¿Cómo aprender ciencias leyendo?

Es común en la escuela dar por sentado que con la alfabetización fundamental, es decir, la capacidad de leer y escribir, es suficiente para abordar todo tipo de textos y aprender de ellos. Nada más alejado de la realidad. Lo que se entiende por lectura desde la perspectiva de los nuevos paradigmas de la educación es el desarrollo de un conjunto de conocimientos, habilidades y estrategias en evolución a lo largo de la vida. No es simplemente decodificar material escrito y conseguir su comprensión literal. La lectura implica comprensión, utilización y reflexión del contenido de los textos para alcanzar metas personales, desarrollar conocimiento y potencial propios que permitan participar en la sociedad. La labor alfabetizadora moderna puede contribuir a la formación de ciudadanos que fundamenten científicamente sus actuaciones en relación con las temáticas sociales relevantes, en un mundo en donde la ciencia avanza rápidamente.

Los textos científicos, aun los más elementales, pueden resultar difíciles de comprender para personas no expertas en la materia, en particular para los estudiantes de los niveles básico y medio superior. Es necesario que se enseñe a leer este tipo de escritos para habituar a los aprendices a sus especificidades.

En concreto, se sugiere seleccionar información que tenga las siguientes características: que no provenga de un libro de texto, que tenga cierta relación con la historia de la ciencia, que destaque un tema relevante de la materia que cursa y que tenga elementos para poder diseñar la estrategia que mida o promueva el desarrollo de los siguientes niveles de lectura (Wilson y Chalmers, 1988).

Lectura literal ¿Qué dice el texto?
Lectura inferencial ¿Qué informaciones no dice el texto pero necesito saber para entenderlo?
Lectura evaluativa ¿Cuáles son las ideas más importantes? ¿Qué nuevas ideas me aporta el texto que no sabía?¿Qué valoración hago de las ideas del texto?
Lectura creativa ¿Para qué me sirve este texto? ¿Estas ideas pueden ser útiles para interpretar otros fenómenos o situaciones?

El tip de este artículo es la estrategia para promover estos niveles de lectura.

En primer lugar, se selecciona el texto. Como ejemplo se propone uno que aparece en el libro Las entrañas de la materia, de Carlos Chimal1:

“Lo que sigue, Michael Faraday lo escribió en su bitácora personal a principios de 1832, año en que consolidó sus descubrimientos sobre los vínculos entre la electricidad y el magnetismo.

“Experimenté en el puente de Waterloo, con licencia del señor de Secy. Y esto me hizo regresar a mis pensamientos de los últimos meses. El paso de la electricidad por el alambre causado por un polo electromagnético, ¿No será una primera prueba de que en el circuito eléctrico se requiere de tiempo, quizá mucho más del que suponemos? ¿No será ello efecto de que en una parte va el alambre en la dirección de la corriente y en otra parte contra esta dirección?

“Experimenté días más tarde en el estanque que se halla enfrente del Palacio de Kensington. En un estanque artificial, con fondo de estuco u otro material por el estilo; le suministra el agua una de las compañías, la de Chelsea. Fue estupendo ver cómo producía efecto en el galvanómetro la corriente eléctrica generada por causa tan pequeña, como es un poco de materia salina puesta en un recipiente, o después de unos momentos, el contacto de un dedo con el alambre. Y eso pasando a través de unos 500 pies de agua y de más de 600 pies de alambre, lo cual demuestra el extremo cuidado que se requiere cuando se usa aquel instrumento en experimentos delicados y elementales.

“Por todo esto entendí que la electricidad, al pasar, produce magnetismo en ángulos rectos; de modo que, si se mueven en dirección contraria a la electricidad y la aguja, tendremos un imán. Porque en tal caso, la electricidad y el metal se mueven relativamente y según parece, es ésta la única condición que se requiere.”

El profesor diseña, de acuerdo con los niveles de lectura, una serie de preguntas relacionadas con el texto. Se proponen, para el ejemplo, las siguientes:

¿Qué mide un galvanómetro? (Literal)

¿A qué se refiere Faraday con el término materia salina? (Literal)

¿Qué es un ángulo recto? (Inferencial)

¿Cuál es la condición que se requiere para producir magnetismo en el experimento? (Literal)

¿Qué te parece que quiere decir el término “polo electromagnético”? (Inferencial)

¿Qué miden del agua y del alambre los pies? (Inferencial)

¿El alambre entonces, se comporta como un imán? Justifica tu respuesta. (Inferencial).

¿Cuál es la idea más importante del texto? (Evaluativa)

¿Qué información te aporta el texto que no sabías? (Evaluativa)

¿Cómo convencerías a tu compañero en el laboratorio de que la electricidad produce magnetismo en ángulos rectos? (Creativa)

¿Dónde encontrarías en tu casa algo que tenga los elementos del experimento de Faraday y por qué? (Creativa)

Los estudiantes leen en el aula, responden el cuestionario, socializan las respuestas con la intervención del profesor, quien invita a profundizar, argumentar y escuchar los puntos de vista de los compañeros; vuelven a leer el texto y responden nuevamente el cuestionario. Al final, se compara y evalúa en conjunto, con las respuestas correctas.

Esta estrategia puede aportar datos que confirmen las dificultades de los estudiantes en su proceso lector, lo cual de suyo es esencial para entender los procesos de pensamiento de los chicos; sin embargo, el fin último de la estrategia es estimular, a través de las preguntas que podamos diseñar, que los estudiantes reconstruyan y utilicen sus conocimientos para profundizar en los textos a partir de la deducción de implícitos, comprender las relaciones entre las ideas e interpretar lo que leen.

* Facultad de Ciencias Físico Matemáticas, BUAP.

Nota

1 Chimal, Carlos (comp.), 1998. Las entrañas de la materia. Antología de relatos científicos. Alfaguara Juvenil, México, p. 40.