El Grupo de Trabajo sobre las Desapariciones Forzadas o Involuntarias (WGEID) de la ONU emitió en septiembre de 2022 lo siguiente: “Por su naturaleza la desaparición forzada es un crimen complejo que viola todo tipo de derechos, incluyendo los derechos económicos, sociales y culturales de la persona desaparecida, de sus parientes y de otras personas”.1 El Grupo sostiene que la desaparición tiene diversos efectos en las familias al producir sufrimiento y recomienda la asistencia psicosocial para no revictimizarlas.
En nuestro país el fenómeno de la desaparición es dramático, el 22 de febrero de 2024, el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) contabilizó a 115 mil 12 personas en esta condición. Estas cifras nos permiten dimensionar al fenómeno de la desaparición como acontecimiento sostenido y creciente en el marco de un contexto económico, social y político incierto en nuestro país y particularmente en la región Puebla-Tlaxcala.
En los últimos años la ciudad de Puebla se encuentra dentro de la lista de los 50 municipios de México que experimentan mayor violencia.2 En 2021 ocupó el octavo lugar entre las entidades con mayor número de personas desaparecidas, no localizadas y localizadas, de acuerdo con un informe de la Ibero-Puebla. El perfil de las desapariciones en esta entidad es contrario a la tendencia en México; es decir, a nivel nacional desaparecen más hombres; sin embargo, en Puebla desaparecen más mujeres que hombres “el 53.66 por ciento del total de víctimas de desaparición en el estado son mujeres, frente al 46.27 de hombres”.3 Sin duda, la ilegalidad, la impunidad, la trata de personas con fines de explotación sexual y la práctica del huachicoleo tiene efectos en el fenómeno de la desaparición.4 Es decir, que la violencia tiene un componente territorial.5
En Tlaxcala operan complejas redes de trata de personas a nivel internacional, en particular en Nueva York (Vázquez, 2023). Aquí aparece una correlación entre la trata de personas con fines de explotación sexual y desaparición la cual solo puede comprenderse a la luz de la región económica y político-cultural de Puebla-Tlaxcala (Castro, Oscar, et. al, 2004). Desde hace algunos años mujeres jóvenes son víctimas de trata a la luz de “negocios o industria familiares” en el municipio de Tenancingo y algunos otros en el sur de Tlaxcala, donde se recluta a mujeres de entre 14 y 19 años (Martínez de Ita y Regina Isabel Hernández, 2014). “Los casos de desaparición en Tlaxcala comenzaron a aumentar en el 2020, siendo el 2021 y el 2022 los años con la mayor concentración de casos”, así también, “el 63.6 por ciento de mujeres desaparecidas y no localizadas está en el rango de edad entre los 15 y 19 años”.6
La desaparición atenta contra los derechos humanos de las víctimas y de sus familiares. En un trauma tan profundo las familias tienen la dificultad para nombrar lo que sucede. Ya algunas investigaciones han mostrado que los familiares desarrollan padecimientos orgánicos y psicológicos (García Ledesma y Suárez Castillo, 2007), en particular “estrés crónico, agotamiento, trastornos digestivos, pérdida de peso y problemas cardiovasculares” (Almanza-Avendaño et. al., 2020), también afectaciones en la salud mental como síntomas depresivos y de ansiedad. Otros autores han documentado los efectos de las violencias en las comunidades, las fracturas familiares y la debilidad institucional (De la Fuente y Álvarez, 2022).
En nuestro país existe un buen ejemplo de acompañamiento psicosocial denominado: “Yo solo quería que amaneciera. Informe de impactos psicosociales el caso Atyotzinapa”. En dicho informe se toma en cuenta que, “El impacto en las familias, la atención psicosocial, los problemas de salud, son parte de los elementos que hay que considerar para el fortalecimiento personal y colectivo”.7 Al mismo tiempo, es indispensable “deprivatizar el dolor y las pérdidas y reconstruir colectivamente las experiencias” (ALUNA, 2019:19).
