Comunicando el peligro eruptivo en el Popo

Desde el año 1994 el volcán Popocatépetl está en una actividad constante. Las primeras caídas de ceniza de ese 21 de diciembre en la madrugada nos sorprendieron sobre todo a los poblanos: nadie vivo había visto fenómeno igual.

De entonces para acá ha sido necesario familiarizarse con los signos de la manifestación eruptiva del Popo: los vulcanólogos han extendido su sistema de detección de la actividad interna y las técnicas de recolección de evidencias de ella misma: gases, proyectiles, lodos. De ésta y otras maneras reúnen toda esta “sintomatología” y la interpretan metódicamente, junto con los datos históricos (en un volcán, la historia re-ciente se remonta a 2 mil años) para poder trazar escenarios de peligros actuales y plasmarlos en un mapa.

Para los ciudadanos en general, comunicadores y autoridades encargadas de la Protección Civil, la familiarización con los signos de la actividad volcánica tomó la forma de la necesidad de comprender “qué puede pasar”, “hasta dónde va a llegar” un posible daño.

En el Centro Universitario para la Prevención de Desastres Regionales de la BUAP planteamos, desde el inicio del trabajo en torno al volcán Popocatépetl y a sus comunidades, que había que contribuir a esa familiaridad, es decir, a una mejor comprensión del fenómeno. En el marco de la campaña de comunicación que se llamó Aprendamos a vivir con el volcán, uno de los productos de divulgación fue una serie de tarjetas informativas destinadas a servir a los locutores de las estaciones de radio para mejorar su conocimiento y fortalecer sus comentarios al aire. ¿Por qué estaban dirigidas las tarjetas a estos comunicadores en particular? Porque desde esos años iniciales de todo este periodo de actividad, identificamos que la radio era un medio de comunicación de masas de gran penetración entre las comunidades más cercanas al cráter, y los locutores-programadores musicales tenían gran presencia.

Para ellos elaboramos el material sobre peligros eruptivos; se reproduce a continuación con algunas correcciones recientes.

Tarjeta 1. Información general

La República Mexicana tiene 14 volcanes activos.

De ellos, cuatro están en el estado de Puebla: el Popocatépetl, el Pico de Orizaba, los Humeros y las Derrumbadas. Hoy en día, es el Popo el que se encuentra más activo.

A comparación de otros volcanes, el Popocatépetl es joven: tiene 13 mil años de antigüedad. En este tiempo ha hecho erupción varias veces.

Un volcán es una abertura a través de la cual se manifiesta y emerge la energía del interior de la tierra. Puede tomar forma de montaña, conforme se acumula material que sale por su cráter, pero también hay volcanes que son lagos.

Las elevaciones volcánicas son en gran medida responsables del buen clima que disfrutamos en el centro del país. Condensan humedad y por lo tanto favorecen el ciclo de lluvias que beneficia las cosechas y el clima húmedo de la región. Los suelos en las faldas volcánicas son fértiles y con alto contenido de agua.

Por eso, a lo largo de la historia, distintas civilizaciones han escogido habitar cerca de un volcán.

Así como aprovechamos las ventajas de vivir cerca de un volcán como el Popo, de la misma manera tenemos que aprender a convivir con él ahora que se encuentra en una etapa de gran actividad; es necesario conocer cuáles son los fenómenos que nos pueden afectar para tomar acciones preventivas adecuadas.

Una erupción volcánica presenta diversos peligros combinados entre sí.

La dimensión de la amenaza que puede representar una erupción está dada también por las características físicas del volcán: su forma y altura, la disposición, profundidad y dirección de sus barrancas. A todo lo anterior se agrega la situación de cada comunidad: por ejemplo, si está asentada en el cauce de una barranca o en una loma.

