínola manifestó que por su estructura la capilla en cuestión no era un simple humilladero, pues las crónicas confirman que ahí se decía la misa” (https://www.academia.edu/40009422/TLAXCALA_La_invenci%C3%B3n_de_un_convento).

Al terminar camine hacia la calle Juárez y de regreso antes de llegar a la esquina se encontrará con el Museo de la Memoria. “inmueble … construido a finales del siglo XVI y remodelado en 1998, con el proyecto y concepto museográfico del arquitecto Jorge Agostoni, de la compañía Museográfica, S. C. Se trata de una edificación que en sus orígenes funcionó como cofradía franciscana de la Santa Cruz de Jerusalem. Como museo abrió sus puertas al público el 9 de enero de 1999, con el objetivo de difundir la historia de la Tlaxcala colonial. Cuenta con las siguientes salas: El Mundo Material; Las Devociones; La Memoria; La Diáspora y Siglo XIX” (https://sic.cultura.gob.mx/ficha.php?table=museo&table_id=634).

Después se dirige a la Plaza de la Constitución y dobla a la izquierda hasta llegar a la “Casa de Piedra”, fácil de identificar por su fachada de estilo neoclásico porfiriano, construido con piedra de Xaltocan. En 1984 el conjunto fue restaurado completamente como sede del Instituto Tlaxcalteca de la Cultura y luego fue modificado y entregado a la cadena Mediterrane para operar como hotel de cinco estrellas.

A la salida del hotel, camina de frente para toparse con el Museo de Arte, la ficha del sistema de información cultural del gobierno federal refiere: Inaugurado en mayo de 2004, está ubicado en un inmueble construido en el siglo XIX en el Centro Histórico de Tlaxcala, el cual fue adaptado con recursos del gobierno estatal y el Conaculta, a través del Programa de Apoyo a la Infraestructura Cultural de los Estados (PAICE). La traza original del recinto que antiguamente funcionó como cárcel y hospital se conserva casi intacta. Exhibe una muestra de pintura y escultura novohispanas proveniente del Museo del Carmen de la ciudad de México.

Sus seis salas cuentan con iluminación de alta tecnología, sistema de seguridad y aire acondicionado. Tiene una sala de exhibición permanente con seis obras de Frida Kahlo y cuatro salas dedicadas a las exposiciones temporales de arte moderno y contemporáneo. Cuenta con biblioteca y áreas para la conservación y la investigación.

(https://sic.cultura.gob.mx/ficha.php?table=museo&table_id=574)

Pasos más adelante descubrirá la Capilla Real de Indios. “La construcción de la Capilla Real de Indios fue iniciada por el fraile Andrés de Córdoba el 8 de abril de 1528; los cuatro caciques de Tlaxcala pagaron esta obra y la dedicaron a Carlos V, emperador que otorgó a Tlaxcala escudo de armas y título de leal ciudad. Sus distintos trazos nos hablan de su historia modificada: en el siglo XVI era de una sola nave; en el XVII se le agregaron dos naves más, para lo cual se tomó parte del espacio de la plaza.

Conjunto Conventual Franciscano y catedralicio de Nuestra Señora de la Asunción de Tlaxcala. Foto: Alejandro Ancona
Conjunto Conventual Franciscano y catedralicio de Nuestra Señora de la Asunción de Tlaxcala. Foto: Alejandro Ancona

Su portada, de dos cuerpos con estilos diferentes, presenta columnas barrocas en la parte inferior. En la parte superior ostenta pilastras cónicas que separan los tableros donde se adosan tres medallones; el primero con el escudo pontificial: báculo y llaves de San Pedro; el segundo, tiara alta ceñida por tres coronas y una cruz sobre el remate. El tercero se encuentra actualmente vacío. Sus cuerpos no sostienen torres, ya que diferentes siniestros afectaron el edificio, que perdió su nave y se derrumbó parcialmente. Sus tallas y el esculpido de su escudo nos dan noticia de las condiciones imperantes en la Tlaxcala del siglo XVI; suma ritual de alianza de lo secular y lo religioso y una fuerza legítima en sus representaciones y en la ocupación del espacio del poder”. (https://tsjtlaxcala.gob.mx/tribunal-superior-de-justicia/historia)

Al salir tiene dos opciones, dirigirse a la izquierda y visitar la Iglesia de San José y compartir con el niño milagroso o a la derecha e internarse en el Palacio de Gobierno para visitar los murales del maestro Hernández Xochitiotzin y cerrar su visita del centro histórico en el Teatro Xicoténcatl. Si le queda tiempo, solo que tendrá que usar transporte, puede terminar en la basílica de Ocotlán.

 

* [email protected]

Más Articulos