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El sector automotriz y los Tratados de Libre Comercio de México

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Este año 2012, el gobierno federal ha anunciado que México crecerá económicamente a tasas arriba del 4%. Tal vez se trata de un crecimiento que ante el escenario internacional adverso es muy optimista. Parece que finalmente México está haciendo bien las cosas. La disciplina financiera que practican tanto la Secretaría de Hacienda y Crédito Público como el Banco de México parecen dar resultados. ¿Pero qué pasa con el comercio exterior? Recordemos que México se caracterizó en la administración del Presidente Zedillo por consolidar una de las redes más importantes de Tratados de Libre Comercio y Acuerdos para la Complementación Económica (ACE) más grandes del mundo. La apuesta era grande: aprovechar el acceso preferencial y único que como país emergente y vecino tenemos del país más consumista del mundo, los Estados Unidos. Han pasado casi 20 años desde que en 1992 se concluyeron las negociaciones del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá. Sin duda, un gran acierto de la administración salinista; misma política que posteriormente fue consolidada con la firma del segundo gran tratado de libre comercio con la Unión Europea, en el sexenio de Zedillo. Actualmente, México cuenta con una red de 12 Tratados de Libre Comercio con más de 44 países del mundo, nueve Acuerdos de Complementación Económica en el marco de la ALADI y más de 28 Acuerdos para la Promoción y Protección Recíprocas de las Inversiones que brindan acceso preferencial a la mayoría de los mercados del mundo. Aunque en los últimos 12 años, México no ha ejercido una política agresiva para la suscripción de nuevos tratados comerciales, y se ha dedicado en su mayor parte a su administración, lo cierto es que las preferencias arancelarias y garantías a las inversiones extranjeras han contribuido a que México sea una lugar atractivo para empresas transnacionales.

Hace unos meses, Jorge Castañeda, secretario de Relaciones Exteriores de México en el foxismo, escribió en El País que pareciera que ahora sólo Brasil está de moda en el contexto internacional, mientras que México es visto con violencia e inseguridad. Señala que en el contexto internacional la comparación entre México y Brasil inexplicablemente tiende a ser favorable al gigante sudamericano: “En Estados Unidos y en Europa, Brasil es una cuento de hadas y en México, de terror”. Pero Castañeda revela una realidad. Los números de Brasil no cuadran. México supera a los de Brasil. Y es que en el 2011 la economía mexicana “creció 33% más que la brasileña: México se expandió 4%, Brasil menos del 3%”. Castañeda señala que si Estados Unidos mantiene su recuperación, no es imposible que en 2012, por segundo año consecutivo, México crezca más que Brasil (El País, 2/03/12).

Esta misma opinión es compartida por quien encabezó las negociaciones comerciales internacionales de México durante el zedillismo, el Dr. Jaime Zabludovsky, a través de su empresa de consultaría IQOM, por medio de la cual brindó su opinión en febrero pasado a raíz del problema en el sector automotriz con Brasil. De acuerdo con números de IQOM (www.iqom.com.mx), entre 2002 y 2010 los precios en Brasil han aumentado más rápido que el volumen de las exportaciones brasileñas de diversos “commodities”. Se puede decir que los problemas comerciales que enfrenta hoy Brasil, incluyendo el conflicto automotriz con México, se explica como lo que se conoce como el “Dutch Desease”, es muy caro producir bienes industriales en Brasil el día de hoy y es más barato su importación. Es más, Brasil es caro aún para los propios brasileños y para el resto de países latinoamericanos, Reino Unido y la eurozona. De acuerdo con el índice “Big Mac” de la revista The Economist, en enero de 2012 el real (moneda brasileña) tenía un nivel de sobrevaluación del 35% respecto al dólar (el índice “Big Mac” es una aproximación al “costo de la vida”, que compara solamente el precio de las conocidas hamburguesas con su precio en Estados Unidos). En enero de 2012, los precios de la Big Mac en Brasil eran de 10.25 reales y de 4.2 dólares en Estados Unidos. Al tipo de cambio de 0.58 dólares por real, el precio de la Big Mac en Brasil era de 5.68 dólares.  Ahora bien, ante el escenario adverso, Brasil, además de imponer medidas financieras a través de gravámenes a los flujos de inversión extranjera y mayores impuestos, implementó el “Plan por un Brasil más grande 2011-2014” con el objeto de apoyar a su industria nacional. El plan incluye diversas medidas de defensa comercial, entre las que se encuentran la cancelación de permisos de importación y la creación de nuevos impuestos como a los productos industrializados, que incluye el gravamen a vehículos importados a una tasa del 30%, de la que gracias a los acuerdos comerciales internacionales, estuvo obligada a exceptuar a sus socios de Mercosur y México, en virtud, este último, del Acuerdo de Complementación Económica No. 55 firmado con nuestro país en el 2002. Sin embargo, como es público, en febrero de este año, el gobierno de Brasil anunció que denunciaría el ACE No. 55 con México con el supuesto argumento de buscar equilibrar la desfavorable balanza comercial en el sector.  Lo anterior debe ser visto a la luz de que México al día de hoy es el único país en el mundo que ofrece a sus socios comerciales la posibilidad de exportar vehículos libres de impuestos. Al respecto, el Vicepresidente de la Volkswagen de México, Thomas Kärig, en entrevista radiofónica durante el programa Desarrollando Ciencia del Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Puebla (http://www.concytep.pue.gob.mx/), manifestó que la Planta Volkswagen en Puebla, así como toda la industria automotriz en México ha venido creciendo gracias a la excelente red de tratados de libre comercio suscritos por México que les permite exportar sus unidades a los principales mercados mundiales a tasas del cero por ciento. Kärig explicaba que la planta armadora de la Volkswagen de México en Puebla es la más grande de coches de la marca fuera de Alemania y seguirá creciendo.

Se puede decir que la reacción de Brasil en contra de las exportaciones mexicanas en el mercado automotriz no guarda proporción cuando en realidad representan sólo 2% de sus importaciones. Lo cierto es que México se posiciona como líder en uno de los sectores más importantes de la economía y vuelve a convertirse en un serio competidor que amenaza los intereses del gigante brasileño. Reacciones semejantes no se han hecho esperar y ahora observamos cómo Argentina tristemente sigue los pasos de sus socio Brasil para obstaculizar las exportaciones de México en el sector automotriz suspendiendo también la aplicación del ACE 55 que mantiene con México, situación que la Secretaría de Economía ha anunciado impugnará ante las instancias de la ALADI.

Por lo pronto, se ve prometedor el hecho que una nueva planta armadora de coches, Audi, llegue a México a producir automóviles y a generar empleos para técnicos especializados mexicanos. Hay que recordar que Puebla ha desarrollado una importante industria en el sector y que ahora la comparte con Tlaxcala e Hidalgo, gracias al Arco Norte que genera un corredor virtuoso llegando hasta el Estado de México de manera rápida, práctica, segura y efectiva, y en donde el flujo de mercancías e insumos para empresas que innovan en este sector se vuelven muy importante. La consolidación de un cluster automotriz es prioritario para nuestro estado. Esperemos que la llegada de Audi contribuya a nuestro desarrollo.

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