Tarjeta 2. Peligros volcánicos. Lava

Desde hace años, en el interior o plato del cráter se está acumulando magma (se le llama lava cuando emerge a la superficie) que surge del interior del volcán. Esta es de consistencia viscosa. El peligro no es que la lava pueda desbordar el cráter y derramarse por las laderas del volcán, porque no es de la clase de material que sale en las películas (rojo y muy líquido); sino que al tiempo que va saliendo, por su consistencia, se solidifica su superficie y tapa los conductos de los cuales emana, provocando que la presión interna del volcán aumente por periodos cortos. Cuando esa presión se libera, se producen explosiones durante las que el Popo puede arrojar piedras incandescentes a corta distancia y también ceniza.

Otro fenómeno es que durante la temporada de lluvias el agua se filtra hasta alcanzar el domo de lava. Al entrar en contacto con él, hierve y se vuelve vapor. De este manera, la presión también aumenta y se produce una explosión que genera una gran nube de ceniza, pero no se trata de un fenómeno realmente interno del volcán.

Si la presión a la que se ve sometida el volcán fuera muy superior, el cuerpo del Popo podría romperse.

Área de influencia. La lava se acumula en el interior del cráter del Popo. Las piedras incandescentes que puede arrojar caen a pocos kilómetros del cráter (las más grandes, a menos de uno o dos km, pero las más pequeñas, de menos de un metro cúbico, pueden rodar más lejos). Pueden incendiar los pastizales, o bien derretir las nieves en la punta del volcán.

La gente que trabaja arriba en el bosque debe tomar en cuenta este peligro.

Tarjeta 2. Peligros volcánicos. Caída de ceniza.

Se trata del material pulverizado del domo de lava en el interior del cráter. La ceniza puede ser muy fina, como talco, o muy granulosa, como pimienta.

Durante las emisiones que ha experimentado el Popo en estos años, se ha visto que junto con ceniza ha arrojado gravilla a más de 30 kilómetros de distancia de su cráter.

No se ha comprobado que la ceniza arrojada por el Popo sea tóxica, pero sí es muy fina, dificulta la respiración, y a personas muy sensibles las daña en la piel y los ojos y les provoca alergia.

En los campos de cultivo, la ceniza acumulada de golpe puede “ahogar” las plantas, tumbar las floraciones, y ser un problema para los cultivos, en el corto o mediano plazo. La ceniza acumulada en los techos débiles o de casas muy viejas puede derrumbarlos; puede obstruir las cañerías de los drenajes, y si se acumula mucha sobre calles, caminos y carreteras dificulta la visibilidad y el funcionamiento de vehículos de motor, porque es abrasiva y los daña. También causa problemas a los aviones que pasan cerca de una nube de ceniza.

Área de influencia. Las nubes de ceniza pueden abarcar cientos de kilómetros a la redonda; una fumarola llega a rebasar los 10 mil metros de altura sobre el cráter. Si son muy densas el cielo de una región grande se oscurece por varias horas. Una nube de ceniza se comporta de acuerdo con su propia densidad y con la dirección del viento predominante; se ha registrado en otras erupciones que incluso puede dar la vuelta al mundo. A veces no ha caído ceniza en los pueblos más cercanos al cráter del Popo, pero el viento la ha arrastrado hasta Puebla, San Martín Texme-lucan, Huejotzingo, Tlaxcala y México. Sin embargo, una lluvia de ceniza también puede poner en peligro las construcciones hechas con techos de lámina de los pueblos más cercanos al volcán.

Cuando la ceniza se mezcla en su caída con agua de lluvia, se forman granitos o nódulos.

Puede parecer que llueve lodo. La ceniza también puede dañar la pintura de los coches y camiones.

En el tipo de actividad que tiene el Popo ahora, la caída de ceniza será frecuente.

Municipios más expuestos a una caída intensa de ceniza. Chiautzingo, Huejotzingo, Domingo Are-nas, San Nicolás de los Ranchos, Calpan, Nealtican, San Jerónimo Tecuanipan, Atlixco, Santa Isabel, San Andrés y San Pedro Cholula, San Gregorio Atzompa, San Juan Tianguismanalco, Tochimilco, Atzitzihua-can, Cohuecan, Huaquechula, Izúcar de Matamoros, San Martín Texmelucan, Tepemaxalco, Tlapanala, Tepeojuma, Santa Clara Ocoyucan, Francisco Javier Mina (Chipilo), Puebla.

