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Autosuficiencia alimentaria

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Ante la ratificación de Donald Trump de gravar la importación de bienes producidos en México que están fuera del tratado comercial (autos, autopartes, aluminio, acero, cervezas y latas de aluminio) con un arancel de 25 por ciento, —que puede ser menor dependiendo del porcentaje importado de Estados Unidos (EE. UU.) contenido en el bien que México exporta a ese país—, la presidenta de México Claudia Sheinbaum Pardo (CSP) ratificó el llamado Plan México orientado a producir para el mercado nacional. A los bienes y servicios contenidos en el tratado comercial trilateral, Trump no les aplicará tarifas. A los países con los que EE. UU. no tiene acuerdos comerciales de tasa cero de impuestos a la importación, les cobrará aranceles que van del 10 al 50 por ciento. La imposición de un impuesto a un bien importado eleva el precio que el consumidor paga en el país que impone la sanción y al país que lo exporta, afecta el volumen comercializado, dependiendo si hay sucedáneos que lo reemplacen y de la relación precio-calidad del bien sustituto. No siempre se puede sustituir el bien importado en un corto plazo y si hay rigidez de las importaciones, el arancel tendrá presiones inflacionarias en el país que los impone.

Durante la vigencia de los acuerdos comerciales trilaterales (1994-2024), el déficit de la balanza comercial de granos básicos de México es de casi 90 mil millones de dólares, dos terceras partes de ese saldo le corresponde al maíz, el resto al trigo, arroz y frijol. Que ahora se pretenda impulsar la autosuficiencia alimentaria es loable, podría evitar la salida de dólares, crear empleo, mejorar las condiciones de vida de los productores y generar productos más afines a nuestro consumo. La autosuficiencia alimentaria es uno de los 18 objetivos para expandir el mercado interno y generalmente el Estado protege el sector o producto que se quiere fomentar, y en un mercado con tratados comerciales eso sería un problema, nos llevarían a la corte internacional y pretenderían sancionarnos, ya quisimos dejar de importar maíz transgénico por sus implicaciones para la salud y no pudimos.

En el caso de maíz, de 21.8 millones de toneladas (MT) de maíz blanco estimadas para este año, en un quinquenio estaríamos produciendo 25 MT, meta que no será difícil cumplir, ya produjimos más de 24 MT en 2016, 2017, 2020, 2021, 2023. El maíz blanco es la base de nuestra dieta y somos autosuficientes en su producción, nuestro problema con las importaciones no es el maíz para alimento humano directo, sino la importación de maíz amarillo para alimentar el ganado. El frijol, otro alimento básico, la producción estimada en 2025 fue de .875 MT y la meta para 2030 es de 1.1 MT, también susceptible de alcanzar; en este siglo, la producción de frijol fue de 1.2 MT o más en los años 2002, 2003, 2013, 2014, 2017, 2018 y 2021. En arroz la producción actual es .221 MT y la meta para 2030 es de .450 MT; entre 1980 y 1993, antes de los acuerdos comerciales, la producción anual promedio de arroz fue .488 MT y la producción per cápita promedio de 6.2 kg por persona al año, en 2030 estaremos produciendo 3.4 kg por persona al año. Son encomiables las metas alimentarias para 2030, pero pueden ser insuficientes. La autosuficiencia en granos básicos quizá requiera también cambios en el consumo de proteínas animales, algo nos informará CSP cuando se detalle este programa en la Mañanera del Pueblo.

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