Los colectivos y colectivas de búsqueda son un espacio importante para el acompañamiento de las familias en varias regiones de México. “Los colectivos en el país dan voz a los desaparecidos, asesoran en los procesos de denuncia, ofrecen acompañamiento psicosocial, buscan a sus seres queridos en vida y exigen a las autoridades que cumplan con su obligación de encontrarlos” (Paleta, 2022). Bajo estas circunstancias se requiere de un acompañamiento que comprenda el comportamiento de los individuos y las transformaciones familiares en contextos con altos índices de violencia. El acompañamiento psicosocial no se restringe a la escucha activa, por el contrario, es un modelo de intervención terapéutico que contribuye a la elaboración y resignificación política del trauma que encarna la desaparición y su transmisión transgeneracional. Asimismo, se precisa de políticas públicas que reconozcan la importancia de la justicia, el acceso a la verdad, la defensa de los derechos humanos y se ponga en el centro la dignidad de las familias y de las personas buscadoras.
1 Para más información: https://www.ohchr.org/es/special-procedures/wg-disappearances/about-enforced-disappearance
2 “Repuntan asesinatos en 19 de los 50 municipios más violentos del país. 31 de octubre de 2022. El Universal. https://www.eluniversal.com.mx/nacion/repuntan-asesinatos-en-19-de-los-50-municipios-mas-violentos-del-pais/
3 Para más información: Informe sobre la situación de la desaparición de personas en Puebla (2021). Ibero-Puebla-USAID-IDHIE.
4 “Trata y huachicoleo, principales causas de desapariciones de mujeres en Puebla”. 31 de octubre de 2022. https://www.elsoldepuebla.com.mx/local/trata-y-huachicoleo-principales-causas-de-desapariciones-de-mujeres-en-puebla-9120658.html
5 María Salguero ha correlacionado la violencia sistémica y la desaparición en México. Ella estudia el componente geográfico en la violencia sistémica al realizar el primer mapa de feminicidios en nuestro país. Para más información: Mapear la violencia.
https://www.revistadelauniversidad.mx/articles/3e6ec2d3-e33a-4966-a6a0-bea3c3a91a49/mapear-la-violencia
6 Para más información: Tlaxcala: Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia. A.C
https://imdhd.org/redlupa/wp-content/uploads/2023/10/tlaxcala-informe-16052023.pdf
7 Para más información: http://ayotzinapa.fundar.org.mx/wp-content/documentos/DocAyotziFINAL.pdf
Bibliografía
Almanza-Avendaño, A. Hernández-Brussolo, R., y Gómez-San Luis, A. (2020). “Pérdida ambigua: madres de personas desaparecidas en Tamaulipas, México”. Región y Sociedad. N° 32.
https://regionysociedad.colson.edu.mx:8086/index.php/rys/article/view/1396
ALUNA. (2019), Modelo de acompañamiento psicosocial.
https://docs.wixstatic.com/ugd/536db9_6cda6a2239da4527868c6529f9002922.pdf
Antillón Najlis, Ximena et. al. (2018).Yo solo quería que amaneciera. Informe de impactos psicosociales del caso Ayotzinapa. México: Fundar, Centro de Análisis e Investigación.
Castro, Oscar, et. al. (2004). Un grito silencioso. UATx.
De la Fuente, Juan Ramón y Dení Álvarez Icaza (Coords.). (2022). Salud mental y violencia colectiva. Una herida abierta en la sociedad. Debate.
García Ledesma, R. y Suárez Castillo. M. (2007), “La pérdida ambigua: una prolongada aflicción de la familia”. Psicología y Ciencia Social. 9(2), 32-41.
Martínez de Ita, María Eugenia y Regina Isabel Hernández. (2014). “Trata de mujeres con fines de explotación sexual en Tlaxcala”. En URVIO. Revista Latinoamericana de Estudios de seguridad. FLACSO-Ecuador.
Paleta, Guillermo. (2022). “Abusos del poder público. Injusticia y narrativas del dolor: los desaparecidos en México”. Centro de Estudios Espinosa Yglesias. https://ceey.org.mx/wp-content/uploads/2022/12/Paleta-Perez-2022-Premio-MEY.pdf
Vázquez, Juan Alberto. (2023). Los padrotes de Tlaxcala. Esclavitud sexual en Nueva York. Aguilar.