Recomendaciones.

1. Procure que los recipientes en donde almacena agua (tinacos, tambos, cisternas, piletas) están siempre bien tapados.

2. Revise los techos de su casa; si es necesario, refuércelos.

3. Para la ciudad: barra en seco la ceniza acumulada de los techos de sus casas y de las banquetas. Júntela y dispérsela en su jardín, si tiene, y si no es mucha. Si no, deséchela en bolsas de plástico. Si vive en un edificio, junte la ceniza y póngala en la parte baja. Colóquela en donde normalmente pone su basura, para que se la lleven los servicios de limpia. No la arroje al drenaje. Lave su coche con agua a presión. Si se trata de una caída de ceniza muy fuerte, no salga a la calle sino hasta que pase.

4. Una vez que haya pasado, maneje con precaución: la visibilidad puede descender hasta ocho metros y se ha visto que los frenos de los vehículos sufren un desgaste mayor en esas condiciones.

5. Para el campo y los pueblos de la zona de más riesgo: No deje que la ceniza se junte en los techos de sus casas, sobre todo si son viejos o de lámina. Con-forme pase el tiempo verá cómo la ceniza se mezcla con la tierra. Proteja los depósitos donde toman agua los animales, procure que el forraje o zacate que les da no tenga ceniza, para que no se tapen de los intestinos por comerla. Evite que la ceniza quede acumulada en las floraciones, hojas o brotes de las plantas.

6. Para todos. Durante una caída de ceniza, cúbrase la cabeza con sombreros o pañuelos y use tapabocas o algo similar para proteger su boca y nariz, si tiene que andar al aire libre. Si no, mejor quédese en casa hasta que pase. Use ropa de mangas largas. No haga ejercicio al aire libre mientras cae ceniza; no coma nada al aire libre; no use lentes de contacto.

Tarjeta 3. Peligros volcánicos. Nubes ardientes (flujos piroclásticos)

Son producidos por grandes explosiones internas del volcán que arrojan roca pulverizada, gases y vapor de agua mezclados. Es como agitar una cerveza tapada y destaparla en seguida. El material entre líquido y gaseoso forma una nube sobre el cráter que a continuación se desploma y baja por las laderas del volcán, alcanzando velocidades de hasta 300 km por hora. Se conduce por las barrancas y las puede desbordar con facilidad alcanzando terrenos más planos. Arrasa todo a su paso.

En la zona del Popocatépetl hay muchas evidencias de suelos producidos por erupciones de nube ardiente en el pasado. Al oriente del volcán hay depósitos importantes de xaltete, material que en Nealti-can, Tecuanipan y otros municipios cercanos se usa para fabricar blocs de construcción. Al sur del Popo la nube ardiente ha dejado paredes de más de un metro de altura, que se pueden ver por ejemplo en La Mag-dalena Yancuitlalpan; en esa zona le llaman tesquite.

Una gran actividad interna que pueda originar una nube ardiente puede ser detectada con horas de anticipación por los aparatos sismógrafos que el Cenapred tiene ubicados en el volcán.

Área de influencia. Donde ya pasó una vez la nube ardiente, puede volver a pasar. Todas las poblaciones situadas en el cauce de barrancas estarían en alto riesgo de presentarse este fenómeno, lo mismo que las situadas muy cerca del cráter (menos de 20 kilómetros).

La nube ardiente se comporta siguiendo los cauces de barrancas y ríos, lo que define la zona de influencia de acuerdo con las características orográficas del Popo (“alas de mariposa” del mapa de peligros).

Municipios más expuestos: San Nicolás de los Ranchos, Calpan, Nealtican, San Jerónimo Tecuani-pan, Atlixco, Santa Isabel Cholula, San Gregorio At-zompa, San Juan Tianguismanalco, Tochimilco, Atzitzihuacan, Cohuecan.

