En esta ocasión, con gran entusiasmo, respeto y admiración, nos sumamos al festejo del aniversario de la Facultad de Filosofía y Letras; con la intención de dejar al lector una reflexión más compleja desde el punto de vista social, sobre la importancia de repensar el rumbo que llevamos dentro de nuestras sociedades en materia de medio ambiente.
Les compartiremos que recientemente al asistir a un examen profesional a nivel licenciatura, tuvimos la oportunidad de conocer y entender un análisis diferente, y es que desde el punto de vista antropológico, mirar la manera en que influyen la toma de decisiones en los habitantes de las regiones o áreas protegidas, que ya está por demás decir que esas acciones se hacen al calor de los intereses de unos cuantos; ya que en la mayoría de las veces no se toma en cuenta a las poblaciones que viven en comunidades cercanas a áreas naturales y claro, al momento de promulgar leyes para la protección de ecosistemas y con la bandera de preservar especies en peligro de extinción, se promulgan leyes que no toman en cuenta a esos habitantes y terminan despojándolos de sus tierras. Pero hagamos una pausa en este punto para entender mejor esta postura.
La gran demanda que a diario exige este gran dragón depredador al cual llamamos capitalismo, que de manera muy resumida podemos definirlo como la posibilidad de acumulación de capital. Al sistema capital no le importa de dónde venga la materia prima explotada para mantener sus intereses económicos, entendiendo esto último como la explotación masiva de los recursos naturales para la producción de bienes y servicios que se demandan principalmente en las grandes ciudades como pueden ser el agua, el suelo, flora, fauna y minerales, entre muchos más, lo único que importa es cuánto vale, cuánto gano.
Ejemplos claros de lo anterior son las millones de hectáreas taladas anualmente en diferentes áreas naturales, con o sin protección, por los distintos gobiernos locales y organismos internacionales; el Congo es un claro ejemplo de lo que se ha venido planteando, ya que empresas petroleras principalmente británicas, ejercen presión a los gobiernos para realizar la búsqueda y extracción de petróleo en zonas protegidas, zonas en donde se distribuyen los últimos 800 gorilas de la niebla, impactando de manera considerable al ecosistema, lo anterior, mientras a la par la industria minera continúa con la extracción de minerales como el coltán (utilizado principalmente para que el acelerado ritmo tecnológico no sea frenado), sin importar que para este fin se tengan que realizar crímenes, matando a la gente de las comunidades, que sin duda, visto desde los intereses del sistema, son gente que estorba y que el mismo, asume son desechables. El ejemplo anterior nos muestra cómo el sistema mantiene el interés monetario sobre todo, sobre la vida misma.
Regresando entonces a la tesis a la que hicimos mención anteriormente intitulada Reinserción Económica, Familiar y Social de Migrantes Retornados en Zapotitlán Salinas, Puebla, ante la Crisis Económica Global de 2007 en unos de sus capítulos hace mención como la reserva de la biósfera a la que pertenece la comunidad de Zapotitlán Salinas ocasionó la migración de sus pobladores hacia Estados Unidos de Norte América aunado a una serie de problemas económicos, ya que los pobladores han dejado de realizar actividades de manejo de los recursos naturales de los que por generaciones habían dependido, también este análisis lo podemos direccionar hacia la importancia ecológica del lugar y que debido a esto las universidades han volteado a ver este lugar como un laboratorio y también han tenido un impacto importante en el ecosistema. Sin embargo y por otro lado, estos trabajos también han permitido dar a conocer la importancia de este lugar en cuanto a biodiversidad se refiere. Podemos entonces pensar que si se realizaran trabajos de conservación tomando en cuenta a los pobladores de estos lugares las reservas de la biósfera podrían evitar la migración de las personas habitantes de estas zonas de conservación ya que hoy en día y a lo largo de todo el territorio nacional se tiene una serie de ejemplos en donde las reservas despojan a la habitantes de sus tierras y en muchos casos este despojo beneficia a los grandes capitales para que con el cobijo de los gobiernos locales y nacionales puedan explotar esos recursos, entonces no sería extraño que al platicar con la gente de estos lugares como en muchas ocasiones hemos tenido la oportunidad de hacer y nos encontremos con una renuencia hacia las leyes que les impiden hacer uso de sus recursos y por supuesto esto da como consecuencia que exista una renuencia a que el lugar sea protegido.
Entonces, y a manera de conclusión, pensar en proteger grandes extensiones de territorio nacional para proteger a especies en peligro es bueno, siempre y cuando logremos incluir a las personas que viven en estos lugares y que se realice verdaderamente la conservación de las especies tomando en cuenta su historia de vida para evitar solo conservar pequeños espacios aislados que no permitan el flujo entre las poblaciones.
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