“El artista es el confidente de la naturaleza, las flores realizan diálogos con él a través de la elegante flexión de los tallos y la armonía de los matices de sus flores.” Auguste Rodin
Cuando nos iniciamos en el estudio de las ciencias nos preguntamos ¿cuál es el objeto de estudio de la ciencia? Cuya respuesta más acertada es “la naturaleza”, y es que la ciencia con ayuda del mundialmente famoso “método científico”, intenta dar respuesta a una vasta cantidad de preguntas sobre fenómenos naturales o características de plantas y animales. ¿Por qué el cielo es azul? ¿Por qué las aves pueden volar? ¿Cómo fue creado el universo? ¿Qué fue primero: el huevo o la gallina? Dichas preguntas ya se hacían antes de que la ciencia fuera ciencia; los hombres filosofaban sobre sus posibles respuestas. Así fue como poco a poco las preguntas buscaron respuestas y con ayuda de la experimentación, se logró responder algunas de ellas. Y así llegamos hasta nuestros días; en donde aprendemos los pasos que debe realizar un científico para llegar a la demostración de su hipótesis. Y después de que ha sido demostrada dicha hipótesis, ¿qué hace el científico? Se tira a descansar y disfrutar de su fama. No. El hombre de ciencia plantea una nueva hipótesis, y sí, es algo así como la ciencia ficción, ya que nuestro científico no sabe qué pasará, si tiene razón o no, es importante saber que la obtención del conocimiento no siempre es positiva y no se llega al éxito a la primera, le esperan innumerables fracasos, muchas veces más que aciertos. Como vemos la vida de un científico está llena de piedras en el camino y todo esto para llegar al tan ansiado conocimiento.
Un aliado del científico y de la ciencia, del cual todos hemos escuchado hablar, pero pocas veces obtiene reconocimiento, es el arte. A lo largo de la historia de la humanidad, el arte ha estado presente, acompañando y engalanando cada momento. Muestra de esto es el trabajo de Leonardo Da Vinci, destacando de manera importante el “Hombre de Vitruvio” del Alto Renacimiento. La obra de Rafael, “La Escuela de Atenas” donde plasma a personajes importantes como a Pitágoras, ¿a quién no causó dolor de cabeza el Teorema de Pitágoras?, encontramos a Aristóteles y a Platón, y a Ptolomeo con sus grandes aportaciones astronómicas. Solo por mencionar algunas. En México, uno de los ejemplos es Diego Rivera, quien contribuyó a la divulgación de los conocimientos científicos, como lo hizo en “El Agua, Origen de la Vida” con tan solo el nombre, entendemos de qué nos habla dicho mural, que puede ser apreciado dentro del Cárcamo de Dolores.
Entonces. Y a todo esto, qué es el “Bioarte”, como lo hemos abordado en líneas anteriores, si la ciencia tiene como objeto de estudio a la naturaleza; el arte, tiene como principal inspiración, también a la naturaleza, si a esto, sumamos los trabajos científicos que son, con y para, la naturaleza, y que estos han inspirado a los artistas, entonces, tenemos lo que hoy llamamos “Bioarte”, el cual y de palabras del bioartista Javier Fargas; al bioarte podemos dividirlo en dos grandes grupos, “Bioarte Soft”, el cual tiene como característica que cada pieza involucre seres vivos, que no sean modificados genéticamente, ni clones, de esta encontramos obras como “Biósfera”, en la cual el artista antes mencionado, coloca en esferas agua, de distintos cuerpos de agua, las cuales son selladas y expuestas al sol, para que el espectador pueda observar lo que pasa con todos los elementos de nuestro planeta esencialmente ciclos como del carbono, entre otros, y algunos organismos unicelulares que sobreviven en estas biosferas. Por otra parte encontramos al “Bioarte Hart”, en esta variante encontraremos a bioartistas como Eduardo Kac, conocido por su polémica coneja transgénica que en el año 2000 fue expuesta y causó un gran furor entre el público, ya que al incluir un gen de medusa dentro del código genético de una coneja, ésta presenta la peculiaridad de ser fluorescente. Las distintas obras de esta variante del bioarte hart, han despertado polémicas y calurosas discusiones entre los científicos y artistas, por ello se ha propuesto que el artista incluya en sus obras principios de bioética.
Obras de bioartistas como Eduardo Kac, Marta Meneses, Stelarc, Gunter Von Hagens, este último conocido por su obra la cual incluye cuerpos humanos plastinados, necesitan de laboratorios especializados, destacando el Laboratorio Simbiótica, ubicado en Australia. Vale la pena comentar que Argentina cuenta con el primer laboratorio para bioartistas de Latinoamérica.
Indiscutiblemente, el arte es esencial para cada sociedad. El arte nos permite sensibilizarnos e imaginar nuevas oportunidades de crecer y reinventarnos, como ya hemos visto, si cruzamos esa delgada línea entre el objeto y la inspiración, estaremos sin duda, reinventando nuestra condición y la manera de ver a la naturaleza, y divulgar los conocimientos científicos, lo que despertará conciencia, esa que tanto se necesita para lograr la tan anhelada conservación de ecosistemas y especies que habitan en ellos. Ojalá y algún día cada científico se vea atraído por el arte y cada artista coqueteé con la ciencia, para lograr esa simbiosis que deje huella en cada miembro de nuestra sociedad. Mientras eso sucede, te invitamos a conocer más sobre las obras propuestas por los artistas mencionados y los que hayan escapado a estas líneas.
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