Recomendaciones. Ante una nube ardiente la única respuesta es ponerse a salvo. En el momento en que el Cenapred detecte la posibilidad de una actividad de esta naturaleza, dará aviso a la Secretaría de Gobernación y a los gobiernos de los estados de Puebla, México y Morelos para que los habitantes de la zona de riesgo puedan ponerse a salvo. La gente que trabaja arriba en los bosques debe tomar en cuenta este peligro.

Tarjeta 4. Peligros volcánicos. Flujos de lodo

En la cúspide del volcán había un glaciar de 0.6 km cúbicos de volumen. Aunque su desaparición, debido a cambios en el clima, puede ser un hecho, se trata de un fenómeno que aún está siendo investigado. En todo caso, las nieves que se acumulan en la cumbre del Popo, resultado de frentes fríos, por ejemplo, pueden disolverse si caen en él suficientes piedras incandescentes producto de alguna explosión en el Popo, o un flujo piroclástico.

El agua mezclada con cenizas se derrama por las barrancas que dan forma al volcán, arrastrando árboles, piedras y todo a su paso, en una gran mezcla de lodo que puede tener la consistencia del mercurio. También se provocan crecidas de los ríos que nacen de los deshielos estacionales del volcán.

El lodo inunda las barrancas y valles, por las que se desplaza hasta a 50 km por hora.

Prácticamente en todo el derredor del volcán se han encontrado suelos formados por flujos de lodo en erupciones pasadas, en el caso del estado de Puebla, en San Nicolás de los Ranchos, Calpan, Tochimilco, Atlixco. Al paso de años, ese lodo o lahar forma un suelo muy fértil, por su alto contenido de humedad.

Área de influencia. Todas las poblaciones situadas en el cauce de barrancas estarían en alto riesgo de presentarse este fenómeno, lo mismo que las situadas muy cerca del cráter (menos de 20 km). El flujo de lodo se comportaría siguiendo los cauces de barrancas y ríos, lo que define la zona de influencia de acuerdo con las características orográficas del Popo (“alas de mariposa” del mapa de peligros). En el actual escenario están fuera de este riesgo la ciudad de Puebla y los municipios de San Pedro Cholula, San Andrés Cho-lula, San Martín Texmelucan.

Municipios más expuestos. Domingo Arenas, parte de Huejotzingo, San Nicolás de los Ranchos, Calpan, Nealtican, San Jerónimo Tecuanipan, Atlixco, Santa Isabel Cholula, San Gregorio Atzompa, San Juan Tianguismanalco, Tochimilco, Atzitzihuacan, Cohuecan.

Recomendaciones. Ante un flujo de lodo la única respuesta es ponerse a salvo. En el momento en que el Cenapred detecte una actividad de esta naturaleza, dará aviso a la Secretaría de Gobernación y a los gobiernos de los estados de Puebla, México y Morelos para que los habitantes de la zona de riesgo puedan ponerse a salvo. La gente que trabaja arriba en los bosques debe tomar en cuenta este peligro.

Tarjeta 5. Peligros eruptivos. Gases volcánicos.

Como producto de la gran actividad dentro de un volcán, éste arroja gases a la atmósfera desde el cráter. Pueden estar compuestos por vapor de agua, bióxido de carbono, un gas que no huele ni tiene color, pero que en altas concentraciones provoca la asfixia; también pueden contener bióxido de azufre, que en grandes cantidades puede lastimar la garganta y las vías respiratorias..

En el caso del Popocatépetl, que es un volcán muy alto, los gases que lanza se dispersan por el viento. En algunos pueblos cercanos al cráter se puede percibir a veces el olor a azufre, pero no se ha encontrado que su concentración sea nocivo para la salud. No se ha presentado tampoco el caso de que salgan gases por una abertura distinta al cráter del Popo.

Los gases del Popo son más bien un indicador de su gran actividad eruptiva.

Área de influencia. Los gases se dispersan según sople el viento.

Comunidades afectadas. Las que están situadas en la zona de riesgo más alto, y la gente que trabaja arriba en los bosques, son los más expuestos a padecer molestias.

Recomendaciones. Usar algún trapo o paliacate como tapabocas en caso de sentir molestias. Acudir al médico también en ese caso.

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